María Elvira Samper: “Petro solo podrá cumplir con lo que prometió si sigue siendo un doctrinario que abraza el pragmatismo”

La veterana periodista evalúa los primeros 100 días del primer presidente netamente de izquierdas de Colombia

La periodista María Elvira Samper analiza la situación del nuevo Gobierno, desde su apartamento en Bogotá, el 9 de noviembre de 2022.Juan Felipe Rubio

El 7 de agosto, el día de la posesión de Gustavo Petro, la veterana periodista María Elvira Samper le decía a EL PAÍS que al nuevo presidente había que darle un compás de espera. Pasados los simbólicos 100 días de un Gobierno que llegó bajo la bandera del cambio, como es propio de la primera administración electa con un programa netamente de izquierda en la historia de Colombia, ve tanto luces como sombras. “Petro solo podrá cumplir con lo que prometió si mantiene el ...

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites

El 7 de agosto, el día de la posesión de Gustavo Petro, la veterana periodista María Elvira Samper le decía a EL PAÍS que al nuevo presidente había que darle un compás de espera. Pasados los simbólicos 100 días de un Gobierno que llegó bajo la bandera del cambio, como es propio de la primera administración electa con un programa netamente de izquierda en la historia de Colombia, ve tanto luces como sombras. “Petro solo podrá cumplir con lo que prometió si mantiene el pragmatismo a pesar de ser un doctrinario”, dice desde su casa.

Pregunta ¿Cómo ha visto los primeros 100 días del Gobierno?

Respuesta. Esperaba que la luna de miel durara un poco más, que la gente le diera un compás de espera un poco mayor: Me parece que ha sido sujeto de un escrutinio mucho más incisivo, más pertinaz, más duro que el que han tenido otros presidentes. Creo que Petro, como ellos, quiere acertar. La clave es que se siente a pensar cómo hacerlo sin espantar a unos y sin defraudar a otros, porque el Gobierno también ha puesto su cuota para que su respaldo bajara diez puntos en la primera Invamer Poll. En todo caso, y pese a la incertidumbre, las contradicciones internas del Gobierno y temas controversiales como la tributaria y la política petrolera, Petro mantiene una imagen positiva, especialmente con apoyo entre los jóvenes. Aunque cede un poco el pesimismo, hay nubarrones y la opinión está muy dividida. Creo que el activismo de las ministras hizo un daño tremendo, la de Salud y especialmente de la de Minas cuando salió a decir que se iba a terminar con la producción de petróleo. Parece que lo está rectificando. Eso revela que fue una bofetada al voluntarismo y activismo de algunos miembros del Gobierno, que contrasta con la decisión de Petro de buscar a Roy Barreras para que le organizara la coalición legislativa, una decisión pragmática de un doctrinario que le sirvió. Porque es gracias a esa variopinta coalición que tiene el logro de la reforma tributaria.

P. ¿Cree que ese pragmatismo se mantendrá?

R. Espero, porque solo así puede cumplir con una parte muy importante de lo que prometió. Todavía estamos en el primer hervor del sancocho y sigo dando compás de espera. No tengo un juicio categórico: ni todo está mal ni todo está bien. Finalmente Petro fue elegido para hacer un cambio, con una visión distinta a la que traían los Gobiernos anteriores y tenemos que adaptarnos a esa visión –que no es revolucionaria, porque esos cambios son deudas sociales de mucho tiempo–. Petro es un hombre de convicciones, algo muy respetable, pero eso puede ser un tiro en el pie porque tiene que adaptarse a lo que la realidad le permite. Al final las realidades se van imponiendo, los hechos son tozudos. En la tributaria el Gobierno bajó sus pretensiones de recaudar 50 billones de pesos a 20 billones, y lo logró por la coalición y porque las riendas las llevaron los políticos profesionales como Roy Barreras, Alfonso Prada o Mauricio Lizcano.

P. ¿Cómo le parece esa reforma?

R. Como todas, es una reforma negociada con repartición estratégica en la que unos puntos los ganan los liberales, los conservadores ganan puntos en el tema de los transportes y así. El Gobierno pierde al no lograr el impuesto a las pensiones, que era uno de los puntos de progresividad que estaban anunciados, o a las operaciones comerciales de las iglesias. Buscaba que se aumentara el peso de la tributación de las personas naturales, pero sigue recayendo en las industrias, especialmente en la extractiva que aporta como 11 billones de los 20 que calculan que lograrán, la mitad. El petróleo sigue siendo lo que le da la caja al Estado y los empresarios del sector han dicho que la tributaria los golpea muy fuerte. Vamos a ver qué efectos tiene.

P. ¿Ve otros logros?

R. También es logro lo de la paz total, también con muchos interrogantes, porque yo creo que también hay mucho todavía por moler. Hemos establecido relaciones con Venezuela, donde también hay todavía mucha tela por cortar, pero ante el fracaso del cerco diplomático era necesario. Me sorprendió el contraste entre la euforia del embajador Benedetti y la posición más distante de Petro frente a Maduro, con su llamado por segunda vez a volver al sistema interamericano. Me pregunto si puede jugar un papel para que la oposición y Maduro retomen los diálogos.

P. ¿Entonces su evaluación es positiva?

R. Mi evaluación es que Petro está tratando de cumplir una agenda muy ambiciosa pero la realidad se la está haciendo acotar, establecer prioridades. Es un Gobierno que está en el proceso de ajustarse a la realidad.

P. ¿En qué lo nota?

R. Por ejemplo, en la evidencia del dinero que produce el petróleo para poder llevar a cabo los programas sociales que pretende, y ver que esa caja billonaria se puede sustituir en el largo plazo, pero no en el corto. Aunque la transición energética es un imperativo, no es como bajar el switch de la luz. El mismo Lula acaba de decir que no van a dejar de explotar petróleo, porque son las rentas petroleras las que han permitido a este país y a Brasil sacar a tanta gente de la pobreza. En eso el ministro de Hacienda, José Antonio Ocampo, ha sido un buen arquero, tapando autogoles.

P. ¿Y en otros temas?

R. En la reforma agraria, que empezó con grandes anuncios de comprar tres millones de hectáreas, y ahora son 500.000 en los cuatro años, y no es solo compra, porque también entregan tierras de la SAE. Lo de Fedegan me parece interesante, pero también me pregunto ¿cómo así que el gran contradictor de Petro, José Félix Lafaurie, ahora está de mano cogida con Cecilia López y con el Gobierno para vender unas tierras? ¿Cuáles van a vender, las productivas? ¿Quién va a fijar el precio? ¿Será el catastral, que generalmente está por debajo del comercial? Pero me parece que es un buen comienzo y que habrá que quitarse el sombrero frente a Petro si logra empezar a cambiar la estructura de la tierra. En salud falta ver si reconocen que el sistema no es perfecto pero sí es mejor a lo que había antes, sin desconocer que sí hay que mejorar cosas como los problemas de acceso en las zonas rurales.

María Elvira Samper en entrevista con el diario EL PAÍS, en Bogotá, el 9 de noviembre de 2022.Juan Felipe Rubio

P. Entonces, ve un buen horizonte.

R. Falta ver, porque hay adanismo y voluntarismo en el Gobierno. Argumentan que deben hacer tal cosa porque lo prometieron, pero una cosa son las campañas y sus promesas, y otra los Gobiernos y la gestión. La campaña se hace en poesía y el Gobierno se hace en prosa. Ahí es donde veo el punto más gris, en la capacidad de gestión de un Gobierno que, como dice en una reciente columna Gustavo Duncan, está dividido entre los activistas que creen que sus ideas y sus propuestas están por encima de cualquier debate, con una mirada moral, y los tecnócratas de izquierda, como Luis Carlos Reyes u Ocampo.

P. ¿Y cómo afecta a eso el entorno?

R. La Colombia de la época de la campaña no es la Colombia de hoy, porque la guerra de Ucrania trastocó todo. Ahora los pronósticos del Fondo Monetario Internacional es que vamos a entrar en recesión, hay inflación global, una devaluación que no se debe solamente a las subidas de las tasas de interés por la FED. El invierno ha afectado las cosechas. Entonces hay factores externos e internos que confabulan en contra del éxito de algunas políticas de Petro.

P. Pensaba también en el entorno político...

R. Me parece lamentable que, siendo necesaria la oposición, está muy fragmentada, sin liderazgos claros. El líder por excelencia sería el expresidente Uribe, pero está de oveja mansa con Petro, que era su mortal enemigo. Esas reuniones de él con Petro, en las que no sabemos qué se cocinó, levantan sospechas, interrogantes. Semejante lobo feroz que fue con el Gobierno Santos.

P. ¿Y cómo ve el liderazgo de Petro más allá de las fronteras.?

R. Me parece también muy bien lo que dijo en la COP 27. Son principios muy generales, pero es interesante el compromiso de liberar 140 millones de dólares para la conservación de la Amazonía. Con la llegada de Lula se remueve un obstáculo para eso, porque los grandes productores de gases de efecto invernadero por Bolsonaro congelaron millones de dólares que iban a pasar a los países en desarrollo. Pero no me gustó el discurso de las Naciones Unidas, porque busca enemigos en todas partes y en lugar de buscar el enemigo, hay que buscar compañeros, como Petro logró con Lafaurie.

P. En suma, a esperar a ver si el Gobierno privilegia el pragmatismo o el activismo.

R. Y a ver si mejora la comunicación. Creo que había un gran problema porque, diciéndolo metafóricamente, son cada loco con su tema. El presidente tiene que cuidar sus comunicaciones, debería amarrarse el dedo inquieto que tiene en Twitter, que a veces produce daños. Petro empezó bien convocando la unidad nacional, tiene que seguir en esa convocatoria y tiene que seguir jugando con todos el mismo partido, porque todos estamos en el mismo barco, que se llama Colombia.

Suscríbase aquí a la newsletter de EL PAÍS sobre Colombia y reciba todas las claves informativas de la actualidad del país.

Sobre la firma

Más información

Archivado En