David Racero: “Hay que empujar hasta que el cambio sea irreversible”
David Racero, el presidente de la Cámara elegido por Gustavo Petro, sostiene que un cambio verdadero supone modificar las correlaciones de poder
Las paredes del despacho están cubiertas con retratos al óleo de los anteriores presidentes de la Cámara de Representantes. Señores en traje y corbata que esconden su alopecia, otros presumiendo de su cabello lacio, de frente amplia, nariz gruesa, párpados caídos, orejas pequeñas o escondidas en el pelo, o de dientes blancos y alineados. Unos bien parecidos, otros no tanto. De un vistazo se adivina el patrón: hombres blancos como la leche en los cincuenta o sesenta. El elegido por Gustavo Petro para comandar el ...
Las paredes del despacho están cubiertas con retratos al óleo de los anteriores presidentes de la Cámara de Representantes. Señores en traje y corbata que esconden su alopecia, otros presumiendo de su cabello lacio, de frente amplia, nariz gruesa, párpados caídos, orejas pequeñas o escondidas en el pelo, o de dientes blancos y alineados. Unos bien parecidos, otros no tanto. De un vistazo se adivina el patrón: hombres blancos como la leche en los cincuenta o sesenta. El elegido por Gustavo Petro para comandar el hemiciclo es el nieto de una activista negra. En su presentación vistió un traje de telas africanas confeccionado por una diseñadora afrocolombiana. David Racero, de 35 años, tenía ese día un aire al príncipe de Zamunda. Su cuadro, así vestido, colgará junto al de una mujer joven que le precedió en el cargo. Algo se mueve en Colombia.
Pregunta. El Gobierno de Petro no está siendo muy ágil a la hora de presentar las reformas. Esa crítica la hizo el propio presidente del Congreso, Roy Barreras.
Respuesta. En su momento, cuando lo dijo el senador, era así. Pero ya han pasado dos semanas y tenemos la agenda adecuada para sacar las reformas que ha solicitado el presidente. De aquí a antes de diciembre vamos a aprobar siete reformas fundamentales. Estamos en buenos tiempos.
P. ¿Petro ha abierto demasiados frentes a la vez?
R. Su prioridad principal es la reforma tributaria. Todas las demás reformas vienen después. No queremos generar nubarrones que perturben la aprobación de la tributaria.
P. ¿Cuáles son esos nubarrones?
R. La reforma a la salud o la reforma pensional, incluso la de trabajo. Fue una decisión política que se tramitara el próximo semestre y no este.
P. ¿Para no generar ruido y desgastar al Gobierno? El propio ministro de Educación, Alejandro Gaviria, se opone a la de salud.
R. Salud y pensiones van de la mano. El sistema de seguridad social es el corazón del modelo neoliberal que este Gobierno se ha propuesto superar. Por supuesto, los intereses son muy altos ahí.
P. ¿Las mayorías que aseguraba Petro tener en el Congreso siguen en pie?
R. En este momento hay cohesión. La tributaria, desde que el ministro [José Antonio] Ocampo la radica, ha tenido cambios sustanciales y eso obedece a que hay una apertura sincera al diálogo, con los socios de gobierno y con los sectores económicos. Es una reforma que tiene unas líneas rojas, claro.
P. ¿Esa coalición es acrítica o modifica las reformas?
R. La tributaria ya se está modificando. Toca ver qué se modifica del texto final. En algún momento se dijo que se iba a quitar totalmente el subsidio de la gasolina en la frontera y al final no se hizo. Otro tema sensible: los impuestos que se iban a poner a rentas ocasionales y dividendos para accionistas. Ahora mismo en la ley solo está al 10%, los íbamos a aumentar al 39. El promedio de la OCDE está en 25. Por esa discusión lo vamos a bajar al 20.
P. En algunos países de Europa se tributa al doble.
R. Aquí todavía hay mucho prejuicio ideológico. Se combina con el interés económico de algunos, que no quieren verse afectados en un marco fiscal muy generoso, exageradamente generoso. Hay que explicar que Estados fuertes tienen sistemas tributarios progresivos donde se grava a la persona natural de manera más alta que a las empresas. En cualquier caso, vamos a hacer un avance significativo.
P. ¿Pagar impuestos no debería ser un asunto patriótico?
R. Aquí es al revés. Uno puede entenderlo, porque hay gente que cree que esa plata que se recoge no se invierte bien o se la roban.
P. Petro ha dado representación política a partidos que él mismo ha criticado, como el conservador.
R. El problema no es sentarse en la mesa con alguien con quien antes no te sentabas. El problema es olvidarte de dónde vienes y hacia dónde vas. Nos hemos sentado con esos partidos con un programa, con el que ganamos las elecciones. La clase política tradicional ha comprendido que hay un deseo profundo de cambio y ellos, que no son bobos, lo entienden. Saben que cambian o los cambian.
P. Disculpe la insistencia, ¿no se le da cargos a la oposición, lo que aquí se llama mermelada? Petro era muy crítico con eso cuando era oposición.
R. Veo que es darle responsabilidad a los otros partidos. En España el PSOE le da carteras a Unidas Podemos para que asuma responsabilidades dentro del Gobierno y lo saque adelante. Implica compartir logros y derrotas. Si alguien entra a dialogar con nosotros es que asume la agenda de cambio.
P. Pero el PSOE no le da una cartera al PP, que es la derecha. Petro está con grupos muy contrarios.
R. Le doy el ejemplo del Partido Conservador. Si queremos hacer la reforma necesitamos al partido político que representa de la mejor manera a los terratenientes. Históricamente, es el partido más contrarreformista en temas de tierras. Si queremos hacerla de forma pacífica los necesitamos.
P. ¿Puede resurgir el paramilitarismo?
R. Lo dudo mucho. El paramilitarismo surgió con el apoyo del Estado. El Estado lo creó. Y en este momento quien lo dirige no va a mover ni un dedo para que eso pase. No lo veo. Además, no se le va a quitar la tierra a nadie. El presidente ha sido claro. Para cualquier reforma de tierras hay dos caminos: el violento o el camino pacífico, con compra y negociación. Y el segundo camino es el que estamos haciendo.
P. ¿Qué otras resistencias percibe al proyecto de Petro?
R. La resistencia la va a determinar el grado de profundidad del cambio. Vamos a correr la cerca lo más que podamos, empujar la historia lo más que podemos. Los que no quieren cambios son un grupo muy reducido. Hoy no existe oposición, no hay un referente. La pregunta es qué tanto está el país comprometido con una agenda de cambio profundo.
P. ¿Y usted qué cree?
R. Un cambio verdadero es cuando cambias las correlaciones del poder. Mucha izquierda hizo eso en Latinoamérica, generó condiciones de bienestar, sacó gente de la pobreza, pero no cambió las correlaciones de fuerzas de poder. Ese es el cambio real, cuando poderes oligárquicos son cambiados por poderes democráticos. Eso está por verse en el país. Eso no lo determina Petro, lo determina la sociedad. Un gran cambio es romper los oligopolios de las cinco, seis, siete familias que han gobernado este país y lo manejan económicamente. Si hacemos eso, hacemos el cambio irreversible, que es a lo que soñamos. Que aunque después llegue un gobernante de derecha, hayamos hecho tan bien la tarea que le cueste devolverse.
P. ¿Cómo ve la oposición?
R. Se está buscando a sí misma. Y en esa búsqueda cometen errores. Han perdido el proyecto de país. Ellos no tienen uno. Ya no saben cómo conectarse con la gente. En campaña tuvieron un candidato, Federico Gutiérrez, que no cuajó, ni siquiera pasó a segunda vuelta. El costo de perder es dejarse poner la agenda del que gana y en eso Gustavo Petro es un monstruo. No sé como vas a traducir eso en la entrevista...
P. No lo voy a hacer. Así se queda: En eso Petro es un monstruo.
R. Ok, perfecto. Petro sabe colocar la agenda, sabe hacia dónde va. No es un gobernante, es un dirigente de la sociedad. Un líder. La oposición no lo tiene.
P. Ha habido comportamientos deshonrosos por parte de algunos miembros del pacto de izquierdas que lidera Petro, como el de este senador en Cartagena que insultó a un policía, Álex Flores...
R. Totalmente.
P. O de Piedad Córdoba, involucrada en muchos casos que han asustado al propio Petro. ¿Por qué no hay una mayor celeridad para que asuman responsabilidades?
R. Lo que más defrauda al ciudadano es la incoherencia política. Eso se castiga. Una organización que se hace elegir con idea de cambio, renovación, no puede darse el lujo de ser incoherente. Algo de lo que ha ocurrido, con los casos que mencionan, es que se han cometido errores que no se han sabido manejar adecuadamente. El senador tuvo que haber asumido una posición política mucho más fuerte de cuando salió a decir que él no había sido elegido para dar ejemplo, sino para hacer leyes.
P. Pues está equivocado.
R. Completamente. El votante mayoritario no solo nos votó por las ideas sino porque veía en nosotros unos líderes diferentes. Si cometemos el error de ser como ellos se nos cae todo el discurso.
Suscríbase aquí a la newsletter de EL PAÍS sobre Colombia y reciba todas las claves informativas de la actualidad del país.