Una novela gráfica muestra los efectos del glifosato sobre las personas
20 años después de la muerte de Yaneth Valderrama, se lanza “Una lucha por la vida”, una novela gráfica que visibiliza las graves consecuencias de la aspersión del glifosato sobre la población civil
Yaneth Valderrama y su esposo Iván Medina, vivían en Solita, un pueblo a orillas del río Caquetá, en las estribaciones amazónicas de la cordillera de los Andes. Eran dos campesinos colombianos como centenares de miles más, que viven en zonas afectadas por el conflicto armado y en las que hay campos cultivados de coca. El 28 de septiembre de 1998 mientras Yaneth lavaba ropa en un arroyo cerca de su casa, diluvió glifosato, asperjado para eliminar cultivos de la planta de la que se produce la cocaína. Esto causó que abortara el bebé que llevaba en su vientre y, seis meses después, su muerte.
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Yaneth Valderrama y su esposo Iván Medina, vivían en Solita, un pueblo a orillas del río Caquetá, en las estribaciones amazónicas de la cordillera de los Andes. Eran dos campesinos colombianos como centenares de miles más, que viven en zonas afectadas por el conflicto armado y en las que hay campos cultivados de coca. El 28 de septiembre de 1998 mientras Yaneth lavaba ropa en un arroyo cerca de su casa, diluvió glifosato, asperjado para eliminar cultivos de la planta de la que se produce la cocaína. Esto causó que abortara el bebé que llevaba en su vientre y, seis meses después, su muerte.
Medina, arruinado por los gastos médicos que enfrentaron tratando de curar a Yaneth, tenía apenas 27 años. Campesino toda su vida, debió desplazarse a la ciudad más cercana, Florencia (Caquetá), con sus dos hijas. Allí emprendió una batalla contra la policía antinarcóticos y contra el Estado colombiano, que continúa hasta el día de hoy. Lo que comenzó como una denuncia penal luego recibió el respaldo del Centro de Derechos Reproductivos y de la firma jurídica colombiana Conde Abogados, que se unieron para llevar el juicio a instancias internacionales. Pero no se quedaron en la estrategia usual, la legal, sino que vieron el potencial de impactar en la opinión y en el debate del uso del glifosato, y decidieron crear una novela gráfica que contara la historia de Valderrama.
Catalina Martínez, directora del Centro de Derechos Reproductivos para América Latina y el Caribe, explica que el objetivo era contar decenas o centenares de historias a través de esta. “La historia de Yaneth es importante porque no es solo un caso particular. Representa lo que han vivido miles de mujeres campesinas del país que además han sufrido diferentes daños respecto a salud reproductiva”.
Una lucha por la vida, el nombre de la novela, fue pensada de manera pedagógica. Martínez explica que eligieron contarla como novela gráfica para poderle llegar a niños y jóvenes, y ayudarles a comprender mejor algunos de los impactos del conflicto armado en la salud humana y reproductiva. El libro está disponible para descarga gratuita en su sitio web. Cuenta con ilustraciones de la artista Liliana Bello y lo desarrolló el centro de aprendizaje Click Clack, especializado en mezclar educación con elementos de entretenimiento para ayudar a hablar de temas complejos.
En paralelo, la batalla legal siguió. En 2018, 20 años después de los hechos, el Centro de Derechos Reproductivos y Conde Abogados remitieron el caso de Yaneth a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos. La Comisión lo seleccionó; es el primer caso de muerte por glifosato que ha investigado. Todavía está pendiente su decisión, pero la Comisión ya aceptó otro caso, el de Doris Alape. Y el de Yaneth ganó tanta relevancia que la Comisión de la Verdad sobre lo ocurrido en conflicto armado lo incluyó en su Informe Final.
“Buscamos visibilizar el caso de Yaneth Valderrama, y aportar a la construcción de paz para que muchas personas puedan tomar conciencia y entiendan realmente cuáles fueron las dimensiones de este problema. De esa manera podemos marcar un camino que nos permita proponer e implementar soluciones que eviten que se repita la aspersión con glifosato”, afirma Martínez.
Desde el 2015, cuando la Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer clasificó al glifosato como una sustancia “probablemente cancerígena para los seres humanos”, Colombia suspendió su uso. Aunque el Gobierno de Iván Duque intentó, a lo largo de sus cuatro años, retomar las fumigaciones, pero no lo alcanzó a hacer. Con Gustavo Petro, crítico acérrimo de esa herramienta para luchar contra la coca –y de la lucha contra las drogas en general- no se retomará. Y aunque eso no ocurra Una lucha por la vida puede ser útil en otros países a la vez que conserva la memoria de Yaneth Valderrama y, a través suyo, de miles de campesinos afectados por el uso del pesticida.
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