¿Adiós a los combustibles fósiles? Cuánto consume cada país y quién avanza
La cumbre del clima ha llamado, por fin, a dejar atrás el petróleo, el gas y el carbón. Los principales responsables de la crisis climática todavía aportan el 82% de la energía mundial
Esta semana la cumbre del clima COP28 se cerró con un texto que llama a las naciones a dejar atrás los combustibles fósiles, a fin de alcanzar el cero neto de emisiones en 2050. Para muchos es un acontecimiento histórico. Primero, porque es la primera vez en tres décadas de acuerdos que se incluye una referencia directa a estos combustibles, que son los principales responsables de la crisis climática. Se ha s...
Esta semana la cumbre del clima COP28 se cerró con un texto que llama a las naciones a dejar atrás los combustibles fósiles, a fin de alcanzar el cero neto de emisiones en 2050. Para muchos es un acontecimiento histórico. Primero, porque es la primera vez en tres décadas de acuerdos que se incluye una referencia directa a estos combustibles, que son los principales responsables de la crisis climática. Se ha señalado al elefante en la habitación, como lo expresó Manuel Planelles, enviado de este periódico a la cumbre de Dubái. Pero la meta también es significativa por otra razón: por lo difícil que será cumplirla sin caer en excusas de letra pequeña.
Mirad el gráfico. El consumo de combustibles fósiles en el mundo es todavía enorme —representa el 82% de toda nuestra energía— y todavía creciente. Según los datos de Our world in Data, en la última década se estabilizó el uso del carbón, pero todavía crecieron el del petróleo y el gas.
¿Cuáles son las previsiones para el futuro? Las proyecciones de la Agencia Internacional de Energía dicen que estamos cerca del máximo —el momento de mayor consumo en la historia—, pero que todavía no lo hemos superado: “Estamos en el camino de ver el pico de todos los combustibles fósiles antes de 2030″. De cumplirse, eso dejaría un plazo de dos décadas para llevar la curva hacia abajo.
Es algo que ningún gran país ha logrado todavía.
Pero es interesantísimo observar las diferencias entre naciones. Para hacerlo, he preparado con Borja Andrino este otro gráfico, que cruza dos variables clave: (1) el consumo por persona de energía de cualquier tipo y (2) el porcentaje de esa energía que se obtiene con combustibles fósiles.
El gráfico muestra la variedad de situaciones. Un extremo es Bangladesh, que consume poca energía pero la extrae toda de combustibles fósiles. Otro es EE UU, que es de los países que más energía gasta y además el 80% de ella son combustibles fósiles. ¿Dónde encontramos ejemplos más positivos? Brasil consume poca energía (todavía) y solo la mitad son fósiles (usa mucha hidroeléctrica). Y luego están los nórdicos europeos, que han reducido el uso de los combustibles fósiles hasta solo un 26%, en el caso de Suecia.
Podemos usar ese mismo gráfico para ver la trayectoria que han seguido a lo largo de los años algunos países, y de paso especular sobre la senda que deberán seguir para alcanzar el objetivo de cero emisiones en 2050. Por ejemplo, en los últimos 10 años tanto China como EE UU han empezado a reducir el peso de los combustibles fósiles en su mix. En el caso estadounidense, lo han hecho mientras reducían su consumo total de energía; en el chino, mientras lo aumentaban al ritmo de su economía.
Por último, hemos puesto el foco en la evolución de algunos países europeos. Aquí es donde se ve más cercana la meta (un consumo moderado y sin combustibles fósiles).
Un éxito es Dinamarca, que desde 1995 hasta ahora ha reducido mucho el peso de petróleo, gas y carbón en su consumo de energía, bajándolo del 98% al 57%.
Francia redujo el peso de los combustibles fósiles del 88% al 55% entre 1975 y 1995, al desplegar sus centrales nucleares (cuya aportación rozó el 40%). Después, en los últimos 20 años, lo que han hecho es reducir el consumo total, reducir también la nuclear, y elevar las renovables.
¿Y España? Me llamó la atención el pico de consumo energético durante los años de burbuja, allá por 2005. Después se observa una mejoría, aunque poco espectacular: hemos reducido ligeramente el consumo total de energía y también el peso de los combustibles fósiles, aunque todavía es del 70%.
Otras historias
🍿 Lo más visto en Netflix…
La empresa de streaming publica información cada vez más detallada sobre sus títulos. Por ejemplo, podemos ver que lo más visto la semana pasada fue la película Dejar el mundo atrás, con 41 millones de visionados (entre los que me incluyo; me gustó bastante). También tienen una clasificación histórica con los mejores estrenos, por números de visionados entre sus primeros 90 días (he visto cuatro de los 10; ninguno me entusiasmó). Además, a estas cifras sobre sus grandes éxitos, han añadido ahora una base de datos con la información de 18.000 títulos.
🎂 ¿Tu hijo nació el mismo mes que tú?
Se acaba de publicar un estudio que dice que no es pura casualidad. Si tu madre nació en primavera, o en cualquier otra estación, es más probable que tú también. Es decir, existe una asociación entre el mes de nacimiento de padres e hijos, que tienden a coincidir en el mes o en la época del año con (un poco) más probabilidad de lo que dictaría el simple azar.
Con datos recientes de Francia y España, observan que las madres que comparten mes de nacimiento con sus hijos son un 2% o 3% más de lo que cabría esperar. También han encontrado la misma coincidencia en la fecha de nacimiento de las parejas casadas y entre los diferentes hijos de una pareja.
¿Cuál creen que es el motivo? La explicación sería esencialmente social, como me explicó al correo una de las autoras del trabajo, Adela Recio Alcaide: “nuestra forma de vida nos hace más proclives a concebir en unas épocas que en otras; y generalmente, nuestra forma de vida y la de nuestros familiares se parecen”. Por poner un ejemplo, se ha observado que las mujeres con estudios superiores dan más a luz en primavera (porque conciben más durante las vacaciones de verano). Y cómo es más probable estudiar si tus padres estudiaron, ambas cosas se conectan: en una estirpe familiar con más estudios habrá una tendencia (pequeña) a nacer más en primavera.
🤖 ChatGPT entre los científicos de 2023
La revista Nature ha elegido por primera vez para su lista a un ente no humano: “el sistema de inteligencia artificial fue una fuerza en 2023, para bien o para mal”, dicen. Daniel Mediavilla hace un resumen de los otros elegidos, entre los que está Ilya Sutskever, científico jefe y cofundador de OpenAI, la organización que creó ChatGPT.
Como dice la revista, Sutskever “ha jugado un papel clave en el desarrollo de los sistemas de IA que están empezando a cambiar la sociedad”. El texto cuenta una historia que a posteriori suena premonitoria. Siendo un adolescente, Sutskever se acercó a la Universidad de Toronto, tocó la puerta de Geoffrey Hinton —un pionero de las redes neuronales— y le pidió trabajo: “Me dijo que estaba friendo patatas para ganar dinero durante el verano, y que preferiría trabajar para mí haciendo inteligencia artificial”, dice Hinton. El profesor añade otro detalle sobre su discípulo: “No es solo inteligencia lo que le distingue”, matiza. “Es también la urgencia con la que hace las cosas”.
¿Me ayudas? Reenvía esta newsletter a quien quieras, y si no estás suscrito, apúntate aquí. Es un boletín exclusivo para suscriptores de EL PAÍS, pero cualquiera puede recibirlo durante un mes de prueba. También puedes seguirme en Twitter, en @kikollan, o escribirme con pistas o comentarios, a kllaneras@elpais.es.