Los Premios Ondas celebran el futuro de la radio y la fuerza del periodismo frente a la mentira
Veteranos de la comunicación como Isaías Lafuente, Paco Lobatón y El Gran Wyoming reivindican a los profesionales de la información de hoy y del mañana
Dicen los manuales que las grandes fiestas deben empezar muy bien y acabar todavía mejor. Si las ovaciones son un termómetro, la gala de entrega de los Premios Ondas ha dado este miércoles en el clavo. La primera de las 26 estatuillas entregadas la ha recogido la periodista Gemma Nierga por su programa Cafè d’Idees y, tras agradecerla, ha mostrado su esperanza de que en el futuro esos galardones los puedan ganar “Osmán, Salma, Mohammed… porque eso querrá decir que los que quieren expulsarlos no han podido hacerlo y, en cambio, este país les ha dado la oportunidad que se merecen”. Fue acabar la frase y los vítores llenaron el Gran Teatre del Liceu.
Y José Miguel Monzón, El Gran Wyoming, ha hecho la magia también al final, con uno de esos discursos duros que tanto le caracterizan, ayer sin atisbo de humor, advirtiendo contra aquellos que se dicen periodistas y son “intoxicadores que ocupan el espacio de la información para lanzar mentiras, insidias”. Llamó a los nuevos profesionales de la información a “luchar contra los enemigos de la libertad: estuvieron, estarán y están, con lanzallamas o con motosierras”. Y el Liceu volvió a rugir en el fin de fiesta organizado por Grupo Prisa y Radio Barcelona-Cadena SER.
Fueron dos horas en el que se reivindicó la radio, la televisión y la música desde la empatía, el respeto, la amabilidad y la conversación, como logró sintetizar la conductora del evento, Mara Torres. Pero en ese discurso se coló también el futuro, las juventudes que tienen que comandarlo en los próximos años y que ahora están en un mar de incertidumbre, cuando no de precariedad. Paco Lobatón, premio especial por su carrera, les pidió un favor: “No os dejéis abatir por la precariedad, os necesitamos para combatir los bulos”.
De las dificultades hablaron casi todos, también Pastora Soler, galardonada por su trayectoria musical. Recordaba que su hija de 10 años le preguntaba qué era eso del premio Ondas que iba a recibir, y dijo que intentó hacerlo entendible con unas pocas palabras: un premio “por llevar toda la vida dedicada a lo que me he dedicado toda la vida, con muchos altibajos”. La tonadilla del “volver a levantarse” que había utilizado antes Nierga o la superación de obstáculos, como señaló Alejandra Herranz, hoy presentadora del telediario de RTVE y ayer premiada por su trayectoria, pero que ayer recordaba su primer directo, en el aeropuerto de Barcelona. “Mis jefes no lo veían claro”, explicó de aquel estreno. “Aquí estoy”, cerró, en un intento de generar confianza.
“La palabra del día es gracias”, dijo el periodista de la SER Isaías Lafuente ya con el premio Ondas a la mejor labor profesional tras 40 años de profesión en sus manos. El veterano un ligero repaso a la carrera iniciada hace 40 años como becario y reivindicó a los jóvenes que un día llegan a los medios de comunicación “con la fecha de caducidad en la frente” porque no tienen oportunidad de madurar ni de emprender una carrera como la que él sí acabó forjando.
Dos horas antes, fuera, en medio de un ambiente marcado por el polvo de las innumerables obras en las Ramblas y las luces de Navidad encendidas desde el último fin de semana, la tradicional alfombra roja recibía a invitados y premiados. Pasaba desapercibido ese “mundo que nos da un poco miedo”, como lo definió Mònica Terribas, que recogió el galardón al documental Yo dejé el Opus Dei. “Vamos a hacer retroceder a la gente que quiere aniquilar este país”, señaló, muy en línea de toda la gala.
Durante el almuerzo previo a la gala con los galardonados, la consejera delegada de Prisa Media, Pilar Gil, reivindicó el papel de la radio y de los viejos transistores. Ocurrió durante la terrible dana que asoló Valencia el 29 de octubre y Gil volvió a recordar el rol central que tuvo el pasado 28 de abril, cuando un gran apagón dejó sin electricidad a España. “Aquella tarde todos buscamos un transistor para saber qué pasaba, para escuchar, para saber, para entender y para tener contexto”, dijo. El alcalde de Barcelona, Jaume Collboni, anfitrión de la recepción a los premiados, llamó a apostar por la creación cultural desde la capital catalana, de la que dijo que protagoniza una “nueva primavera cultural”.