Las primeras imágenes del año de una osa parda y sus dos crías en el Valle de Arán
El oso pardo fue declarado en 1972 como “animal totalmente protegido” y en 2021 se detectaron en Cataluña 38 ejemplares
El crujir de las hojas interrumpe el cantar de las aves en el Valle de Arán (Lleida) y un árbol es el testigo de la tierna escena. Una osa adulta explora el bosque junto a sus dos crías. Tranquilos y curiosos, lo oseznos olfatean el árbol antes de continuar el camino que le marca la madre. Son las imágenes del vídeo que acompaña a esta noticia, distribuidas por el cuerpo de agentes de medio ambiente del Consejo General de Arán. Se trata de la primera grabación de este 2022 de estas características.
El valle atlántico en la cordillera de los Pirineos destaca por la orografía, con valles colgados y cimas superiores a los 2000 metros, y su singularidad idiomática. El aranés es la variedad de la lengua occitana que se habla en la comarca. De todo el Pirineo central, los bosques del Bajo Arán son el lugar preferido de residencia para los osos pardos y en ocasiones se pueden encontrar las marcas que dejan a su paso: grandes huellas en las últimas nieves primaverales o arañazos con cinco garras marcadas en los árboles. El comienzo del verano es el mejor momento para verlos, pero su excelente olfato y su aversión al hombre lo dificultan. Desde 1972 la especie ha sido declarada como “animal totalmente protegido” por el riesgo de desaparición. En 2021 en Cataluña se detectaron 38 ejemplares del mamífero más grande de las florestas caducifolias pirenaicas en las comarcas del Valle de Arán, Pallars Sobirà y Alta Ribagorça.