Venecia se replantea su futuro
Tras sufrir la masificación turística, los venecianos ahora buscan nuevas propuestas para un turismo más responsable y sostenible
Venecia celebró el pasado mes de marzo su 1.600 cumpleaños a solas. Hoy, el embarcadero de la cuenca de San Marcos sigue sin turistas y las góndolas del embarcadero de Rialto reposan serenas en las aguas del Canal Grande, como puede verse en el vídeo adjunto desde la lente del Premio Nacional de fotografía, José Manuel Ballester. Venecia no está muerta, desde luego, pero sufre las consecuencias de un sistema salvaje de economía turística implementada en los últimos 20 años. El exceso de viajeros creó una serie de problemas: se disparó la especulación inmobiliaria, desaparecieron servicios para los residentes, florecieron las tiendas de souvenirs baratos y se multiplicaron los locales y los puestos de comida rápida. En medio del silencio, se escuchan las voces de los venecianos, que piden aprovechar este paréntesis para plantear una pregunta: ¿cómo debería ser el futuro de la ciudad?