Eduardo Padrón: “Lo que está sucediendo con los inmigrantes en Estados Unidos es inaceptable y una falta de respeto a la dignidad humana”
El cubano, presidente emérito del Miami Dade College, se suma a una campaña pública que denuncia las políticas migratorias “deshumanizantes” de Trump
Eduardo Padrón (Santiago de Cuba, 81 años), presidente emérito del Miami Dade College, habla con la serenidad de quien ha dedicado toda la vida a la educación. Pero cuando describe el trato que reciben hoy muchos migrantes en Estados Unidos, su tono cambia hacia una indignación contenida. “Lo que está sucediendo es inaceptable, cruel, un maltrato que muestra una falta de respeto a la dignidad del ser humano”, dice en conversación con EL PAÍS. “Y siento que tenemos la obligación de alzar la voz, porque somos inmigrantes”.
Esa convicción lo llevó a sumarse, junto a otras figuras destacadas de la comunidad, a la campaña “Cuatro Voces, Un Miami”, impulsada por Keep Them Honest. La iniciativa incluye vallas publicitarias y videos en redes sociales denunciando que las políticas migratorias de la Administración de Donald Trump “deshumanizan” a los inmigrantes y los obligan a vivir “con miedo”. Además de Padrón, participan el periodista Michael Putney, la presentadora Leticia Callava y el líder cívico y ex director del Miami Herald David Lawrence Jr.
La iniciativa está financiada por Keep Them Honest, Inc. una organización que ha lanzado campañas criticando a los líderes republicanos del sur de la Florida por no defender a los inmigrantes que huyen de dictaduras. Algunos de los anuncios dicen “Deportar a los inmigrantes es cruel”, con imágenes de los legisladores. El filántropo cubanoamericano Mike Fernández ha revelado que ha aportado millones de dólares a la campaña.
La Administración de Donald Trump ha prometido deportaciones masivas y ha intensificado las redadas en centros de trabajo, arrestos en paradas de tráfico y la detención de personas en tribunales migratorios. El clima de temor ha dejado a numerosas familias separadas y ha golpeado de forma directa a las grandes diásporas latinoamericanas del sur de Florida, donde muchos han quedado en un limbo migratorio después que el Gobierno cancelara sus protecciones temporales o programas humanitarios que les permitían vivir y trabajar legalmente.
Florida, bajo el liderazgo del gobernador republicano Ron DeSantis, ha seguido una línea similar, con leyes que criminalizan la entrada de inmigrantes al Estado, la creación de nuevos centros de detención y acuerdos entre cuerpos policiales y agencias federales para arrestar inmigrantes. DeSantis también impulsó el proyecto de la biblioteca presidencial de Trump en Miami, que involucró la transferencia apresurada de un terreno del MDC al Estado, algo que Padrón ha criticado públicamente.
En su página web, Keep Them Honest señala directamente a los congresistas del sur de la Florida Mario Díaz-Balart, Carlos Giménez y María Elvira Salazar por “permanecer en silencio” mientras se despoja de protecciones legales a cubanos, nicaragüenses, venezolanos y haitianos. “Demasiados políticos actúan como si se hubieran olvidado de dónde vienen”, dice el sitio.
Padrón insiste en que su participación no busca atacar a nadie. “Mi único propósito es defender los derechos de los inmigrantes, luchar contra los abusos y las formas en que las leyes no se están aplicando debidamente en el trato a los inmigrantes”, agregó.
Padrón emigró de Cuba a Miami cuando era un adolescente a través de la Operación Peter Pan, un éxodo masivo de menores que llegaron solos. Dirigió el MDC durante casi 25 años y en 2016 recibió la Medalla Presidencial de la Libertad, el máximo honor civil de la nación. Recuerda que muchas de las personas que han hecho importantes contribuciones en este país vinieron de otros lugares, como él.
Padrón reconoce que los migrantes, como cualquier ciudadano, tienen “la obligación de obedecer las leyes, comportarse al nivel de las circunstancias. No debe haber excepciones simplemente porque seamos inmigrantes. Tenemos que dar un ejemplo”, afirma. Pero añade que esa conversación suele estar desconectada de la realidad.
“Lo que me preocupa es que cuando uno mira los registros policiales, el porcentaje de crímenes cometidos por inmigrantes es muy pequeño comparado con el resto de la población”, explica. “Y de eso nunca se habla. Actualmente, la forma en que esto se presenta al pueblo estadounidense es como si los inmigrantes fuéramos criminales, indeseables, responsables de todo tipo de abusos. Cuando en realidad es todo lo contrario”.
Para Padrón, Miami es la prueba más visible de esa contradicción. La ciudad fue construida por migrantes llegados de todas partes buscando libertades y oportunidades. “Es algo que se debe celebrar, no castigar”, indica.
Lo que más le duele es el clima de crueldad creciente en la aplicación de leyes migratorias, con prácticas que describe como “despectivas y discriminatorias”, basadas a menudo únicamente en la apariencia o el acento. “Si alguien luce como hispano, ya sea por el color de la piel o por el acento que tenga, muchas veces eso es causa para pararlo, destruirle el automóvil, cogerlo preso, tirarlo al suelo. Esas son prácticas al estilo fascista que no tienen lugar en un país como este”, afirma.