HRW pide acabar con el confinamiento en solitario en los centros de detención de migrantes
La organización internacional denuncia que las autoridades de prisiones tienen a unas 122.000 personas en aislamiento al menos durante 22 horas al día
La organización no gubernamental de vigilancia de los Derechos Humanos, Human Rights Watch (HRW), ha criticado que el Gobierno de Estados Unidos permita el uso del confinamiento en solitario en sus prisiones, y en particular en los centros de detención de inmigrantes, donde se han llegado a exceder los límites de tiempo que se considera tortura por parte de la ONU. Esta organización internacional ha hecho un llamamiento a terminar no solo con esta práctica, sino también a avanzar en el proceso de acabar con la detención de inmigrantes indocumentados. “Imponer el confinamiento solitario es una privación extrema de derechos que es desproporcionada a cualquier interés legítimo del Estado en el contexto de la detención de inmigrantes”, dicen en HRW.
El llamamiento llega en el mismo mes en el que detenidos en dos centros de California del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de Estados Unidos (ICE, por sus siglas en inglés), gestionados por la empresa GEO Group, iniciaron una huelga de hambre y trabajo para protestar las condiciones de vida a las que se ven sometidos mientras esperan la deportación. Los detenidos de Golden State Annex en McFarland, a 130 millas de Los Ángeles, y los de Mesa Verde en Bakersfield denunciaron su situación médica, alimentaria, su incomunicación por el fin de las llamadas de teléfono gratis y el confinamiento en solitario.
Familiares y exdetenidos tenían previsto protestar esta semana ante las oficinas de ICE en San Francisco por el trato recibido en estos centros de detención. La huelga de hambre ha acabado por motivos de salud, según la organización de California Collaborative for Immigrants Justice (CCIJ). Edwin Carmona Ruiz, de CCIJ, ha condenado el uso de este aislamiento y explica que las empresas privadas que gestionan las cárceles usan el confinamiento en solitario para acallar las protestas.
HRW asegura que en todo el país las autoridades de prisiones tienen a unas 122.000 personas en confinamiento en solitario durante 22 horas o más al día. En particular, con respecto a los inmigrantes, desde 2018 a 2023 el ICE ha dejado en este régimen de aislamiento a más de 14.000 personas detenidas. Son cifras que manejan Médicos por los Derechos Humanos (PHR) en colaboración con el Programa Clínico de inmigración y Refugiados de Harvard (HIRC) en un estudio con datos del Gobierno obtenidos gracias a la ley de Libertad de Información.
Estas dos organizaciones han podido acreditar que la duración de esas detenciones ha durado como media 27 días, lo que excede el umbral de 15 días que según los expertos de la ONU se considera una forma de tortura. El uso de este aislamiento de personas con discapacidades psicológicas y menores es también una forma de tortura dure lo que dure.
Más allá de las medias, el detalle de los datos revela que varios cientos de detenciones han durado al menos 90 días y se han acreditado 42 casos que han excedido el año. En muchos de estos casos quienes las han sufrido son personas con problemas de salud mental, a las que se les aplica este régimen en muchas ocasiones como medida disciplinaria por infracciones menores o represalias por las protestas con respecto a su trato en detención.
“El trato de los detenidos en los centros de inmigración y el excesivo uso punitivo del confinamiento en solitario no solo está en contra de las propias políticas y principios del ICE sino que además viola leyes constitucionales y las leyes internacionales de Derechos Humanos”, explican en sus conclusiones sobre la que se califica una degradante forma de trato.
El llamamiento de Human Rights Watch alerta, además, de que el aislamiento en solitario afecta más a los inmigrantes negros, sobre todo caribeños y africanos, y agrava los efectos de experiencias traumáticas. La “segregación”, como lo califica el ICE, deteriora la salud mental y eleva el riesgo de suicidios.
La organización también pide que la detención de inmigrantes se use como último recurso y recuerda que el Grupo de Trabajo de Detención Arbitraria de la ONU ha pedido desde hace daños que se acabe con estas privaciones de libertad a personas que estén en procesos de deportación.
Estados Unidos tiene programas alternativos a la detención desde 2004 que permiten a los no ciudadanos permanecer en sus comunidades, seguir atendiendo sus obligaciones familiares y preparándose para los procedimientos de inmigración. Según los datos de la Universidad de Siracusa, ICE tenía a 37.004 personas en centros de detención hasta julio de 2024 y 177.670 familias e individuos con programas alternativos de detención y seguimiento.
El seguimiento que se hace por parte del equipo de Siracusa de estas detenciones apunta a que desde el inicio de la Administración Biden hasta finales de 2022, se llegó a usar este tipo de seguimiento y régimen alternativo a la detención con 377.980 personas. Desde inicios del 2023 estas cifras comenzaron a caer y ahora se está en uno de los momentos más bajos desde enero de 2022, una bajada que coincide con las recientes decisiones del Gobierno de limitar el asilo en la frontera de Estados Unidos con México.