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Ana María Polo: “Es difícil ser latino y no sentirse discriminado en Estados Unidos en este momento”

La presentadora del icónico programa ‘Caso cerrado’ critica las políticas del presidente Trump y muestra preocupación por el trato a los inmigrantes

Ana María Polo, la abogada cubanoamericana que por casi 20 años entró a cientos de miles de hogares hispanos desde su tribunal en el popular programa Caso cerrado de la cadena Telemundo, dice que Estados Unidos, país al que emigró siendo solo una niña y donde ha vivido la mayor parte de su vida, ya no se siente como su casa: “Es difícil ser latino y no sentirse discriminado en Estados Unidos en este momento”.

“La división en el país es muy grave, muy fea”, señala. La abogada y personalidad televisiva, que atiende a EL PAÍS por teléfono, describe un panorama lúgubre en la política estadounidense bajo el Gobierno de Donald Trump, plagado de divisiones y retrocesos en materia de derechos y leyes, y muestra su preocupación por el balance de poderes y el trato a los inmigrantes y la comunidad latina. “Hay una discriminación clara, contundente, enfocada contra los latinos”, sostiene.

“Hay muchísimos [inmigrantes] que estaban cumpliendo con la ley y los están maltratando y los están perfilando [racialmente], y eso no está bien. Este país se construyó con inmigrantes”, indica. Además de criticar la política migratoria del Gobierno de Trump, Polo asegura que no entiende “cómo todos estos senadores y congresistas cubanoamericanos están apoyando a esta Administración”, en referencia a los legisladores del sur de Florida, Estado al que arribó hace más de 60 años y donde continúa viviendo.

Nacida en La Habana en 1959, Polo emigró a Miami cuando tenía 2 años y vivió en Puerto Rico hasta mediados de los setenta. Luego regresó a Miami, donde estudió Derecho, grabó su exitoso programa de pleitos judiciales y sigue hoy día.

Caso cerrado, que rodó más de 2.000 episodios entre 2001 y 2019, cuando concluyó el contrato de Polo con Telemundo, amasó grandes audiencias en Estados Unidos, Hispanoamérica y Europa. El programa se ha traducido a varios idiomas y todavía se transmite en televisión y plataformas de streaming. El personaje de la doctora Polo, con su mallete y su inconfundible “He dicho, caso cerrado”, trascendió las pantallas y ha dejado una huella en la cultura hispana popular.

Desde que terminó el programa, Polo ha hecho varios amagues de volver a la pantalla. En 2019 dijo que planeaba rodar una película sobre Caso cerrado, pero luego de varias fechas tentativas, la cinta no se ha materializado. Dice que el proyecto “sigue andando” con una compañía de producción de Chile, pero el guion que tenía no era de su agrado, lo están revisando y piensa retomarlo. En 2022, anunció que haría una nueva versión de Caso cerrado en unos estudios en Doral, al norte de Miami, con la productora Mega Global Entertainment, pero el proyecto no se concretó.

Ahora, a sus 66 años, Polo dice que se está tomando un merecido descanso después de “trabajar como una mula”, y dedica sus días al jardín, el mar, viajar y ver televisión. También a crear conciencia sobre el cáncer de mama entre los hispanos. Sobreviviente de un cáncer diagnosticado en 2003 y por el que se hizo una mastectomía radical del seno derecho, Polo reconoce que lleva grandes cicatrices, pero apunta que está “viva y saludable” gracias en buena parte a la temprana detección de la enfermedad.

La abogada acepta que siempre habrá alguien ofreciéndole retomar Caso cerrado, pero ella ya no es la misma persona de antes. “Uno envejece, y tampoco tengo ganas de estar yendo a darme bótox y rellenos. Uno llega un momento que dice: ‘Esta soy yo’. Y lo que vale es la mente de uno, el espíritu, no la apariencia. Pero en la televisión siempre estamos todos pispiretos”.

Tampoco cree que en Estados Unidos haya “un ambiente bueno” para programas como Caso cerrado. “No quiero ser Jimmy Kimmel ni Stephen Colbert. Quiero poder hacer un programa donde la libertad de expresión se respete de verdad, no se esté cortando a pedacitos”, dice, en referencia a los dos cómicos que han visto sus shows suspendidos por presión de la Administración Trump.

Polo compara el “extremo ideológico” actual en el país al del macartismo, y dice que le preocupa la unión de la Iglesia con el Gobierno. “Los gobiernos no son para imponernos ideologías o dogmas religiosos, como que el aborto es un pecado. No somos quién para estar juzgando a una mujer que su salud depende posiblemente de un aborto, o estos conceptos cristianos de que la mujer es nada más para parir y para hacerle caso al hombre”, opina.

Su crítica no para allí: también le preocupa que el balance de los poderes judicial, ejecutivo y el Congreso que dicta la Constitución “se está perdiendo” con Trump. Dice que el Tribunal Supremo “hace caso a todo” lo que pida el presidente y que la corte está derrocando derechos por los que la sociedad estadounidense luchó tanto. Polo, quien hizo campaña en el 2014 a favor del matrimonio igualitario, asegura que “cuando el caso preciso se dé, lo van a quitar”.

En 2020, Polo fue portavoz de la organización no partidista creada por Michelle Obama When We All Vote, y dice que para las próximas elecciones va a estar activa, “porque todavía el voto sigue siendo nuestra arma más poderosa”.

Polo ha recibido numerosos reconocimientos, entre los que destaca el premio Mickey Leland por su compromiso humanitario. Desde 2021, la calle donde se grabó Caso cerrado en la ciudad de Hialeah, al norte de Miami, lleva su nombre. Además de mantenerse al día con sus más de 30 millones de seguidores en redes sociales, dice que está “muy conectada” con la gente en Miami, y cuando sale a la calle siempre hay alguien que se acerca, le da un beso y le expone un caso. “Eso me da una gran alegría. Digo: ‘Coño, hiciste un buen trabajo. Algo bonito diste y algo bonito recibes”.

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