La desinformación se ceba con los latinos por la barrera del lenguaje y el uso de WhatsApp
Surgen organizaciones que verifican las noticias para la comunidad hispana. Donald Trump y los republicanos lideran la difusión de informaciones falsas en la campaña electoral
El candidato republicano a la vicepresidencia, J.D. Vance, afirmó en el debate televisivo del 1 de octubre que en Estados Unidos hay entre 20 y 25 millones de migrantes indocumentados. Es falso. Las estimaciones oscilan entre los 11 y los 16 millones. Su rival, el demócrata Tim Walz, aseguró que por el proyecto 2025 Donald Trump hará un registro de embarazos si llega a la presidencia. También es falso.
Los políticos mienten descaradamente -unos más que otros- ante millones de personas en su afán por conseguir el voto, y aunque nadie está libre de ser engañado, la comunidad latina tiene ciertas peculiaridades que la hacen más vulnerable. La escasez de información en español y el uso masivo entre los hispanos de la aplicación de mensajería WhatsApp les convierte en un blanco perfecto para la difusión de noticias falsas.
“El bloque de votantes latinos está creciendo y hay demasiada desinformación en español. Sentimos la responsabilidad de enseñarles lo que es falso o engañoso y darles la información correcta para que puedan votar”, explica Miriam Valverde, editora adjunta de PolitiFact, una organización dedicada a la verificación de datos que el año pasado, con vistas a la campaña electoral, inició su actividad en español.
Esta entidad le ha colgado las etiquetas de “cierto”, “mayormente cierto”, “medio cierto”, “mayormente falso”, “falso” y “ridículo y falso” a más de 25.000 informaciones desde que empezó a operar en 2007. Para ello recurren a datos publicados, estudios y expertos que puedan aclarar los temas.
La carga de trabajo es abundante cuando una de las personas con más presencia mediática es Donald Trump. “Kamala Harris permitió la entrada de 13.099 asesinos convictos y se opone a cualquier esfuerzo para localizarlos y expulsarlos”; Harris “incluso quiere legalizar el fentanilo”; cuando los haitianos van a la escuela en Ohio “les quitan el puesto a nuestros hijos y cada uno va a tener un intérprete”. Todas ellas son afirmaciones del candidato republicano realizadas las últimas tres semanas en actos de campaña y todas calificadas como “falsas” por el equipo de PolitiFact.
Aunque los dos candidatos a la presidencia han difundido informaciones falsas o medio falsas, Trump gana por goleada. El 38% de las declaraciones verificadas por PolitiFact son mentiras, frente al 16% de las de Harris. Y el material verificado del expresidente es mucho más abundante: 1.057 comprobaciones del republicano y 59 de la demócrata.
Aparte de los discursos de campaña, la desinformación tiene en las redes sociales un canal perfecto para distribuirla. Cualquiera puede colgar en ellas vídeos de fabricación casera sin un filtro que las censure. PolitiFact en español denunció recientemente la falsedad de un vídeo difundido en TikTok que mostraba la leyenda “¡La campaña de Kamala Harris supuestamente está pagando a la gente 700 dólares por semana para viajar y asistir a todos sus eventos!”.
Los latinos se informan más por las redes sociales que por otros canales y eso les hace más vulnerables ante la desinformación. Además, son un objetivo claro porque con más de 36 millones de votantes su elección en estos comicios puede determinar quién ocupará el Despacho Oval los próximos cuatro años.
Una peculiaridad de este grupo en el uso extendido de WhatsApp, que hace más difícil rastrear la información, pues se realiza entre mensajes privados. “En esta plataforma se comparte bastante información sobre las elecciones y es más difícil corregirla porque no siempre podemos ver lo que circula. Es como un circuito cerrado y si se comparte la noticia sin verificar puede ser muy dañino”, reconoce Valverde.
Es muy común que los latinos se comuniquen con sus familiares y amigos que se encuentran en sus países de origen a través de WhatsApp. “Hay una desinformación en español que llega a estas comunidades de la diáspora a través de un canal tan difícil de monitorizar como es WhatsApp y que pasa por debajo del radar de las instituciones y organizaciones que se centran en luchar contra la desinformación que se difunde en inglés”, recoge un estudio de Factchequeado, otra organización dedicada a la verificación en español que fue fundada en 2022.
Cada semana realizan una reunión en la que participan sus “aliados”, y deciden los asuntos que van a investigar, también propuestos por su audiencia. Rafael Olavarría, venezolano residente en Atlanta y verificador especializado en política de Factchequeado, crea vídeos en TikTok y otras redes para destapar informaciones falsas a los latinos de forma que no sea aburrida.
¿Kamala Harris, comunista?
En uno de sus vídeos educativos, Olavarría mantiene una conversación consigo mismo para desmentir que Kamala Harris sea comunista, preguntándose si sus propuestas son las propias de esa ideología.
Olavarría afirma que los latinos están más expuestos a la información engañosa y “la tendencia de que se crean la desinformación es mayor cuanto más contenido político consuman por las redes y cuanto más polarizados estén”. Uno de los recursos más difundidos por los republicanos para ganar adeptos en la comunidad latina es la de tachar al Partido Demócrata de ser socialista o comunista. Con ello consiguen conectar con aquellos que han llegado a Estados Unidos huyendo de regímenes como los de Cuba, Venezuela o Nicaragua.
Una de las mentiras que circulaban por Internet y que PolitiFact verificó fue la afirmación de que Harris tenía un carnet del Partido Comunista. La investigación reveló que había sido hecho en una página web rusa a la que cualquiera puede acceder.
Otra de las tácticas es sacar de contexto una noticia. Valverde pone el ejemplo de una información que apareció en una web de sátira en la que se decía que los profesores de Harris la habían señalado como la peor estudiante que tuvieron. Alguien hizo una captura de pantalla de ello y, sin detallar que era una broma, lo difundieron por las redes. “La gente comparte informaciones de este tipo de páginas sin especificar que están fuera de contexto”, aclara.
Los asuntos relacionados con la inmigración son muy comunes en la desinformación, como el bulo de que Harris fue nombrada “la zar de la frontera”. Asimismo, “existen abogados y organizaciones que tratan de aprovecharse de los latinos y latinas que no tienen claros sus derechos y obligaciones en temas migratorios o no conocen los procesos administrativos que tienen que realizar y de ‘notarios’ que ofrecen servicios que, en realidad, no pueden ofrecer”, explican desde Factchequeado.
El problema es que una vez que se ha difundido la información y entra en ese infinito espacio en el que las noticias se multiplican exponencialmente, comprobarlas requiere tiempo, cuando ya el daño está hecho. “El reto que tenemos los factcheckers es que vamos tres pasos más atrás que la desinformación. La información es muy fácil de crear y luego tardamos como dos días en investigarla”, admite Olavarría.
Los expertos en descubrir la información engañosa recomiendan que se comprueben las informaciones antes de reenviarlas. Hay algunos pistas que nos pueden ayudar a descubrirlas. “Cuando una publicación sorprende o provoca ira, que tengan cuidado, son signos de que es desinformación. Antes de compartir que se pregunten de dónde vino y cuál era su intención”, aconseja Valverde.