Charlie McGettigan apoya a Nemo y desafía a la UER devolviendo su trofeo de Eurovisión
El irlandés, ganador del certamen en 1994, critica la participación de Israel
La polémica en torno a Eurovisión sigue creciendo. La decisión de la Unión Europea de Radiodifusión (UER) de permitir la participación de Israel en Eurovisión 2026 ha provocado una cascada de reacciones dentro y fuera del certamen. La negativa de España a participar como forma de protesta ha supuesto un punto de inflexión, sumándose a países como Irlanda, Eslovenia, Países Bajos y, más recientemente, Islandia. A este clima de rechazo se añadió el gesto quien ganó Eurovisión 2024, Nemo, que decidió devolver su trofeo a la UER. Ahora, esa protesta ha sido secundada por otro vencedor histórico del festival: el irlandés Charlie McGettigan, ganador en 1994, que ha anunciado que hará lo mismo en apoyo a Nemo.
McGettigan lo comunicó a través de un vídeo publicado en redes sociales. “Hola, soy Charlie McGettigan. Quizá me recuerden porque Paul Harrington y yo ganamos el Festival de Eurovisión en 1994 con la maravillosa canción de Brendan Graham, Rock ’n’ Roll Kids”, dice el cantante, que explica que la noche anterior a grabar el vídeo recibió un mensaje privado en Instagram de Nemo, en el que le comunicaba su decisión de devolver el trofeo como protesta por la inclusión de Israel en el certamen.
“Me pareció una persona inteligente y sensible, y expuso el caso realmente bien”, afirmó McGettigan en referencia al mensaje de Nemo. Tras reflexionar sobre ello, tomó su decisión: “En apoyo a Nemo, me gustaría devolver también mi trofeo a la UER”. No obstante, el artista confiesa una dificultad añadida: “Desafortunadamente, gané en 1994 y no consigo encontrar el trofeo que recibimos entonces. Pero si lo encuentro, también lo devolveré”.
Nemo, el inicio de la protesta
Nemo ha sido uno de los primeros ganadores del festival en alzar la voz públicamente contra la decisión de la UER, convirtiéndose además en la primera persona ganadora del certamen en devolver su trofeo. A través de un comunicado en redes sociales, criticó duramente la postura del organismo: “Eurovisión afirma promover la inclusión, la unión y la dignidad para todos, pero la participación de Israel demuestra un claro conflicto entre esos valores y la decisión adoptada por la UER”, expresó.
Su gesto ha abierto la puerta a una protesta simbólica sin precedentes entre los ganadores del festival. Esa protesta, unida a la cascada de reacciones internacionales surgida tras la decisión de la UER el pasado día 4 y la espantada de los cinco países (otros como Suiza, Austria o Alemania habían asegurado justo lo contrario: que se irían si Israel era expulsada) amenaza con que la polémica seguirá creciendo hasta la misma celebración del certamen, el próximo 16 de mayo en Viena.