Para qué sirve un ministerio según ‘El hormiguero’
La ministra de Infancia y Juventud, Sira Rego, no desaprovechó la ocasión de intervenir por alusiones en un vídeo, como las famosas en el antiguo ‘Sálvame’
Se preguntó Rosa Belmonte en El hormiguero para qué existía un Ministerio de Infancia y Juventud, y la titular del mismo, Sira Rego, corrió a grabar un vídeo (en formato vertical y tiktokero, que para eso es la ministra juvenil) para explicarle cuán imprescindible es su negociado. Al hacerlo, no solo dio la razón a Belmonte, sino que elevó un entretenimiento televisivo banal a la altura de un actor político relevante, y rebajó la dignidad de su cargo a la marrullería de...
Se preguntó Rosa Belmonte en El hormiguero para qué existía un Ministerio de Infancia y Juventud, y la titular del mismo, Sira Rego, corrió a grabar un vídeo (en formato vertical y tiktokero, que para eso es la ministra juvenil) para explicarle cuán imprescindible es su negociado. Al hacerlo, no solo dio la razón a Belmonte, sino que elevó un entretenimiento televisivo banal a la altura de un actor político relevante, y rebajó la dignidad de su cargo a la marrullería de un comentarista tuitero.
Cuesta mucho imaginar a Margarita Robles o a Félix Bolaños explicando a España por qué son importantes los ministerios de Defensa o de Justicia, pero Sira Rego no desaprovechó la ocasión de intervenir por alusiones, como las famosas en el antiguo Sálvame. Incluso se presentó al principio del vídeo, consciente de que su nombre y su cara son desconocidos para una mayoría de los españoles. Se entiende su desesperación por acaparar cierto protagonismo, tras casi dos años de oscuridad y silencio, pero no hacía falta que diese la razón con tanta vehemencia a las críticas improvisadas de una tertuliana.
Supongo que la mayoría de los ministros ni se enteran de que una colaboradora ha soltado un chascarrillo sobre ellos. Claro que de otros ministros se hacen chascarrillos todo el tiempo, y de Sira Rego, hasta esta semana, yo no había oído ninguno. Pero colocarse en el foco del debate puede ser perjudicial: mejor pasar inadvertida, antes de que más ciudadanos se planteen para qué sirve un ministerio cuyas competencias puede asumir sin problemas una subsecretaría.
En el capítulo de Los Simpson en que Homer va al espacio, alguien pregunta en la sala de control de Houston si saben si los astronautas están bien. “No sé —dice el jefe de la misión—, todos estos aparatos solo sirven para medir las audiencias”. Hay partes del Gobierno, entre las que destacan los ministros de Sumar, tan pendientes de la bronca efectista y de que les hagan un pelín de caso, que uno se pregunta si en sus despachos hay gente trabajando o solo ven El hormiguero, por si salta la liebre y alguien se burla de ellos y pueden responderle en las redes. Como decía mi abuela, el movimiento se demuestra andando: quien hace cosas útiles, las hace, no las explica. Y quien se deja la piel en su compromiso, como le gusta presumir a Yolanda Díaz —sin que tampoco se le noten desgarrones—, no tiene tiempo de ver la tele.