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‘Adolescencia’: la mejor serie de Netflix en lo que va de año ya se ha estrenado

Stephen Graham y el debutante Owen Cooper protagonizan una miniserie británica de cuatro espectaculares episodios grabados en plano secuencia cargados de drama

Stephen Graham y Owen Cooper, en 'Adolescencia'.

Adolescencia, recién estrenada en Netflix, es, sin duda, una de las grandes miniseries de lo que llevamos de año, todo un serión. Una mañana, la policía entra en la casa de una familia para detener a un adolescente de 13 años acusado de asesinato. Este podría ser el argumento de cualquier drama policial, pero en este caso tanto el fondo (un crimen cometido por un niño) como la forma en la que se narra hacen que la serie tenga un peso diferente. Porque cada uno de sus cuatro capítulos está grabado en un solo plano secuencia. Es decir, la cámara empieza a grabar y no para hasta que termina la hora del episodio.

Son planos sin trampa ni cartón: en otras ocasiones se aprovechan ciertos momentos para cortar sin que se note, pero aquí no hay corte ninguno. Requiere una destreza técnica máxima. El resultado son cuatro capítulos fantásticos, especialmente el primero y el tercero. Detrás de la cámara está Philip Barantini, quien ya realizara en plano secuencia la película El chef (Boiling Point), protagonizada por Stephen Graham, cocreador de la serie y que interpreta al padre del chico. Barantini explicaba en El Periódico algunas claves sobre el rodaje de la serie: se grabó con dos operadores de cámara que en algunos casos se pasan el aparato para esquivar obstáculos (atención al salto por la ventana en el segundo episodio); cada episodio se ensayaba durante dos semanas y se rodaba hasta en 10 ocasiones (dos por día) a lo largo de otra semana.

El primer episodio sigue la detención, el traslado a la comisaría y los primeros minutos allí hasta que llega el interrogatorio. Vemos los momentos de incomprensión iniciales en la casa, acompañamos al detenido subidos en el coche de policía con la cámara fija en él, recorremos los pasillos de la comisaría viendo el día a día de los agentes o la llegada del abogado de oficio, nos quedamos con los padres mientras esperan que les expliquen los siguientes pasos. Estamos igual que ellos, no sabemos qué ha pasado ni qué va a pasar hasta que llega el clímax emocional final. El segundo capítulo sigue las pesquisas de dos policías en el instituto del acusado y la víctima y vamos entendiendo el entorno y las circunstancias. El tercero salta en el tiempo y adquiere el punto de vista de una terapeuta que debe evaluar al chico en un cara a cara que fluctúa por diferentes puntos emocionales por los que también transita el espectador. Y el cuarto sigue un día en la vida de la familia meses después de lo ocurrido. Stephen Graham (el padre) y Erin Doherty (la terapeuta) están de 10, e impresiona el debutante Owen Cooper, el adolescente protagonista. No sería raro que acabe en muchas listas de lo mejor del año.

[Esta pieza se ha extraído de uno de los envíos de la newsletter semanal de Televisión de EL PAÍS, que sale todos los jueves. Si quiere suscribirse, puede hacerlo a través de este enlace].

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