‘Aventura en pelotas’: Sendas secretas de un perroflauta

Se agradece encontrar un reparto variado de concursantes, pero sigo preguntándome si alguien vería este formato si fueran vestidos

Dos de los participantes en 'Aventuras en pelotas', programa de la plataforma Max.

La versión española de Aventura en pelotas (cuyo nombre original es el mucho menos elocuente Naked and afraid, desnudos y asustados) ha aterrizado este domingo en Max. Lo habíamos visto (doblado) en Discovery, pero es esta la primera vez que vemos a españoles...

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La versión española de Aventura en pelotas (cuyo nombre original es el mucho menos elocuente Naked and afraid, desnudos y asustados) ha aterrizado este domingo en Max. Lo habíamos visto (doblado) en Discovery, pero es esta la primera vez que vemos a españoles acudiendo a la selva a vivir la experiencia de ser drenados por los mosquitos mientras les asedia un cámara perfectamente equipado.

Pese a que el título es lo bastante elocuente, procede explicar de qué trata Aventura en pelotas: cinco parejas de desconocidos se embarcan en 21 días de supervivencia en una zona agreste de Colombia, y lo hacen completamente desnudos. ¿Por dinero? No. Por la aventura. Cada pareja por su lado. En este formato no hay más premio que aguantar. Se paga, como es menester, un dinero por derechos de imagen, pero nada más. El pintoresco detalle de la desnudez no es más que el gancho para que el manido formato de la supervivencia enraíce entre los espectadores. Desnudos, descalzos, y armados con un machete y un encendedor sin gas.

El perfil de concursante es el de esa persona que te encuentras después de muchos años, que lleva braga de cuello o pañuelo palestino, y con quien te tomas unas cervezas sin muchas ganas. Después de que te cuente que se va de camping a Cádiz, que la playa de La Bolonia ya no es lo que era, y de que aturda con su proyecto de vida en el campo, se va sin pagar las cervezas porque justo no lleva suelto y no usa tarjeta porque está en contra de la tecnología. Gente que se come tu yogur, pero de buen rollo. Gente que se apuntó a escalada, que tiene como foto de Tinder una visita al rocódromo, y que no sabes de qué vive, ni cómo puede vivir tan bien. A priori parecen los de La isla de las tentaciones, pero sin ciclos sanos y sin cadenas de cirugía estética en las que se puede pagar a plazos. Llama la atención que todas las mujeres del concurso (y la mayoría de los hombres) llevan los genitales rasurados, exponiendo las partes más sensibles del cuerpo a todos los bichos que tengan a bien pasar por allí en busca de alimento. Sigue en falta un programa de gente sin tatuar. ¿Queda alguien?

Alba y Antonio, dos participantes de la primera edición española de 'Aventura en pelotas'.

El tráiler prometía un ramillete de asistentes del WOMAD huyendo de todos los bichos que una bruja le echa al caldero. Esto tiene, de entrada, el rechazo popular, pero también tiene la ventaja de que sus concursantes no quieren, a priori, ni dinero, ni vacaciones gratis, ni fama. Aquí la finalidad no es verles discutir (aunque discutan), sino verles aguantar como Kiko Matamoros aguantó el baile de San Vito provocado por las picaduras.

Estos son los concursantes:

Iñaki y Atena. Iñaki es influencer y se dedica a los retos de supervivencia. Es el único que parece tener carillas dentales. Atenea es una aficionada a la botánica y ya en el primer programa dice la frase “soy un poco bruja”, y sin embargo ha sido, de momento, de las más firmes.

Ainara y José. Ainara vive en una caravana y tiene un gato. José es cocinero. Parecería que ella iba a ser la quebradiza, pero no. José, de momento, parece haberse preparado viendo varias veces Jumanji.

Antonio y Alba. Antonio es un amante del estilo de vida primitivo, y por lo que se ve, parece que el enunciado coincide con la realidad. Alba llama la atención por su sobrepeso primero, y por su fortaleza después. Inesperadamente, hacen buena pareja para la supervivencia.

Sara y Félix. Sara es una instructora de escalada y Félix un trabajador social. Se llevan 20 años, y la primera reacción de Félix es la alegría. Antes de caer la noche ya sabe que le ha tocado el Gordo, la que no sabe sobrevivir. Por dar un dato, Sara llegó con gruesas trenzas de peluquería y con pestañas permanentes.

Genís y Adrián. Siempre hay una pareja que le cae mal a los redactores (que es como los guionistas se llaman en los realities), y en este caso es la de Genís y Adrián. Los dos esperaban encontrar a una mujer desnuda, y se encuentran con otro maromo. Frente a su inicial reacción de apoyo fraternal, las diferencias aparecen rápidamente. Adrián (conocido youtuber, además de expolicía) no se ha preparado viendo Jumanji. Él ha optado por Noche en el museo. Genís, simpático cual mascota de las olimpiadas, no para de bufar y rechistar. Además de no aguantarse mutuamente, se tienen que ver los testículos el uno al otro.

Uno de los participantes de 'Aventura en pelotas'.

Este es el reparto de la apuesta española de Aventura en pelotas. Llama la atención la heterogeneidad de sus concursantes. El programa empieza de golpe, sin una cara conocida comentando la finalidad del concurso, ni el recorrido, ni absolutamente nada. Tan solo hay un “índice de supervivencia”, que intuimos es sobre 10, pero que podría ser sobre 12, o sobre 30. Es una puntuación que, como en los juegos de rol, determina la capacidad para aguantar en tan hostil entorno. El programa nos habla de animales peligrosos, de caminatas insalvables, de temperaturas extremas... pero si hay alguien grabando ya sabemos que no solo se puede hacer ese recorrido, sino que además se puede hacer mientras se trabaja. Las zonas por las que se mueven salen en las rutas de Wikiloc (una página colaborativa donde la gente sube las rutas que dice haber hecho, proporcionando una información con más licencias que un partido de Oliver y Benji), así que serán un poco menos peligrosas de lo que querríamos creer. La única diferencia entre un aventurero y un loco es, al final, una cámara de vídeo.

No sé si funcionará esta edición española de Aventura en pelotas. Se agradece encontrar un reparto variado de concursantes, pero sigo preguntándome si alguien vería este formato si fueran vestidos, tal y como iban en Supervivientes, cuando a este programa iban anónimos, y no parientes de la Pantoja.

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