‘Ángel de la muerte’, psicopatía y catolicismo en Polonia

En sus cuatro temporadas, además de una intriga adictiva, se ofrece uno de los mejores y más completos perfiles de un psicópata asesino

Maciej Stuhr, protagonista de 'Ángel de la muerte'.

Decididamente, Polonia es ya una estimable factoría de series de ficción y si hubiera alguna duda solo hace falta contemplar las cuatro temporadas de Ángel de la muerte en las que, además de una intriga adictiva, se ofrece uno de los mejores y más completos perfiles de un psicópata asesino interpretado por un inquietante Maciej Stuhr, y el de una tenaz detective, a la que da vida Aleksandra Poplawska, protagonistas de la muy cuidada trama de la que es responsable Igor Brejdygan...

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Decididamente, Polonia es ya una estimable factoría de series de ficción y si hubiera alguna duda solo hace falta contemplar las cuatro temporadas de Ángel de la muerte en las que, además de una intriga adictiva, se ofrece uno de los mejores y más completos perfiles de un psicópata asesino interpretado por un inquietante Maciej Stuhr, y el de una tenaz detective, a la que da vida Aleksandra Poplawska, protagonistas de la muy cuidada trama de la que es responsable Igor Brejdygant.

En la capacidad productiva polaca tampoco quedan dudas de la importancia e influencia del catolicismo en la cultura y la política nacional. Al fin y al cabo es, al parecer, el noveno país del mundo con el mayor número de católicos y sin olvidarnos del polaco Karol Józef Wojtyla, también llamado Juan Pablo II. (Un inciso: ¿qué sería del polaco sin la j?). Nuestro asesino en serie, experto en Teología, termina sus días de libertad como organista de la iglesia de un pequeño pueblo de la Alta Silesia sin dejar de practicar su vocación más genuina: la de asesinar a damas a las que previamente trataba de seducir.

Destaca la habilidad de los cuatro guionistas de la serie, de los que obviaremos sus nombres para no malgastar la “j” del ordenador, que consiguen estimular el ansia del espectador por contemplar la temporada siguiente al finalizar cada una de ellas en un momento álgido de una trama en la que a la perversa crueldad del psicópata solo cabe contraponer la obsesiva constancia de la inspectora que seguirá, parafraseando a García Márquez, “el rastro de su sangre en la nieve” y así hasta finalizar los 28 capítulos de las cuatro temporadas. Ellos son la zanahoria y nosotros el burro, al menos hasta el último episodio.

Digno de encomio es que el creador de la serie haya optado por que la policía protagonista sea una mujer con un perfil normal, es decir, que no necesite una compañera autista, que no ponga morritos, que no se sienta la más deseada o se haga la ingenua, roles todos ellos que protagonizan series como Bright Minds, Mismatch, Candice Renoir o Elsbeth, más o menos entretenidas pero con pocas oportunidades para una mujer con sus contradicciones, sus altos y bajos anímicos, en una palabra: cotidianamente humana, como lo es la detective Agnieszka Polkowska. En resumen: Ángel de la muerte (Max y Movistar Plus+) es una notable serie.

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