¡No hables!
La censura ha igualado a dos presentadores tan diferentes como Jorge Javier Vázquez y Gary Lineker, a ninguno le dejan hablar de política, o más bien no les dejan hablar de la política que no se ajusta a la línea editorial de sus cadenas
Cuando leí que la nueva cúpula de Mediaset prohibía hablar de política en sus programas, pensé en Helen Sinclair, la diva de Broadway que interpreta Dianne Wiest en Balas sobre Broadway, tapándole la boca a John Cusak mientras repite una y otra vez “¡no hables!” Sé que la censura es más gris que melodramática, pero cómo evitar fantasear con ejecutivos ataviados con echarpes y turbantes que se abalanzan sobre presentadores y contertulios para evitar que digan lo que no quieren escuchar.
Lamentablemente, parece que el veto no afecta a espacios situados en la difusa frontera entre e...
Cuando leí que la nueva cúpula de Mediaset prohibía hablar de política en sus programas, pensé en Helen Sinclair, la diva de Broadway que interpreta Dianne Wiest en Balas sobre Broadway, tapándole la boca a John Cusak mientras repite una y otra vez “¡no hables!” Sé que la censura es más gris que melodramática, pero cómo evitar fantasear con ejecutivos ataviados con echarpes y turbantes que se abalanzan sobre presentadores y contertulios para evitar que digan lo que no quieren escuchar.
Lamentablemente, parece que el veto no afecta a espacios situados en la difusa frontera entre el informativo y el entretenimiento como el matinal de Telecinco, insaciable generador de crispación, bulos y desinformación interesada, sino, y creo que exclusivamente, a Sálvame y el díscolo Jorge Javier Vázquez; dudo que Mediaset tema que los Supervivientes divaguen sobre la subida del IPC o que durante una hoguera de confrontación alguna pareja pida a Sandra Barneda imágenes del ministro Escrivá explicando el periodo de cómputo de las pensiones. Que traten de silenciar a un presentador que acostumbra a manifestarse en defensa de los servicios públicos, el colectivo LGTBI+ o el bienestar animal nos dice todo lo que necesitamos saber del nuevo rumbo de la corporación.
A Gary Lineker, el habilidoso delantero reconvertido en respetado periodista deportivo, han tratado de disciplinarlo por criticar en Twitter las medidas del Gobierno británico contra la inmigración; la BBC no permite que sus trabajadores opinen de política. Curiosamente, cuando otros presentadores apoyaron a los conservadores o criticaron a la oposición no fueron represaliados.
La censura ha igualado a dos personajes con tan poco en común como Jorge Javier y Lineker, a ninguno le dejan hablar de política, o más bien, sorpresa, no les dejan hablar de la política que no se ajusta a la línea editorial de sus cadenas.
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