Qué pasa con ‘Autodefensa’: la serie sobre deseo femenino y ‘afters’ que más divide a internet

La autoficción de Filmin, que estrena su segunda tanda de episodios, explora el universo de dos veinteañeras que se permiten equivocarse (y hasta caer mal)

Berta Prieto y Belén Barenys son las protagonistas, guionistas y creadoras de 'Autodefensa'.

“Ojalá los hombres nos comieran el coño tan bien como nos comen el coco”. “¿Qué crees que es más importante: que las mujeres vuelvan seguras a casa y no haya violaciones o que haya una renta básica universal?”. “Follar es como ir a misa, ya sabes lo que va a pasar”. En Autodefensa, las frases de sus intérpretes funcionan como tuits destinados a viralizarse. Y sus capítulos, sin metraje específico ni un arco narrativo tradicional, se ven como si hiciéramos saltos de scroll con sus vidas. Si 2022 ha sido el año e...

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“Ojalá los hombres nos comieran el coño tan bien como nos comen el coco”. “¿Qué crees que es más importante: que las mujeres vuelvan seguras a casa y no haya violaciones o que haya una renta básica universal?”. “Follar es como ir a misa, ya sabes lo que va a pasar”. En Autodefensa, las frases de sus intérpretes funcionan como tuits destinados a viralizarse. Y sus capítulos, sin metraje específico ni un arco narrativo tradicional, se ven como si hiciéramos saltos de scroll con sus vidas. Si 2022 ha sido el año en el que se acordó que “si existe la voz de Twitter es la de una joven ansiosa y caliente”, no sorprende que la primera autoficción española que se mira como miramos internet (en fragmentos y sin orden ni concierto) se asome, precisamente, al universo de dos veinteañeras que creen sacar ventaja al resto.

Tras el revuelo que ha generado el tráiler y los primeros cinco capítulos de la nueva serie de Filmin, el día 6 de diciembre se estrena la segunda tanda de la producción que más polariza la conversación digital. Con Autodefensa, como con los trending topics, o se está muy a favor o muy en contra. Creada y escrita a seis manos por la dramaturga y actriz Berta Prieto, la artista Belén Barenys (Memé) y el director Miguel Ángel Blanca, en esta producción de 10 episodios, Prieto y Barenys se interpretan a sí mismas llevando su vida hasta la parodia y el exceso vital, ansiosas por poder sentir algo, poniendo sobre la mesa buena parte de los debates que nos atraviesan y que todavía no sabemos encarar.

Barenys y Prieto salen y se drogan mucho en 'Autodefensa', y han grabado en el piso que comparten en el barrio de Gràcia en Barcelona.Kiku Piñol

De la ansiedad a los abusos

Entre el humor incómodo, el absurdo y el psicoanálisis más autoindulgente, la serie que transcurre en Barcelona se ha vendido como “una mezcla de Girls con el Kids de Harmony Korine”. En sus primeros cinco episodios ha analizado el consentimiento sexual (Sentirse deseada), la crisis de salud mental (Ansiedad, donde Eloy Fernández Porta hace un cameo como maestro químico de las microdosis), la necesidad constante de autorrepresentarse y diferenciarse en esta era (Ser un concepto, que nació de un meme de TikTok), la perversión del lenguaje terapéutico (Brilla Brillante) o qué hacemos las mujeres con ese deseo que ya no sabemos si nos complace a nosotras o está construido para amoldarse a la mirada de los demás (Fantasía).

En esta segunda tanda, el listón no está más bajo: aquí se pone a examen el mito del pobre imbécil y por qué a las mujeres se les inculca complacer a los demás (Odiar a los hombres), se refuerza esa ansia de placer y gratificación instantánea antes que afrontar la propia realidad (Volver a casa y Buscando after) o se exhiben las vergüenzas, silencios e hipocresías frente a la cultura de abusos en el cine español (Actos colectivos). Un episodio inspirado en casos reales y en los que se escuchan frases como “si fuera Penélope Cruz podría denunciar un abuso, pero soy una actriz joven y precaria, soy carne de cañón para los abusadores”, “podemos hacer un abanico para la alfombra roja y ponernos un lacito por las mujeres, pero todo esto, ¿de qué sirve?” o “no sé si quiero ser actriz, cantante o lo que sea, pero lo que sé es que no quiero tener que comerle la polla a nadie para descubrirlo”.

Belén Prieto, Miguel Ángel Blanca y Belén Barenys, creadores de 'Autodefensa'.Kiku Piñol

Y todo se ha cocinado con diálogos elocuentes que no reniegan de la autoparodia o irritar al espectador, donde las mujeres se permiten y abrazan la posibilidad de ser cínicas y crueles, sintiéndose las más listas de la partida. Tramas que funcionan como cápsulas con su propia narrativa y estética, a veces sobreexpuesta y sucia para abrazar el caos, tal y como anhelan sus protagonistas.

Ni traumadas ni santas

“Me gusta mucho ver a gente hacer lo que le da la gana. Como cuando vas a un concierto y ves a gente que canta fatal, pero se lo está pasando genial. Ahí no hay error porque es algo genuino. Esto va sobre cagarla, sobre no demonizar el sexo o las drogas, sobre poder equivocarse”, defiende Berta Prieto sobre la esencia de este proyecto en una charla a tres, acompañada por el resto de creadores.

Allí aclaran que la serie nació después de que el director de Magaluf Ghost Town (2021) y cantante de Manos de Topo, Miguel Ángel Blanca, viese en Instagram un clip de unas vacaciones de Prieto y Barenys y se pusiese en contacto con ellas para desarrollar un proyecto. Y lo que empezó como Mamarrachas acabó siendo Autodefensa, donde Filmin ha dado toda libertad al metraje: aquí hay sexo crudo sin coreografiar, penes empalmados en primer plano o mujeres orinando en la calle de cara a la cámara. Algo difícil de encajar en otra plataforma e impensable en la televisión pública.

El objetivo, coinciden los creadores, es apostar por tramas en las que las mujeres no estén atadas al trauma para poder contarse. “Parece que solo tengo el derecho de explicar mi historia si me ha pasado algo muy fuerte. Si soy muy pobre, o si me han violado, o si tuve una infancia horrible. Da la impresión de que solo si he pasado esta penitencia como mujer, podré contar mi relato y así será válido”, destaca Prieto sobre el porqué de la actitud evasora y autocomplaciente de sus personajes. “Un tío no tiene por qué contar sus traumas, no tiene que pedir este permiso para contar su primera persona. ¿Por qué para mostrar mi punto de vista es más válido según el baremo de lo bien o lo mal que lo haya pasado en mi vida?”, añade.

Barenys, en una imagen promocional de 'Autodefensa'.Kiku Piñol

Ni traumadas ni santas. En Autodefensa las mujeres reclaman su derecho a ser verdugos y no solo víctimas del patriarcado. “En la serie somos unas cabronas y somos malas personas, y eso es algo que no se suele ver en los personajes femeninos”, apunta Barenys. “Aquí hay mucha crítica social, pero nosotras nos ponemos como sujeto de esa crítica, evidenciado nuestras putas cagadas”, añade Prieto. Algo que Blanca confirma: “Belén y Berta han sido muy valientes. Normalmente, la gente no quiere exponer su mierda. Aquí todo el mundo hace sus películas y construye sus personajes para demostrar al mundo lo que ha aprendido de la vida y lo empático que es, pero en realidad nadie se expone y ellas lo han hecho”, defiende.

El poso espiritual

Sobre el poso religioso que acompaña a la serie (el personaje de Belén, que viene de una educación cristiana en las Teresianas de Barcelona, es el que más habla sobre ello en la primera tanda y en la segunda se plantea un episodio de cuatro minutos que es un Evangelio impartido por las dos), Blanca asegura que la búsqueda de espiritualidad fue uno de los temas clave a la hora de encarar la edición. “Yo soy de la generación que matamos todos los temas de religión, pero me he dado cuenta de que lo espiritual está de moda. No sé si es porque se ha normalizado el milagro de la tecnología o si está volviendo a otro tipo de espiritualidad más clásica, pero ha vuelto no solo a nivel espiritual, sino estético”.

Para Barenys, la idea es mostrar la influencia del cristianismo, pero sin reivindicarlo: “Yo he tenido una educación muy cristiana, tanto en mi casa, como en mi colegio, era mi entorno, eso me ha llevado a querer hacer todo lo contrario, a definirme en oposición a eso. Pero tampoco negar que forma parte de mí”, apunta. Y Prieto, que no fue a una escuela religiosa ni siente que le haya influido, es la más tajante al respecto: “Me da un poco de miedo este retorno cristiano, ahora parece que sea moderno ser religioso. Eso tiene mucho que ver con un pensamiento bastante de derechas y retrógrado. Hemos superado muchas cosas como para tener que volver ahí. Las mujeres no nos merecemos el sentimiento de culpa”, sentencia.

Berta Prieto, en una imagen promocional de 'Autodefensa'.Kiku Piñol

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