¿Hasta cuándo va a durar el mito de que HBO fundó la buena televisión?

La mayor rémora en forma de cliché sobre las series de televisión es esa que encumbra por defecto a ‘Los Soprano’ y ‘The Wire’ como las mejores de la historia, y que corona a HBO como emperatriz televisiva

Michael K. Williams como Omar en 'The Wire'.

La mayor rémora en forma de cliché sobre las series de televisión es esa que encumbra por defecto a Los Soprano y The Wire como las mejores de la historia y corona a HBO como emperatriz televisiva, como si su lema en los noventa, aquel “It’s not TV, it’s HBO”, se tradujera como “Antes todo esto era campo”. Conviene recorda...

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La mayor rémora en forma de cliché sobre las series de televisión es esa que encumbra por defecto a Los Soprano y The Wire como las mejores de la historia y corona a HBO como emperatriz televisiva, como si su lema en los noventa, aquel “It’s not TV, it’s HBO”, se tradujera como “Antes todo esto era campo”. Conviene recordarlo ahora que, paradojas del destino, la mejor serie que se puede ver en el catálogo español de HBO Max es un drama médico de estructura convencional estrenado en la NBC en 1994, cuando Los Soprano y The Wire no eran ni una fantasía en las cabezas de sus creadores.

Fue precisamente la filosofía tras ese “It’s not TV, it’s HBO” la que consiguió hacer de sus series eso que un crítico relamido llamaría artefactos culturales y, por tanto, acercarlas a ese público elevado incapaz de dar por bueno algo que pudiera disfrutar cualquiera, aunque fuera un manjar. La telequenoeratele podía emparentarse con el cine y así permitir a literatos, sociólogos y críticos darle su aprobación.

Los Soprano y The Wire son series sensacionales, y HBO, la cuna de tantas otras extraordinarias —porloquesea, esos críticos esnobs nunca mencionan Sexo en Nueva York—. Pero, por nombrar solo algunas, antes existieron La ley de Los Ángeles, Hill Street, Expediente X y Twin Peaks, y durante, El ala Oeste, House y 24, y esto sin entrar en el desprecio manifiesto que sufre la comedia. Que lo mejor esté protagonizado por —como los definió el crítico Brett Martin— hombres difíciles y solo contado desde un drama alejado de la tele convencional no habla tanto de la tele como de quienes pretenden delimitar su calidad entre esas paredes. Menos mal que los demás nos podemos sentar a ver Urgencias y musitar con regodeo: “It’s not HBO, it’s TV”.

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