Campanadas

Este año no tendremos a José Luis Moreno, pero alguna astracanada caerá

Cristina Pedroche, durante la celebración de Nochevieja en la Puerta del Sol en 2020.JON-ARRILLAGA (GTRES)

A cinco días de Nochevieja veo que la especulación sobre el vestido de Cristina Pedroche está en horas bajas. Desde 2014 hablando sobre qué se pondrá y qué se ha puesto una presentadora que el día 1 dirimiremos si es feminista o alienada. Qué tedio. Lo único que podría levantar esto es tener a Chicote vestido de Pygar y a Pedroche de traje. O poner a una mujer madura de cuerpo normal y tener a su lado a Maxi Igle...

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A cinco días de Nochevieja veo que la especulación sobre el vestido de Cristina Pedroche está en horas bajas. Desde 2014 hablando sobre qué se pondrá y qué se ha puesto una presentadora que el día 1 dirimiremos si es feminista o alienada. Qué tedio. Lo único que podría levantar esto es tener a Chicote vestido de Pygar y a Pedroche de traje. O poner a una mujer madura de cuerpo normal y tener a su lado a Maxi Iglesias vestido (también) de Pygar, o de la criatura del Rocky Horror Picture Show, que viene a ser lo mismo pero sin alas. Inolvidable el año que iba dentro de una escultura y decía sentirse “más empoderada que nunca” mientras movía los bracitos como un playmobil. No creo que pase nada interesante hasta 2024. Entonces podremos cumplir el deseo popular que se extendió vía SMS allá por 2004, cuando Ramontxu se pasó el laissez faire por el forro al decir “feliz año nuevo” para evitar que todos los ciudadanos saliésemos por la ventana a berrear la rima más cafre del idioma español.

Lo que viene después lo ven personas que por el motivo que sea no pueden huir: niños, el periquito de la jaula, ancianos a los que les ha sido sustraído el andador… Este año no tendremos a José Luis Moreno, pero alguna astracanada caerá. Los jóvenes huirán escaleras abajo con la última uva en la boca antes de que se encienda el luminoso del 2022 porque ya tendrán al amigo esperando para ir a algún cotillón covid. Y en la tele el espectáculo de los muertos vivientes y un Cachitos que ya nada tiene que ver con el Cachitos del principio, el que tenía gracia. Pero les digo una cosa: las nocheviejas más felices que he conocido han sido sin luz, sin cena, y sin Puerta del Sol. En las tres estaba la radio. Ahí, sin esperarlo, me encontré con el espíritu de la Navidad.

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