La joven que se escondía detrás del icono de Amy Winehouse
La cadena MTV estrena un documental en el que la cantante Dionne Bromfield, ahijada y protegida de la estrella fallecida, ofrece una mirada íntima de la vida errática de la voz de ‘Back to Black’
La última vez que Amy Winehouse se subió a un escenario fue tres días antes de su muerte. Sucedió en la noche del 20 de julio de 2011, en el Roundhouse de Londres, un antiguo depósito de trenes convertido en una arena de conciertos en el popular barrio de Camden. No era una de sus multitudinarias y por entonces imprevisibles actuaciones, sino la de otra cantante: Dionne Bromfield. La estrella se subió para cantar con una...
La última vez que Amy Winehouse se subió a un escenario fue tres días antes de su muerte. Sucedió en la noche del 20 de julio de 2011, en el Roundhouse de Londres, un antiguo depósito de trenes convertido en una arena de conciertos en el popular barrio de Camden. No era una de sus multitudinarias y por entonces imprevisibles actuaciones, sino la de otra cantante: Dionne Bromfield. La estrella se subió para cantar con una de las personas que más quería y, sin duda, a la que más había ayudado para lanzar su carrera, pero nadie se imaginaba que, a sus 27 años y en la cima de la fama, nunca más se la volvería ver cantar en público.
El destino es caprichoso. La última actuación de Amy Winehouse convirtió a Dionne Bromfield en la última persona en compartir escenario con uno de los iconos musicales más grandes nacidos en el siglo XXI. Seguramente, Amy lo hubiese deseado así de haber podido elegir. Porque la joven era su ahijada y su gran protegida, una chica de madre inglesa y padre jamaicano que tenía seis años cuando conoció a Amy. Su madre trabajaba en la industria musical y se hizo pronto muy amiga de Winehouse, que se encariñó muchísimo con la pequeña. Esta relación entre la estrella fallecida y Bromfield se hizo bastante conocida en vida de Winehouse, pero es ahora cuando se saben más detalles gracias al documental Amy Winehouse & Me: Dionne’s Story, una mirada personal sobre la figura de su madrina y mentora que puede verse este domingo 29 de agosto a las 10.00 de la mañana en MTV España.
El documental, que apenas alcanza los 50 minutos de duración, recoge las imágenes de aquella última actuación de Winehouse. Con su habitual melena bulliciosa, vestía vaqueros y polo negro ajustado y muy escotado. Masticaba chicle mientras bailaba abrazada a Bromfield. Ambas, sonrientes y danzarinas, cantaron juntas Mama Said, la ferviente canción de The Shirelles que Bromfield versionó empujada por Winehouse en su primera aparición en la televisión británica. Fue en octubre de 2009 en el programa Strictly Come Dancing, un conocido concurso televisivo en el que varios famosos compiten en baile de parejas. Winehouse cedió el micrófono a su ahijada y se puso a acompañarla como corista junto con el resto de la banda. Aquel momento también se recoge en este documental.
Bromfield, cuya carrera sigue activa y que acaba de sacar el sencillo Still Love tras una década sin novedades discográficas, ha tardado diez años en hacer este documental porque afirma que estaba “bloqueada”, pero también quería “dejar descansar a Amy”. De alguna manera, el filme, que también sirve de lanzadera comercial de la que fuera la protegida de Winehouse, es un viaje excesivamente personal a las vicisitudes emocionales de la joven. Todo el paseo por el duelo de la cantante ante la pérdida de su madrina, como la visita a un psicólogo o la reunión con jóvenes de padres drogodependientes, pierde fuelle ante los detalles que se desvelan de la vida íntima de Winehouse.
Vídeos caseros y fotografías del archivo personal de Bromfield muestran a una Amy cercana, menos estrella mediática, “sin el pelo cordado y la raya en el ojo”, como señala su ahijada. Fue Winehouse, cuyo instinto maternal era muy potente, quien pidió ser madrina de la niña y también fue ella quien animó a Bromfield a ser cantante. Tal y como se ve en el documental, Amy le ponía discos a la pequeña para que estudiase las canciones. Bromfield asegura que se unieron mucho a través de la música ska y que Winehouse adoraba la banda The Specials. En 2008, la estrella subió un vídeo a YouTube en el que se la veía acompañando con su guitarra a la niña mientras cantaba If I Ain’t Got You, de Alicia Keys. Bromfield tenía 12 años y el vídeo se hizo viral. Luego llegaría la oportunidad en la televisión británica y su fichaje por el sello discográfico creado por la propia Winehouse.
La ahijada cuenta que Amy, que hizo historia en 2008 al ganar cinco Grammy con el disco Back to Black, no tenía ningún premio en casa y prefería dárselos a su madre o a su manager. A ella lo que le gustaba era salir y perderse por Camden, relata. Como explica la propia Bromfield, tanto era así que a Amy le encantaba denominarse a sí misma “la reina de Camden”, más que, por otorgarse un título, lo decía por su amor declarado al barrio más alternativo de la capital británica, donde se erige actualmente una estatua en su honor en el corazón de Stables Market. Y más caprichos del destino: en Camden fue donde cantó por última vez en público, en el citado concierto en el que acompañó a Bromfield.
Una artista concienzuda
La música siempre estuvo esperando a Amy Winehouse. Una de las partes más interesantes del filme es aquella en la que la ahijada charla con Sylvia Young, profesora de Winehouse en el colegio, y cuenta que Amy era “brillante” intelectualmente y la adelantaron un curso. Y, sin embargo, su canto era aún más brillante y nadie dudó de que ese “espíritu salvaje” acabaría dedicándose a la música. Por su parte, en la conversación con Jon Moon, ingeniero jefe de los discos de Winehouse, se traza el perfil de una artista que, pese a los excesos con el alcohol y las drogas, era muy seria y concienzuda en el estudio de grabación. También caprichosa: le gustaba montar pequeños salones en la cabina de grabación. De esta manera, se la ve grabando en un sofá que metió en una cabina que parecía una sala de estar.
Extraña que Bromfield, tan unida a la estrella fallecida, pase por alto la complicada relación de Amy Winehouse con su padre, que acostumbraba a exprimir a su hija para que siguiera generando dinero aun cuando se encontraba en condiciones paupérrimas de salud. O también sus idas y venidas con su exmarido o con el cantante Pete Doherty. En el aclamado documental Amy, dirigido por Asif Kapadia, son elementos que se tocan y explican también parte de la personalidad errática de Winehouse.
Con todo, en el décimo aniversario de su muerte, Amy Winehouse sigue despertando interés. A través de su documental, Dionne Bromfield aporta una mirada tierna y cercana. Una oportunidad distinta para apreciar que detrás de un icono, incluso ya un mito, siempre hay una persona.
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