La exhaustiva programación de la BBC sobre Felipe de Edimburgo irrita a miles de espectadores
La cadena pública decidió abrir una ventana especial en internet para atender la avalancha de quejas por la cobertura monotemática del evento
La programación especial que la BBC dedicó el viernes al fallecimiento de Felipe de Edimburgo recibió desde el primer momento encendidos elogios por su sobriedad y elegancia, y por la exhaustividad de horas de emisión en las que hasta la última imagen del príncipe consorte se recuperó para la historia. Pero nunca llueve a gusto de todos. Miles de espectadores —hasta 110.000, según algunos medios británicos— expresaron sus...
La programación especial que la BBC dedicó el viernes al fallecimiento de Felipe de Edimburgo recibió desde el primer momento encendidos elogios por su sobriedad y elegancia, y por la exhaustividad de horas de emisión en las que hasta la última imagen del príncipe consorte se recuperó para la historia. Pero nunca llueve a gusto de todos. Miles de espectadores —hasta 110.000, según algunos medios británicos— expresaron sus quejas por una abundancia monotemática que alteró la parrilla de la cadena pública durante horas y les privó de clásicos de gran audiencia como el eterno culebrón EastEnders o el concurso de cocina MasterChef. La avalancha de protestas superó el récord anterior de malestar por un contenido concreto de la cadena, cuando en 2005 se emitió el musical Jerry Springer: The Opera. La vida y obra del rey de la televisión basura y escatológica estadounidense desató las objeciones de 63.000 espectadores.
La BBC no ha querido, por el momento, confirmar el número exacto de comentarios negativos que ha recibido en una sección especial de su página web, que tuvo que poner en marcha a toda velocidad para dar cabida al creciente malestar. El próximo jueves, en su informe quincenal, se ha comprometido a revelar los datos exactos. La mayoría de las quejas admitían la necesidad de que la cadena pública dedicara un espacio importante a un evento de tal trascendencia histórica como la muerte del esposo de Isabel II, pero señalaban su discrepancia por el exceso. La cadena anuló por completo, minutos después de conocerse oficialmente la noticia, toda su programación y dedicó íntegramente sus canales a glosar la vida del Duque de Edimburgo. BBC4, volcado en contenidos culturales y dirigido a un público minoritario, cesó completamente su emisión. “Estamos orgullosos de nuestra cobertura, y del papel que desempeñamos en momentos de relevancia nacional”, se ha limitado a decir la dirección del ente público.
Más allá de la relevancia obvia de la figura del príncipe Felipe, la BBC venía escarmentada de las críticas que recibió en 2002 por parte de la prensa conservadora por la escasa cobertura que brindó de la muerte de la Reina Madre, la esposa de Jorge VI. “No sobreactúes, es una mujer mayor que en algún momento se tenía que morir”, cuenta con arrepentimiento el presentador Peter Sissons que le había aconsejado el director antes de dar la noticia.
No todas las quejas recibidas se han referido a la sobreabundancia de la cobertura. Varios centenares de espectadores han mostrado su rechazo al hecho de que se diera voz y protagonismo al hijo de la Reina, el príncipe Andrés, implicado en los turbios manejos del millonario estadounidense Jeffrey Epstein, y a quien el FBI sigue reclamando sin éxito que colabore en la investigación. Otros reclamaban una vestimenta más apropiada para algunos de los presentadores o colaboradores que salieron en antena durante el maratón de duelo nacional. BBC One llegó a perder un 6% de su audiencia habitual durante la tarde del viernes, mientras que BBC Two se quedó sin dos tercios de los televidentes que suele tener en esa franja horaria.
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