De Rascafría a Hollywood: el periplo de Dafne Keen, una madrileña en el reino de HBO

La actriz de 15 años, que debutó en el cine como hija de Lobezno en ‘Logan’, entra ahora en la televisión con la superproducción ‘La materia oscura’

Avance de la segunda temporada de 'La materia oscura'. En la imagen, Dafne Keen en una imagen promocional.Vídeo: BEGOÑA RIVAS / HBO

En 2014, cuando tenía nueve años, Dafne Keen (Madrid, 15 años) pasó sus vacaciones en Rascafría, en plena sierra madrileña, grabando una serie. Refugiados, una coproducción hispano-británica, pasó de puntillas por la parrilla televisiva, pero a ella le permitió compartir cámara con su padre, el actor inglés Will Keen, y seguir los pasos de su madre, la también actriz y dramaturga española María Fernández.

Un par de veranos después, en 2016, estuvo en EE UU, viajando por las planicies y los bosqu...

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En 2014, cuando tenía nueve años, Dafne Keen (Madrid, 15 años) pasó sus vacaciones en Rascafría, en plena sierra madrileña, grabando una serie. Refugiados, una coproducción hispano-británica, pasó de puntillas por la parrilla televisiva, pero a ella le permitió compartir cámara con su padre, el actor inglés Will Keen, y seguir los pasos de su madre, la también actriz y dramaturga española María Fernández.

Un par de veranos después, en 2016, estuvo en EE UU, viajando por las planicies y los bosques de Oklahoma, Nuevo México, Luisiana y California. Grababa una película de superhéroes de Marvel, Logan. Era su segundo trabajo, ahora junto a la estrella Hugh Jackman, que la lanzó a la fama. A mes y medio de cumplir los 16, y después de compartir otra película con Andy García, Keen estrena esta semana la segunda temporada de La materia oscura, superproducción de fantasía de HBO y BBC con la que parece haber certificado que actuar es algo más que un hobby de verano.

“Las mujeres que vemos en las series, el cine, el teatro, en la ficción en general, suelen utilizar su sexualidad para conseguir cosas. Me encanta el hecho de que [mis personajes] sean niñas, que no está la posibilidad de utilizar la sexualidad como medio para conseguir cosas, y me encanta el hecho de que sean heroínas por ser heroínas y no por ser mujeres. Lyra [su personaje en La materia oscura] podía ser una mujer, un hombre, un niño, una niña, lo que fuese. Es el personaje, ni su sexualidad ni su nacionalidad ni nada. Tiene que ver con su personalidad y su forma de ser”, cuenta Keene desde una casa en las afueras de Madrid, de la que sale con cuentagotas por temor a la covid.

Los escasos trabajos con los que Keen se ha situado en el mapa comparten una característica: la protagonista es una chica independiente y fuerte. Así lo es Lyra, su personaje en La materia oscura, adaptación de las novelas juveniles del británico Phillip Pullman y que en su día rivalizaron en ventas con Harry Potter. La ficción está ambientada en un mundo de estética steampunk, con dirigibles, universidades decimonónicas y pequeños animales que acompañan a los personajes y que representan su alma (uno de los temas de las novelas originales es la pérdida de la inocencia y el peligro del control eclesiástico de las religiones).

Otro de los temas de la serie y que la actriz extrapola a su forma de ser es la amistad entre dos de los personajes, dos niños que descubren que sus (supuestas) familias son más diferentes de lo que pensaban. “Es muy bonita la relación. La amistad no es encontrarte a gente que sea igual que tú, es gente que te aporte. Eso es lo bonito, una fusión de las dos personalidades, pero sin volverse el uno apéndice del otro. Sobre todo, en la ficción, las mujeres suelen volverse apéndices de los hombres, y está muy bien que las niñas pequeñas que vean esto, vean que para estar en una pareja o en una amistad no te tienes que volver el más uno de alguien”.

A la prueba para participar en Logan se apuntó sin saber con exactitud para qué era hasta el último momento. Buscaban una actriz bilingüe en inglés y castellano y era una oportunidad de entrar en una gran producción de Hollywood. Cuando llegó el momento de rodar la prueba junto a Jackman, el primer intento no salió bien. Keen logró que le dejaran repetirla, según desveló a posteriori el que también sería su compañero de reparto, Patrick Stewart (el capitán Picard de Star Trek), quien también recuerda a la niña como alguien con la que cantaba en los parones del rodaje. En aquella última prueba, Keen mezcló diálogos en español y en inglés y ambos se metieron tanto en la discusión que terminó por propinarle un puñetazo en el brazo al mismísimo Lobezno. “Fui de un rodaje en Rascafría a, de repente, mudarme a un sitio que estaba a 15 horas de vuelo de mi país, a vivir allí cuatro meses, que encima no estábamos en un estudio, estábamos viajando constantemente por hoteles”, recuerda Keen, que añade a Jackman y al director James Mangold como dos de sus grandes referentes profesionales de por vida.

El rodaje de La materia oscura se convirtió en su gran academia de interpretación. “En la primera temporada, la mayor parte del tiempo estaba sola, así que aprendí muchísimo a estar sola en una escena, que es una cosa difícil, y a actuar y comunicar sin hablar. En la segunda he aprendido a profundizar más en el personaje, a analizar más cada pensamiento”, cuenta. No para de agradecer cómo sus padres se han volcado en ayudarla en su carrera: “De quien aprendo más, más que de los trabajos, es de mi madre, que es mi coach, me dirige ella, ensayo con ella, es mi profesora personal de actuación. Mi madre, de momento, siempre viene conmigo a los rodajes, me ayuda a preparar los personajes, ensayo con ella todas las noches, está en el rodaje pendiente en el monitor”.

Keene acumula ejemplos profesionales según ha avanzado su corta carrera. En La materia oscura lo han sido los intérpretes Ruth Wilson y Lin-Manuel Miranda. Con este segundo, el dramaturgo que escribió y protagonizó el reparto original de Hamilton, ha compartido durante meses su amor por los musicales y el cine clásico. Aparte de actuar, canta y baila, y sueña con hacer alguna vez una versión de West Side Story. “Ahí tienen latinos”, dice muy animada, aunque pronto cae en la cuenta de que Spielberg acaba de rodarla. “Me encantaba también Cantando bajo la lluvia. Con Lin pude hablar muchísimo de eso, a diario cantábamos todo el rato. Es una buena persona, muy gracioso y muy sociable. Con él era más como jugar. Era el único hispano, hablábamos en español, él conocía el flamenco, yo la salsa, hablábamos de nuestras culturas, fue muy guay encontrar esa persona en Cardiff [Gales], que es como el sitio menos hispano del universo”, concluye.

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