Columna

‘El robo del siglo’: un golpe de respeto

Una nueva serie se inspira en una banda que se llevó 28 millones de un banco del norte de Colombia en los años noventa

El actor Andrés Parra, en la serie 'El robo del siglo'.

Son muchos los países que tienen su “robo del siglo”. El de Colombia sucedió entre el 16 y el 17 de octubre de 1994, cuando un grupo de atracadores se llevó del Banco de la República de Valledupar (en el norte del país) unos 24.000 millones de pesos en efectivo (unos 28 millones de euros) sin disparar un solo tiro. La proeza, que inspira una nueva miniserie de Netflix, provocó el caos en el sistema financiero colombiano.

Los hechos en los que se basa El golpe del siglo son reales, pero los detalles de la trama y las relaciones entre los personajes son básicamente ficción. La seri...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites

Son muchos los países que tienen su “robo del siglo”. El de Colombia sucedió entre el 16 y el 17 de octubre de 1994, cuando un grupo de atracadores se llevó del Banco de la República de Valledupar (en el norte del país) unos 24.000 millones de pesos en efectivo (unos 28 millones de euros) sin disparar un solo tiro. La proeza, que inspira una nueva miniserie de Netflix, provocó el caos en el sistema financiero colombiano.

Los hechos en los que se basa El golpe del siglo son reales, pero los detalles de la trama y las relaciones entre los personajes son básicamente ficción. La serie explota la imagen del buen ladrón, el que roba porque cree que no tiene más remedio, porque las deudas le acosan y amenazan con dejar a su familia en la calle (caso de uno de los coprotagonistas interpretado por el actor colombiano Andrés Parra), o porque lo necesita para pagarse un trasplante de riñón (situación del otro coprotagonista, Christian Tappan).

“Somos ladrones honrados”, dice el primero con orgullo. Sin violencia, con las armas descargadas, los atracadores perpetran el delito mientras, capítulo a capítulo, se ganan la simpatía de un espectador que con facilidad se pone del lado del que roba, supuestamente, por necesidad. Aunque ese mismo espectador crea que él nunca podría hacerlo, por razones éticas, por falta de valor o medios.

Interesante resulta la única mujer que participa en el robo, que sufre a diario el machismo imperante, más en la Colombia de los noventa. Doña K, interpretada por Marcela Benjumea, es una empresaria autosuficiente, vinculada a numerosos negocios turbios, y que con el golpe busca, más allá del dinero, el difícil respeto en un mundo de hombres.

Sobre la firma

Más información

Archivado En