Una historia desgarradora
'La innegable verdad' es una serie para sufrir y la de Mark Ruffalo es una interpretación para premiar
Si usted comparte la afirmación de Rafael Azcona, “yo no voy al cine para sufrir”, está claro que los seis episodios de I Know This Much Is True (La innegable verdad), en HBO, estará lejos de sus preferencias. Si, por el contrario, consigue distanciarse de la trama, no integrarse en exceso con lo que en ella se narra, tendrá que reconocer su calidad y, sobre todo, comprender por qué un actor como Mark Ruffalo estuvo colaborando dos años en la adaptación televisiva de la novela homónima de Wally Lamb y convertirse en uno de los productores ejecutivos de la serie.
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Si usted comparte la afirmación de Rafael Azcona, “yo no voy al cine para sufrir”, está claro que los seis episodios de I Know This Much Is True (La innegable verdad), en HBO, estará lejos de sus preferencias. Si, por el contrario, consigue distanciarse de la trama, no integrarse en exceso con lo que en ella se narra, tendrá que reconocer su calidad y, sobre todo, comprender por qué un actor como Mark Ruffalo estuvo colaborando dos años en la adaptación televisiva de la novela homónima de Wally Lamb y convertirse en uno de los productores ejecutivos de la serie.
Para un actor interpretar los papeles de dos hermanos gemelos, y uno de ellos esquizofrénico, suponemos que es un reto profesional difícil de rechazar. Ruffalo hace un alarde de interpretación rodeado, eso sí, por varios pesos pesados de la profesión como Melissa Leo, Juliette Lewis, Rosie O‘Donnell y Kathryn Hahn, una excelente fotografía de Jody Lee Lipes, que añade un valor visual a la desgarradora historia, y una sobria dirección de Derek Cianfrance quien, además, es coguionista y productor ejecutivo.
El ficticio pueblo de Trhee Rivers, en Connecticut, es el escenario en el que se desarrolla la saga familiar de los Birdsey, tres generaciones que engloban casi todas las miserias del ser humano: un abuelo inmigrante hecho a sí mismo, machista y despótico; una hija sufridora y maltratada por un marido que adoptó a los dos gemelos de su esposa y madre soltera, y unos hijos que malviven entre las alucinaciones de un esquizofrénico y el compromiso del otro de cuidarle aunque ello le trastorne una vida cotidiana ya de por sí compleja. En resumen: una serie para sufrir y una interpretación para premiar.