Columna

‘Fosse/Verdon’, una historia de amor y danza

La compleja relación entre los geniales Bob Fosse, director y coreógrafo, y la bailarina Gwen Vernon, era un gran reto para una serie

Avance de la serie 'Fosse/Verson'.

Fosse/Verdon, la compleja relación entre los geniales Bob Fosse, director y coreógrafo, y la bailarina Gwen Verdon, era un gran reto, incluso una osadía: pretender llevar la biografía de alguien que ya había dejado constancia de la misma en una obra maestra cinematográfica, All That Jazz, adaptándola en ocho capítulos a una serie de televisión, exigía mucho talento o mucha inconsciencia. La serie se estrenó en España, en HBO, en abril de 2019.

La habilidad y el profesionalismo de la industria estadounidense, desde el guion basado en la biografía de Fosse de Sam Wasson a la...

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Fosse/Verdon, la compleja relación entre los geniales Bob Fosse, director y coreógrafo, y la bailarina Gwen Verdon, era un gran reto, incluso una osadía: pretender llevar la biografía de alguien que ya había dejado constancia de la misma en una obra maestra cinematográfica, All That Jazz, adaptándola en ocho capítulos a una serie de televisión, exigía mucho talento o mucha inconsciencia. La serie se estrenó en España, en HBO, en abril de 2019.

La habilidad y el profesionalismo de la industria estadounidense, desde el guion basado en la biografía de Fosse de Sam Wasson a la interpretación de sus protagonistas, Sam Rockwell y Michelle Williams, consiguen salvar el tipo recurriendo, eso sí, a dar prioridad a la enrevesada relación sentimental entre dos divos del espectáculo en la que, además, él es un mujeriego desbocado, adicto a las anfetaminas, y ella una trabajadora convulsiva, sobre los musicales. Demasiada clase para adaptarla en una serie.

Quedaba el recurso de unas relaciones sentimentales que se ajustan a la perfección a la reflexión de Cioran: “Lo equívoco del amor parte del hecho de que se es feliz y desgraciado a un tiempo, que el sufrimiento y el placer se igualan en un único torbellino”. Hablamos de la biografía de alguien que ha conocido el fracaso, Sweet Charity perdió 20 millones de dólares, y la gloria con Cabaret y la ya citada All That Jazz, para darse el gustazo tras su arrollador éxito cabaretero de rodar también Lenny, un rendido homenaje a Lenny Bruce, uno de los monologuistas más cáusticos y el gran crítico de la hipocresía social perseguido por los biempensantes hasta prohibirle su espectáculo por obsceno. Sexo, drogas y transgresión: el alter ego de un extraordinario coreógrafo.

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