Columna

Oriente y Occidente en ‘Deber/Deshonor’

La serie producida por BBC2 es una de las mejores del año por saber conjugar y equilibrar una acción que transcurre en dos mundos muy distintos: Tokio y Londres

Imagen de la serie 'Deber/Deshonor'. En vídeo, el tráiler.

Cuando se navega por los portales dedicados a comentar las series se encuentra con curiosidades como estas referidas a Giri/Haji (Deber/Deshonor): “Ha sido un soplo de aire fresco y una de las mejores series del año. Es un thriller completo y magistral”, Patrick Cremona de Radio Times; frente a “No ofrece nada nuevo ni revelador”, Lucy Mangan de The Guardian. Como diría Rafael El Gallo: “Hay gente pa tó”.

Creo que, efectivamente, la serie producida por BBC2 creada y escrita por Joe Barton (Netflix) es una de las mejores del año, y lo es por varias razo...

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Cuando se navega por los portales dedicados a comentar las series se encuentra con curiosidades como estas referidas a Giri/Haji (Deber/Deshonor): “Ha sido un soplo de aire fresco y una de las mejores series del año. Es un thriller completo y magistral”, Patrick Cremona de Radio Times; frente a “No ofrece nada nuevo ni revelador”, Lucy Mangan de The Guardian. Como diría Rafael El Gallo: “Hay gente pa tó”.

Creo que, efectivamente, la serie producida por BBC2 creada y escrita por Joe Barton (Netflix) es una de las mejores del año, y lo es por varias razones: por saber conjugar y equilibrar una acción que transcurre en dos mundos muy distintos: Tokio y Londres, dos culturas, dos estilos de vida e, incluso, dos conceptos distintos de lo que habitualmente entendemos por un comportamiento honorable, todo ello entremezclado con la lucha de poder entre los clanes yakuza, la descripción de un Londres pequeño burgués que en ocasiones bordea lo sórdido y la excelente descripción de la personalidad de sus cinco principales protagonistas y sus entornos familiares y sentimentales, entre los que sobresale la prioridad de la defensa de la familia, una prioridad que se proyecta también en el ámbito gremial de la yakuza, con el añadido de un reverencial respeto por los mayores. Nada que ver con el pragmatismo occidental: los que no son productivos, son un lastre.

Un thriller violento, espléndidamente realizado, en el que surgen secuencias de un lirismo notable —el homenaje póstumo al padre y abuelo, muerto en Japón, en una playa británica, por ejemplo— y en el que, sorprendentemente, las crueles mafias japonesas cumplen con su deber de una forma mas honorable que las que son habituales en la sociedad occidental.

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