Columna

El sueño americano que no sueña Donald Trump

Los protagonistas de ‘Gentefied’ intentan salvar el pequeño restaurante que montó el abuelo de los alquileres criminales y de la presión hípster y globalizadora, pero también de sí mismos

Imagen promocional de la serie 'Gentefied'. En vídeo, tráiler de la serie.

El suicidio no suele ser noticia a menos que lo protagonice alguien famoso. No era exactamente el caso de María Camila Concepción, o al menos no era la suya una fama convencional. Fuera de sus ámbitos activistas, mucha gente (incluido yo), nos hemos enterado de quién era al leer la noticia de su muerte, difundida y llorada por sus compañeros de Netflix.

María Camila Concepción, con sus 28 años, su título de Yale y su condición trans, encarnaba los valores del sueño americano antitrumpista. Descendiente de emigrantes mexicanos, no solo había dejado huella en la cultura californiana, sino...

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El suicidio no suele ser noticia a menos que lo protagonice alguien famoso. No era exactamente el caso de María Camila Concepción, o al menos no era la suya una fama convencional. Fuera de sus ámbitos activistas, mucha gente (incluido yo), nos hemos enterado de quién era al leer la noticia de su muerte, difundida y llorada por sus compañeros de Netflix.

María Camila Concepción, con sus 28 años, su título de Yale y su condición trans, encarnaba los valores del sueño americano antitrumpista. Descendiente de emigrantes mexicanos, no solo había dejado huella en la cultura californiana, sino que había alcanzado el éxito desde abajo en una sociedad ultracompetitiva. Como persona transgénero, había roto también los clichés y los prejuicios religiosos de una comunidad conservadora. Era una de las guionistas principales de Gentefied, la serie de Netflix rodada en spanglish que retrata el mundo de los chicanos del centro de Los Ángeles, expulsados por el turismo la especulación inmobiliaria.

Ignoro por qué se suicidó María Camila Concepción, del mismo modo que se ignoran las causas de todos los suicidios, ese misterio que nunca comprenderemos del todo, pero me ha impresionado mucho, porque si algo transmite Gentefied es esperanza y ternura. No te imaginas a ninguno de sus personajes tirando la toalla.

Los protagonistas de la serie intentan salvar el pequeño restaurante que montó el abuelo y que ha sido el sustento de la familia. Lo intentan salvar de los alquileres criminales y de la presión hípster y globalizadora, pero también de sí mismos. El resultado es una tragicomedia muy bien narrada e interpretada en la que cuesta mucho contener las ganas de repartir abrazos a todos los personajes.

Que alguien capaz de trabajar una historia así, tan comprensiva con las flaquezas humanas, acabe suicidándose, hace que su misterio resuene con mucho más eco.

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