La medicina de vanguardia busca a los profesionales del futuro
Las facultades españolas necesitan formar perfiles que dominen las nuevas tecnologías. Los nativos digitales gozan de cierta ventaja sobre sus colegas de una década anterior
La anatomía y el análisis de datos se empiezan a entremezclar en una misma aula. El avance digital en el que se ha sumergido el mundo ha obligado a las facultades de Medicina en España a incluir una pincelada de tecnología puntera: desde la robótica hasta la impresión en 3D, pasando por el uso de la realidad virtual y la telemedicina. El reto es formar a los médicos del futuro. La tarea, sin embargo, no es sencilla.
“La universidad española es muy inercial”, comenta Joaquín Gea, decano de la Facultad de Ciencias de la Salud y de la Vida de la Universidad Pompeu Fabra (UPF). “Cuesta mucho hacer cambios, pero ya hay planes de estudio novedosos”, agrega. Sobre todo, dice el experto, cada vez se hace más énfasis en la telemedicina. La prestación de servicios de salud a través del uso de tecnologías de la información ha sido una de las tendencias que ha ganado fuerza durante la pandemia. Las restricciones de movimiento y el minimizar al máximo la exposición de los pacientes al virus ha llevado a que en algunas comunidades autónomas del país el 70% de las consultas que antes se realizaban presencialmente se hicieran virtuales, afirma la encuesta Digital Consumer 2020 realizada por Accenture.
Hoy, los pacientes pueden transmitir datos biométricos de dispositivos que llevan consigo, como los pulsómetros o las pulseras de presión arterial. A su vez, los sanitarios pueden acceder a la información de los pacientes a través de un panel de control o un sistema de asistencia que recopila los datos y permite ver el estado de los usuarios en tiempo casi real. Es allí donde la enseñanza en el análisis e interpretación gana importancia. Pero mucha de la formación que se requiere para la lectura de estos datos no se enseña en el grado universitario, sino que se adquiere con a través de la especialización en másteres y cursos posteriores, explica Francisco Javier Chorro Gascó, decano de la Facultad de Medicina y Odontología de la Universidad de Valencia (UV).
Una clínica en el aula
El Laboratorio de Habilidades en la Facultad de Medicina y Ciencias de la Salud de la Universidad de Barcelona está lleno de tecnología: desde impresoras en 3D hasta sistemas de realidad virtual. Aquí, los alumnos de grado y postgrado pueden poner en marcha sus habilidades médicas. La fórmula de prueba y error está permitida. Ricard Valero, codirector del Laboratorio, explica que hoy, mucho más que antes, los alumnos necesitan de espacios como este. “Son nativos digitales con competencias distintas a las que tenían los alumnos de hace una década”. El objetivo del laboratorio es que los médicos del futuro aprendan a dominar las herramientas que hay a nivel clínico. “Al final la tecnología no cura, no sabe medicina… se tiene que utilizar de manera correcta para que tenga sentido”, afirma Valero.
El sector sanitario es cada vez más inteligente. En los próximos cuatro años, por ejemplo, la industria se volcará por más aparatos conectados a los humanos (internet de las cosas), el uso de análisis de información, tanto para la gestión hospitalaria como la investigación (big data) y la inteligencia artificial (el uso de algoritmos que ayuden a tomar decisiones sobre algún diagnóstico, por ejemplo). Así lo ha advertido el informe El futuro de los trabajos, publicado por el Foro Económico Mundial. Pero quizás estas nuevas labores no sean realizadas por profesionales médicos.
Hoy, los expertos en estas tecnologías (ingenieros e informáticos) están aprovechando la oportunidad. Actualmente, uno de los perfiles más demandados son los arquitectos e ingenieros de big data, explica Laura Campos, Healthcare Manager en Spring Professional, parte de Grupo Adecco. Y también los científicos de datos, encargados de crear los algoritmos que se aplicarán a la información, y los analista de datos, que cierran el ciclo analizando y visualizando el resultado, están en boga. Para Arnau Valls, ingeniero de Innovaciones del Hospital infantil Sant Joan de Déu y experto en impresión 3D, los hospitales del futuro tendrán que enfocarse en el desarrollo de equipos multidisciplinares.
Al final la tecnología no cura, no sabe medicina… se tiene que utilizar de manera correcta para que tenga sentidoRicard Valero, coordinador del Laboratorio de Habilidades en la Facultad de Medicina en la Universidad de Barcelona
Al menos eso está sucediendo en la aplicación de la impresión 3D, uno de los sectores que más crecimiento ha experimentado los últimos años. “De cualquier forma, los profesionales sanitarios deben saber manejar y gestionar estas herramientas desde un punto de vista de usuario, más que desde el punto de vista puramente técnico”, advierte Campos.
Una profesión en auge
En el campo de la investigación, una de las carreras que más crecimiento ha tenido es la genética médica o genética clínica. Desde un enfoque médico, los especialistas de esta rama se ocupan del estudio de las enfermedades genéticas tanto desde el punto de vista hereditario como congénito. Pero también pueden diagnosticar y tratar todo tipo de patologías que tienen base genética, según un informe de Infojobs. De igual forma realizan tareas de prevención, informando a los pacientes y familiares sobre los riesgos que tienen de desarrollar una determinada enfermedad con base en su historial genético.
Esta profesión está íntimamente relacionada con la sanidad. Pero antes de adentrarse en ella, por lo general, los alumnos tienen que cursar un grado de Biología, Biotecnología, Bioquímica, Biología Sanitaria, Medicina o títulos afines. España es el único país de la Unión Europea sin la especialidad sanitaria de genética clínica.
El último país de la región en aprobarlo fue Grecia en febrero de 2018. Es decir, cuando un estudiante de Medicina decide hacer frente al MIR (Médico Interno Residente, el sistema de formación de especialistas) no puede optar por la genética. “Esto es una pérdida de oportunidades económicas, porque lo que se está potenciando no es que haya cuidado médico especializado en genética clínica, sino a un sector económico”, afirma Manuel Corpas, director del programa Experto Universitario en Genética clínica y personalizada de la Universidad Internacional de La Rioja (UNIR). Corpas, también director científico de Cambridge Precision Medicine, indica que la única manera de que un médico curse esta rama es a través de cursos, másteres, doctorados.
¿Cuántas vacunas se han desarrollado en España? Nos estamos quedando atrás en la investigación actualJavier de las Rivas, Grupo de Investigación Bioinformática y Genómica del CSIC
Para Javier de las Rivas, miembro del Grupo de Investigación Bioinformática y Genómica del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), este vacío que hay se ha reflejado en esta crisis sanitaria. El desarrollo de la vacuna y en el análisis de las variantes del virus hay un estudio genético y un uso de herramientas tecnológicas como big data y nanotecnología. “Dígame, ¿cuántas vacunas se han desarrollado en España?”, pregunta. “Nos estamos quedando atrás en la investigación actual”, zanja.
Pero esta profesión no solo ha sido fundamental en estos días. También ha ganado peso para contraatacar enfermedades como el cáncer. La clave está en la inversión para echar a adelante este tipo de profesiones, afirma Marta Puyol, directora de Investigación Biomédica de la Fundación Científica de la Asociación Española Contra el Cáncer (AECC). En un país donde el I+D está atascado (en 2019 se destinó un 1,5% de PIB, según el INE, que significa la mitad de la media europea) el reto es mayúsculo. “Urge reconocer la especialidad de genética clínica y desarrollar un máster de asesoramiento genético acreditado para poder incorporar a los servicios de los centros hospitalarios especialistas”, Consuelo Martín de Dios, directora gerente de la Fundación Instituto Roche.
Formación continua
El proceso de transformación digital en el que estamos inmersos ha hecho que muchos de los puestos de trabajo que conocemos hayan sido modificados debido a la llegada de las nuevas tecnologías. “Algunos de ellos se han adaptado y otros están desapareciendo”, explica Alexandra Hernández, directora de Talento de Santander Universidades y Universia España. Y en el caso del sector sanitario no será la excepción. La proporción de trabajadores, a nivel mundial, en riesgo de desplazamiento en el sector está en torno al 10,6%, según el análisis del Fondo Económico Mundial.
Como consecuencia, para mantener un perfil empleable en estos momentos es más que necesario seguir optimizando el talento con nuevas competencias (upskilling) o formarlo en nuevos ámbitos de desempeño (reskilling), destaca Hernández.
El Banco Santander apuesta por el lifelong learning (aprendizaje a lo largo de la vida). “Consideramos que actualmente gozamos de la oportunidad de continuar aprendiendo durante toda nuestra vida profesional y sobre todo tenemos la posibilidad de reorientarnos y poder adaptarnos sin problema a lo que el mercado demande”, destaca la experta de Universia. Para ello, desde Santander Universidades han lanzado varios programas de formación abiertos a cualquier persona con independencia de su edad y nivel de estudios a través de la web de la entidad www.becas-santander.com . Por ejemplo el programa de Becas Santander Tech | Reskilling in Data Analytics - Ubiqum Code Academy.
Crece la demanda
La crisis sanitaria ha incitado a los estudiantes a elegir Medicina. Las inscripciones para el grado durante el curso de 2020 en las universidades públicas se han disparado un 44% respecto a 2019, según el Ministerio de Educación. Son más de 64.000 alumnos los que pidieron matricularse en este ciclo. De igual forma se ha incrementado el interés por enfermería (un 32%).
El mercado laboral también demanda más profesionales sanitarios. En concreto, se ha producido un aumento del 55% en las contrataciones durante el año 2020, según un informe de LinkedIn. De estas, el 70 % se trataba de mujeres con una media de 27 años de edad. La mayoría eran puestos de enfermería para ayudar a combatir el aumento de casos de covid-19 en los hospitales de todo el país, dice el análisis de la red social.
También se ha visto incrementada la demanda de puestos de apoyo a la atención sanitaria (en concreto, un 62% más). Por ejemplo, los auxiliares técnicos de laboratorio y los directores de ensayos clínicos han sido algunos de los puestos más demandados para ayudar con la investigación de vacunas. De entre todos estos puestos, el 71% de las contrataciones han sido mujeres, con una media de 27 años.