Enferma y deshidratada a 36 grados: la policía denuncia por maltrato animal a la dueña de una yegua muerta en Sevilla
La propietaria sacó del establo al animal pese a saber que tenía una enfermedad, que agravó los síntomas de deshidratación que padecía. Otros dos mulos han muerto al incendiarse unas cuadras de la Feria
15.45 del miércoles 26 de abril. 36 grados de temperatura. La Policía Local de Sevilla recibió una llamada alertando de que una yegua de un coche de caballos se había desplomado en el paseo Colón, a pocos metros del Real, el recinto de la Feria de Abril. Cuando los agentes llegaron, el animal ya estaba muerto. La necropsia determinó que el equino padecía una piroplasmosis aguda, infección provocada por la picadura de una garrapata que ya le había causado epi...
15.45 del miércoles 26 de abril. 36 grados de temperatura. La Policía Local de Sevilla recibió una llamada alertando de que una yegua de un coche de caballos se había desplomado en el paseo Colón, a pocos metros del Real, el recinto de la Feria de Abril. Cuando los agentes llegaron, el animal ya estaba muerto. La necropsia determinó que el equino padecía una piroplasmosis aguda, infección provocada por la picadura de una garrapata que ya le había causado episodios de fiebre previamente y que, de facto, hubiera requerido que no abandonase la cuadra. La deshidratación que sufría se agravó por la enfermedad y provocó el fallecimiento del caballo. “La propietaria sabía que el animal estaba enfermo y esa muerte se podría haber evitado. Por eso hemos abierto diligencias por un delito de maltrato animal”, explica a este diario Antonio Sánchez Tosina, director general de Salud del Ayuntamiento de Sevilla.
La denuncia interpuesta por la policía se apoya en la legislación autonómica y en la ordenanza municipal sobre protección de animales, porque la ley de bienestar animal, aprobada en marzo, aún no ha entrado en vigor. En ambas disposiciones, el maltrato que provoque la muerte se considera una infracción muy grave que puede tener como consecuencias la imposición de una multa de entre 2.001 y 30.000 euros, el decomiso de los animales y la prohibición de la tenencia de estos por un período máximo de dos años.
Sánchez insiste en que esta es una “situación lamentable, pero aislada”, en la que la negligencia de la propietaria, que decidió incluir a la yegua en los caballos de tiro pese a saber que estaba enferma y que no debería haber salido de las cuadras, es un elemento sustancial para el inicio de las diligencias. Ir a caballo en la Feria es una actividad muy reglada. Los trámites para poder acceder al Real se inician a finales de enero, con la presentación de las solicitudes, el seguro de responsabilidad civil de los animales y del vehículo, y los controles médicos. “En el momento de expedir la licencia se realiza una inspección de la documentación, se verifica que la matrícula corresponde al coche…”, explica el responsable municipal.
En un día de Feria pueden circular por el Real unos 1.800 caballos, entre los de los caballistas y los que tiran de los coches —hay 98 de servicio público, que están operativos todo el año, y otros mil a los que se les concede una licencia extraordinaria de vehículo―. Todos pueden andar por el Real entre las 12.00 y las 20.00 —hasta hace unos años se limitaba la circulación de los coches de manera alterna en función de si su la matrícula era par o impar―. En la feria hay un punto específico de atención veterinaria que este año, en previsión de las altas temperaturas, se ha ampliado con hasta ocho veterinarios, que atienden a las necesidades de los caballistas y los cocheros o se acercan hasta donde ocurra una incidencia.
Policías de paisano en el Real para controlar el maltrato
En las entradas de la Feria también hay un equipo de control, además de un destacamento de 20 policías locales de paisano que se encargan de vigilar que no se maltrata a los animales y que realizan controles de alcoholemia a los jinetes y conductores. “Se suelen hacer unos 15 o 20 controles diarios. En lo que va de Feria habremos efectuado unas 70 intervenciones”, explica Sánchez. Este año, además, en previsión de las altas temperaturas, se ha instalado un segundo abrevadero de siete metros de una capacidad de más de dos metros cúbicos de agua.
“Tu caballo es como tu amigo, tienes que cuidarlo, hidratarlo, darle de beber, de comer, tratar de que no se mueva mucho en las horas de más calor, ponerlo en la sombra, al final la responsabilidad es de cada uno”, indica Rosa, una caballista que este año, debido a las altas temperaturas que se preveían durante la Feria, ha decidido pasearse a pie. “No sé si ahora que se ha desactivado la ola de calor me animaré, aunque ya casi no quedan días”, explica.
Iván Jiménez, que trabaja en uno de los coches de servicio público de Sevilla, defiende el control municipal al que están sometidos. “Nosotros vamos con las directrices del Ayuntamiento y nuestros caballos no pueden estar activos dos días seguidos. Yo utilizo ocho caballos para el coche”, explica. “Lo de esta señora”, indica en referencia a la propietaria de la yegua fallecida, “es inadmisible y debería estar penalizada de por vida, pero es un garbanzo negro”, sostiene. Su actividad en Feria se duplica, no solo en paseos sino en el precio. De los 45 euros habituales de un viaje de entre 45 minutos y una hora, en estos días se pueden cobrar unos 95. “Creo que en los puntos de acceso al Real también debería haber veterinarios, porque a veces pueden ver cosas al momento”, explica.
La muerte de la yegua ha reavivado las críticas sobre la presencia de caballos en la Feria por parte del partido animalista Pacma, que lleva años reclamando al Ayuntamiento y a la Junta de Andalucía “la paralización inmediata del uso de animales”. El año pasado también falleció un equino, pero la necropsia dictaminó que se debió a un aneurisma cardiaco. “Fue algo fortuito”, recuerda Sánchez. El Colegio de Veterinarios de Sevilla ha publicado un díptico con consejos para el cuidado de los equinos en ferias y romerías en el que, además de la hidratación y la alimentación con fibra cada tres o cuatro horas, también recomienda paradas en alojamientos amplios y con una temperatura adecuada o descansos en la sombra.
Otros dos mulos fallecen en un incendio
Además de la yegua, dos mulos murieron durante la noche como consecuencia de un incendio que se originó alrededor de las 23.52 del miércoles en una de las carpas y boxes del recinto ferial de Sevilla que se utilizan para alojar a una treintena de animales, que fueron realojados de manera inmediata. El suceso está siendo investigado por la Policía Nacional que, según ha comunicado, “no descarta ninguna hipótesis”. Una joven de 22 años también resultó herida, al ser golpeada por un caballo que huía de las llamas, pero su estado no reviste gravedad, según fuentes municipales.