La policía necesitó tres horas para desalojar una fiesta de 36 jóvenes en Elda
Los ocupantes de un piso, ocho de ellos menores, impidieron la entrada a los agentes hasta que la plataforma de alquiler turístico constató que se incumplían las condiciones de uso
Cerca de cuarenta jóvenes decidieron celebrar en la noche de este jueves una fiesta ilegal en un apartamento turístico de Elda (Alicante). Su plan era alquilar un piso, convocar a la mayor cantidad de personas posibles, incluidas algunas procedentes de Málaga, y saltarse durante una noche todas las restricciones impuestas con motivo de la alarma sanitaria. Pretendían también impedir el paso a cualquiera que intentara desmantelar su r...
Cerca de cuarenta jóvenes decidieron celebrar en la noche de este jueves una fiesta ilegal en un apartamento turístico de Elda (Alicante). Su plan era alquilar un piso, convocar a la mayor cantidad de personas posibles, incluidas algunas procedentes de Málaga, y saltarse durante una noche todas las restricciones impuestas con motivo de la alarma sanitaria. Pretendían también impedir el paso a cualquiera que intentara desmantelar su reunión, haciéndose pasar por inquilinos ocasionales con los papeles del alquiler en regla. Sin embargo, no contaron con que su actividad incumplía las condiciones de uso que habían firmado con una plataforma de alquileres turísticos, que tres horas después de la primera alerta, rescindió el contrato y permitió acceder a la vivienda a cuatro policías locales de Elda. En su interior se escondían 36 jóvenes, ocho de ellos menores. Todos fueron sancionados.
El aviso llegó por parte de un vecino del inmueble. Eran las 21 horas y el denunciante escuchó ruidos y pasos que denotaban la presencia de mucha gente en una vivienda habitualmente dedicada al alquiler turístico ocasional de su misma finca, situada en la Gran Avenida de Elda. El vecino alertó a la Policía Local y dos agentes se personaron en el domicilio. Llamaron al timbre y, unos minutos después, fueron atendidos por dos jóvenes. Contaron que habían alquilado el piso a través de una plataforma especializada y que no había nadie más con ellos. Sin embargo, desde la puerta, los policías percibieron una montaña de abrigos y pidieron que se les permitiera acceder al interior. Los inquilinos se negaron.
Ante esta negativa, los agentes desplazados decidieron contactar con la dueña del piso para informarle de los hechos. La propietaria acudió con la intención de entrar en la vivienda, pero los jóvenes también le impidieron el paso. Su contrato era válido y no tenían por qué permitirle el acceso, arguyeron. El siguiente movimiento de los agentes fue tratar de poner al tanto de lo sucedido a la plataforma de alquiler, con el fin de que rescindieran el contrato firmado.
La interlocución con la firma turística se prolongó tres horas. Al final, se comprobó que la actividad presuntamente ilegal que se estaba celebrando en el interior de la vivienda incumplía la normativa vigente y, por lo tanto, las condiciones de uso del arrendamiento pactado. Según fuentes municipales, “saltarse las restricciones sanitarias es ilegal, igual que llevarse objetos del piso que has alquilado, por ejemplo”. La plataforma arrendataria accedió finalmente a revocar el contrato. Y permitió que los agentes, que habían pedido refuerzos en previsión de que ocurriera algún altercado, abrieran la puerta del domicilio. Eran las 12 de la noche.
Los cuatro policías que procedieron al desalojo del inmueble encontraron escondidos en las distintas dependencias hasta 36 jóvenes, ocho de ellos menores, de edades comprendidas entre los 17 y los 20 años. Todos ellos fueron sancionados por el incumplimiento de las leyes sanitarias, que impiden las reuniones en domicilios de más de dos personas que no sean convivientes habituales. Además, los agentes propusieron para sanción a todas las personas que se habían desplazado desde Málaga, ya que habían quebrantado el confinamiento perimetral que impide el acceso a la Comunidad Valenciana desde otras autonomías sin justificación.