La IATA se compromete a que las aerolíneas crezcan sin aumentar sus emisiones de CO2

La Asociación Internacional de Transporte Aéreo insta a los gobiernos a crear un plan sectorial y global

La Asociación Internacional del Transporte Aéreo (IATA) ha anunciado hoy el compromiso de la industria aérea de lograr un crecimiento en 2020 sin aumentar las emisiones de CO2, que permita reducir la emisión de carbono del sector a la mitad en 2050, en una clara apuesta por contribuir a la preservación del medio ambiente.

En el marco de la 65ª Asamblea anual de la IATA, celebrada en Kuala Lumpur (Malasia), el director general de la asociación, Giovanni Bisignani, destacó que el sector aéreo es la primera industria en asumir este compromiso, "antesala de un futuro libre de emisiones". "...

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La Asociación Internacional del Transporte Aéreo (IATA) ha anunciado hoy el compromiso de la industria aérea de lograr un crecimiento en 2020 sin aumentar las emisiones de CO2, que permita reducir la emisión de carbono del sector a la mitad en 2050, en una clara apuesta por contribuir a la preservación del medio ambiente.

En el marco de la 65ª Asamblea anual de la IATA, celebrada en Kuala Lumpur (Malasia), el director general de la asociación, Giovanni Bisignani, destacó que el sector aéreo es la primera industria en asumir este compromiso, "antesala de un futuro libre de emisiones". "Hoy damos un gran paso hacia nuestro objetivo, con 2020 como fecha, para que nuestras emisiones dejen de acompañar al aumento de la demanda. Será un hito mayúsculo, previo al recorte de nuestra impronta de carbono hacia la mitad en 2050", aseguró Bisignani.

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Según las previsiones de la IATA, la emisión de carbono del transporte aéreo se reducirá en un 7%, de este porcentaje un 5% se debe a la recesión y el 2% restante, como resultado directo de una mayor eficiencia obtenida por las líneas marcadas desde el propio sector. A este respecto, Bisignani subrayó "los avances" logrados por la industria gracias a su enfoque a favor del medio ambiente. Asimismo hizo hincapié en la estrategia, seguida por todos los actores implicados en el transporte aéreo hacia el cambio climático, que se circunscribe en cuatro pilares: la mejora tecnológica, la mayor efectividad en las operaciones, la mayor eficiencia de la infraestructura y las medidas económicas positivas, directrices que "ya han dado sus primeros resultados".

El compromiso de crecer sin un aumento de emisiones de carbono en 2020 establece, no obstante, que ni la tecnología, las operaciones, ni las mejoras de infraestructura bastarán, por sí solas, para detener el crecimiento de las emisiones de carbono procedentes de esta industria. "Se necesitan medidas económicas positivas para salvar la distancia que nos separa de los beneficios de las tecnologías del futuro, tales como los biocombustibles", indicó Bisignani.

Propuestas del sector

Por ello, desde la IATA se reiteró la necesidad de incluir una metodología global para el transporte aéreo que reemplace al protocolo de Kioto, firmado en 1997 y en vigor desde 2005, antes de que se celebre la XV Conferencia Internacional sobre el Cambio Climático que tendrá lugar en Copenhague del 7 al 18 de diciembre de este año. La propuesta de la IATA, que ya fue presentada ante la Organización de Aviación Civil Internacional (OACI) y la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático (UNFCCC) incluiría un registro de emisiones globales, la identificación de las medidas económicas que permitan su reducción real, la verificación del cumplimiento de los objetivos por parte de los Estados, en cuestiones como seguridad y la definición de patrones de emisiones para los fabricantes.

Con este plan, a las aerolíneas se les reconocería cada céntimo abonado en concepto de impuestos y tasas validadas por la OACI, y además podrían tener acceso a los mercados globales de carbono. Para su puesta en marcha, la IATA considera además "indispensable" que desaparezcan los programas regionales de bonos de emisión (ETS) y los impuestos y tasas de carácter ecológico no avaladas por la OACI, y el establecimiento de recursos que aseguren que las aerolíneas, al igual que cualquier otra industria, paguen solo una vez por sus emisiones.