«Wallapop no está hecho para ligar, pero me alegraría que alguien encontrara el amor de su vida»
Edurne Oteiza, directora de operaciones de la plataforma de compraventa, desvela sus secretos y curiosidades: desde la pieza más cara que han vendido hasta las anécdotas detrás de algunas prendas o por qué Marie Kondo tiene mucho que ver en su éxito.
Dice Marie Kondo, la gurú japonesa del orden, que solo debemos conservar aquellos objetos que nos hagan felices. Su cruzada contra la acumulación le ha venido muy bien a las plataformas de compraventa, que en los últimos años cuentan cada vez con más vendedores dispuestos a dar una segunda vida a lo que ya no necesitan. Así lo confirma Edurne Oteiza, directora de operaciones de Wallapop. «Nuestra plataforma lleva activa cinco años, pero hemos notado un repunte muy grande en la categoría de moda en los dos últimos y, sin duda, la filosofía Marie Kondo tiene mucho que ver». Gana...
Dice Marie Kondo, la gurú japonesa del orden, que solo debemos conservar aquellos objetos que nos hagan felices. Su cruzada contra la acumulación le ha venido muy bien a las plataformas de compraventa, que en los últimos años cuentan cada vez con más vendedores dispuestos a dar una segunda vida a lo que ya no necesitan. Así lo confirma Edurne Oteiza, directora de operaciones de Wallapop. «Nuestra plataforma lleva activa cinco años, pero hemos notado un repunte muy grande en la categoría de moda en los dos últimos y, sin duda, la filosofía Marie Kondo tiene mucho que ver». Ganar espacio en el armario va de la mano con la tendencia global que aboga por un consumo más responsable y consciente, claves que están aumentando el éxito de las transacciones entre particulares.
Y los vestidos son la prenda que mejor se vende en la startup española. En el último mes se han subido a la web 300.000 vestidos y es la categoría más buscada y vendida durante todo el año, más allá del verano. Los de novia, en concreto, funcionan muy bien porque, según explican desde la plataforma, «son prendas muy caras que se usan una vez en la vida y ocupan espacio por lo que mucha gente prefiere deshacerse de ellos. Y es importante tener claro que al final lo que se vende son objetos, no recuerdos», afirma Oteiza.
Las marcas más exitosas de la plataforma –Ray-Ban, Nike, Adidas, Bimba y Lola, Converse o Tous– sirven para hacerse una idea de cómo, a excepción de prendas más especiales como los citados diseños nupciales, lo que mejor funcionan son las de precio razonable, ni demasiado baratas ni muy caras. Una conclusión que confirman los datos: el gasto medio en prendas y artículos de moda en Wallapop es de 35 euros. Eso no quita que ciertos consumidores aprovechen el coste reducido del mercado de segunda mano para hacerse con piezas de firmas como Loewe, Michael Kors o Carolina Herrera, que también figuran entre los primeros puestos del ranking. «Aunque vendemos marcas fast fashion como Zara, la verdad es que la mayoría de los clientes prefieren aprovechar para hacerse con productos de mayor calidad ahorrando dinero respecto al precio original», cuenta Oteiza. ¿El artículo más caro que se ha vendido en la plataforma? «En el último ha sido un reloj de la firma Patek Philippe, de 18 quilates y brillantes». La pieza se despachó por unos nada desdeñables 68.000 euros.
Basta con darse una vuelta por el portal para darse cuenta de que muchos de los vendedores se deshacen de lo que ya no necesitan de una forma bastante profesional. Aunque las fotos son más de andar por casa que las de otras plataformas especializadas en moda de segunda mano como Chicfy o la lujosa Vestiaire Collective, algunos desarrollan sus propias estrategias de marketing ofreciendo regalos por una compra mínima en su tienda virtual, vendiendo productos que incluso conservan la etiqueta o empaquetando los envíos con papel de seda incluido. «Algunos hasta mandan una nota contando la historia de la prenda», confirman desde Wallapop. «Nos llegan muchas anécdotas, algunas no las podemos compartir por política de privacidad, pero nos resultó especialmente curiosa la de una usuaria que nos contó que hace 25 años, mientras paseaba por El Rastro de Madrid, vendió los pendientes que llevaba puestos a una señora que se interesó por ellos. Hace poco los volvió a encontrar en la plataforma, resultó que la vendora era la nieta de aquella mujer y los había heredado tras su muerte. La dueña primigenia los recuperó más de dos décadas después».
Las relaciones que se crean entre vendedores y compradores a veces, incluso, van más allá. En plena era de Tinder, es más que frecuente encontrar ligues o parejas en Internet, ya sea en aplicaciones especializadas o incluso en redes profesionales como Linkedin (son muchos los artículos que analizan el fenómeno de los seductores 2.0 en esta web). Wallapop no iba a ser menos. «Sabemos que hay casos, pero no es lo habitual. No estamos hechos para ligar, pero tenemos millones de usuarios al mes y claro que habrá casos de parejas que se conozcan en la plataforma. Desde luego me alegraría que alguien encontrara el amor de su vida», comenta Oteiza.
Más allá de lo que cada uno haga fuera de los límites digitales de la web, Wallapop tiene una reglas de convivencia para asegurar, tanto a vendedores como a compradores, que la experiencia sea satisfactoria. «En moda nuestra principal preocupación es evitar que se cuelen falsificaciones o imitaciones. Para lograrlo contamos con un equipo de moderación que hace una revisión tanto tecnológica como manual. Incluso estamos en contacto con las marcas para que nos digan los cambios que han introducido recientemente en sus bolsos, por ejemplo, y en qué nos tenemos que fijar para asegurarnos de que no son falsos», detalla la directora de operaciones. Además de frenar las copias, en la web se especifica que no se permite la venta de prendas realizadas con pieles de animales en peligro de extinción, uniformes o accesorios nazis y/o fascistas, cosméticos usados, muestras promocionales, juguetes eróticos o lentillas desprecintadas.
«Todo lo anterior hace que normalmente las compras sean satisfactorias y que el porcentaje de devolución sea muy bajo, entre el 1 y el 2%», asegura. ¿Cuál es, de media, el tiempo en el que se vende un producto? «Una pieza de moda que esté en el top 30 normalmente se debería vender en menos de tres días. Pero es importante que los vendedores tengan muy claro dos factores: en cuánto tiempo lo quieren despachar y cuál es el valor de su producto en el mercado. Si una mochila cuesta entre 40 y 60 euros y se fija su precio en el rango más bajo (40) se venderá más rápido», aconseja Oteiza. Y añade otros trucos para tener éxito: «Hacer una buena foto es fundamental. Nada de dispararla en una habitación desordenada y lo ideal es colocar la prenda en una percha. Además, está demostrado que cuanto más completa sea la descripción, mejor».
Aunque por el momento Wallapop no colabora con influencers de moda que vendan su armario en la plataforma como hacen algunos de sus competidores («estamos trabajando en ello», adelantan), sí están centrando algunos esfuerzos en potenciar el área de moda. Acaban de colaborar con la diseñadora María Escoté en una colección, presentada en la semana de la moda de Madrid y creada a partir de prendas de segunda mano. Así lo explica Oteiza: «Nuestro objetivo para 2019 es promover una nueva manera de consumir y contribuir a cambiar la forma en la que compramos. Por eso se nos ocurrió unir fuerzas con la diseñadora para dar un mensaje claro sobre el impacto medioambiental de la ropa». Pura filosofía Marie Kondo.