Viste igual a 50 blogueras y lo venderás todo
Medio centenar de chicas coinciden en Instagram llevando el mismo vestido y el diseño se agota al poco tiempo. Detrás de la improbable casualidad se encuentra la firma Lord & Taylor.
Por mucho que la globalización haya acabado con cualquier atisbo de originalidad estilística y existan irrebatibles evidencias de que todos vestimos igual, resulta inquietante que un buen día 50 mujeres decidan ponerse el mismo vestido, hacerse una foto luciéndolo y compartirla en Instagram. Si aclaramos que el medio centenar de chicas tienen un blog de moda y que detrás de esta improbable casualidad se esconde una marca de ropa, las piezas del puzzle comi...
Por mucho que la globalización haya acabado con cualquier atisbo de originalidad estilística y existan irrebatibles evidencias de que todos vestimos igual, resulta inquietante que un buen día 50 mujeres decidan ponerse el mismo vestido, hacerse una foto luciéndolo y compartirla en Instagram. Si aclaramos que el medio centenar de chicas tienen un blog de moda y que detrás de esta improbable casualidad se esconde una marca de ropa, las piezas del puzzle comienzan a encajar.
Lord & Taylor, una firma estadounidense que hace envíos internacionales en su tienda online, es la responsable del perpetuo déjà vu que vivieron recientemente muchos usuarios de Instagram. Para dar a conocer su nueva línea, Design Lab, la firma regaló a diestro y siniestro uno de los modelos de la colección. La estrategia les ha salido redonda. Pocas horas después de que las cincuenta destinatarias de su presente compartieran, previo pago, otras tantas fotos luciendo el diseño, el famoso vestido de bajo asimétrico y estampado 'paisley' valorado en 88 dólares (unos 80 euros) se agotó en la tienda online de la firma.
“El objetivo era hacer que nuestras clientas potenciales se parasen a pensar por qué todas sus blogueras favoritas llevaban el mismo vestido y qué es Design Lab. Elegir Instagram como vehículo para lograrlo es lógico, sobre todo, cuando se trata de moda”, ha explicado tras el éxito de la acción el Director de Marketing de la marca, Michael Crotty. El proceso es sencillo. Basta con seleccionar a blogueras con cierto peso y miles de seguidores en Instagram (las elegidas acumulan de media unos 500.000 followers y algunas, como la editora del blog Le Happy, superan incluso el millón y medio de seguidores) y llegar a un acuerdo económico para que compartan en las redes sociales o el blog una fotografía en la que aparezca determinada prenda. Aunque este tipo de alianzas entre marcas y egoblogueras son cada vez más frecuentes, lo sorprendente de esta acción es el elevado número de chicas reclutadas por la firma y la apuesta por publicar todas las fotografías el mismo día aglutinándolas bajo el hashtag de rigor (#DesignLab).
El éxito de los estilismos clónicos y las fotos publicadas ha trascendido los límites virtuales. Los cientos de 'me gustas' que acumulan algunas de las imágenes del vestido viral (el caso de mayor éxito supera los 80.000 likes) se tradujeron en decenas de compradoras que consumaron en la cesta de la compra el idilio que empezó en Instagram. La fórmula 50 blogueras + 50 vestidos + 50 fotos en Instagram = 0 stock ha funcionado. Pero la acción no ha logrado esquivar las críticas.
La credibilidad de los blogs de moda vuelve a ser cuestionada después de que la mayor parte de las influencers que han participado en la acción hayan preferido ocultar a sus seguidores el caracter comercial de su publicación (solo unas pocas acompañaron la imagen con un tímido "ad" o "sponsored" en forma de hashtag). Algunos medios especializados han aprovechado el impacto de esta campaña para reabrir el debate de la necesidad de dejar claro que se trata de publicidad pura y dura.
No solo las firmas de moda, también las oficinas de turismo o las marcas de tecnología aprovechan el tirón de una red social que aglutina unos 70 millones de fotos cada día y mantiene activos 300 millones de usuarios al mes para atraer a visitantes o vender productos. Los instagramers cobran cientos de euros por colgar una simple imagen en su perfil y las compensaciones económicas suman ceros a la derecha cuando las firmas demandan otros 'extras' como un post completo en un blog.
Ya no hace falta que la gracia de celebrities como Kate Middleton (su última aparición provocó un aluvión de compras en Asos hasta agotar su vestido) toquen tu firma con su varita mágica para que se agoten tus productos en cuestión de horas. Basta con preparar talonario y un paquete de regalo. Mejor, si lo multiplicas por 50.
Taking spring seriously with this fun dress from @lordandtaylor’s new #DesignLab collection ?? #ad
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