Uterqüe cierra sus tiendas, pero no desaparece: historia de la marca más lujosa de Inditex que no terminó de cuajar
En búsqueda incesante de su público objetivo, la cadena cambió el minimalismo de sus comienzos por las prendas especiales para eventos a precios muy superiores a los de Zara. A partir del próximo año, sus colecciones se integrarán en los establecimientos de Massimo Dutti.
El año que viene ya no será posible ir de compras a Uterqüe, pero sí se podrán seguir llevando sus diseños. Según ha anunciado Inditex este miércoles, sus tiendas –físicas y online– echarán el cierre definitivo a lo largo de 2022, pero sus prendas y complementos seguirán disponibles en los establecimientos de Massimo Dutti, cadena que ha supervisado el desarrollo de Uterqüe desde su lanzamiento en 2008. El fin de la aventura en solitario de una marca que naci...
El año que viene ya no será posible ir de compras a Uterqüe, pero sí se podrán seguir llevando sus diseños. Según ha anunciado Inditex este miércoles, sus tiendas –físicas y online– echarán el cierre definitivo a lo largo de 2022, pero sus prendas y complementos seguirán disponibles en los establecimientos de Massimo Dutti, cadena que ha supervisado el desarrollo de Uterqüe desde su lanzamiento en 2008. El fin de la aventura en solitario de una marca que nació con un posicionamiento premium y la intención de elevar la imagen del grupo que inventó el modelo low cost, supone el segundo cierre –aunque en este caso parcial– del conglomerado gallego tras el fin de Often en 2006. ¿Por qué no ha logrado Uterqüe cumplir las expectativas?
Concebida en su origen como una cadena de complementos y accesorios de calidad –la piel siempre ha sido santo y seña de la marca–, Uterqüe buscó convertirse en la etiqueta más ‘lujosa’ y aspiracional de Inditex. Con precios que podían triplicar los de Zara y una atención en las tiendas mucho más personalizada y cercana a la de una firma de segmento medio, la más joven de las enseñas del grupo gallego nunca llegó a suponer más del 0,5% de la facturación del grupo (según los resultados correspondientes al primer semestre del año, Uterqué aportó un 0,4% de los 11.936 millones de euros en ventas, lo que suponen 48 millones de euros). Ni la incursión en el canal online en 2011 ni el lanzamiento ese mismo año de una línea de ropa que con el tiempo fue ganando cada vez más peso terminaron de darle el empujón definitivo. Y a pesar de que en 2019 fue la cadena del grupo que más incrementó sus ingresos (un 14%), la crisis sanitaria y la ausencia de eventos y fiestas, segmentos hacia los que se orientan gran parte de sus prendas y complementos, ha provocado un desplome de sus ventas en un 35%.
Sin embargo, el gigante gallego no ha querido despedirse del todo de su hija más joven. Tal y como confirma Inditex a S Moda, la absorción de sus colecciones en los establecimientos de Massimo Dutti se producirá a lo largo de 2022, aunque la fecha exacta está aún por determinar. El grupo justifica esta estrategia como una forma de expandir la presencia de Uterqüe en mercados en los que no contaba ni con tiendas físicas ni con venta electrónica. Mientras que Uterqüe tiene 82 tiendas repartidas en 16 países, Dutti dispone de 668 establecimientos, siendo la cadena con más espacios físicos solo por detrás de Zara y Pull & Bear. Del mismo modo que en algunos países las colecciones de Zara Home están a la venta en pequeños rincones integrados dentro de Zara, Inditex pretende replicar esa sinergia entre Uterqüe y Masimo Dutti para que la marca “siga atendiendo a sus clientas actuales y llegue a un público más amplio”. Un plan que también debe entenderse en el contexto de la apuesta del grupo por reducir el número de tiendas físicas, movimiento que se ha visto precipitado por la crisis sanitaria y que supondrá el cierre de entre 1000 y 1200 puntos de venta (sobre todo en sus mercados principales, España y China).
El público objetivo al que ahora pretende llegar de la mano de Massimo Dutti es el que la marca ha estado buscando desde su nacimiento. Si bien siempre se ha caracterizado por la bisutería y los complementos especiales y llamativos, las colecciones de ropa han ido virando desde los básicos de calidad de aires minimalistas, segmento que el grupo ya tenía cubierto con Dutti, hacia una mayor apuesta por las prendas de tendencia con un punto vanguardista y los diseños atrevidos para ocasiones especiales. Eso sí, –casi– siempre apostando por una inspiración en la pasarela menos evidente que en otras marcas del gigante gallego.
Si se compara, por ejemplo, la colección otoño-invierno que lanzó la marca en 2013 con la que acaba de presentar para esta temporada, la diferencia es abismal. Las piezas de fondo de armario de los comienzos –vestidos grises de lana, camisas blancas o cazadoras de piel teñidas de marrón o negro– han dado paso a vestidos rosas decorados con plumas, monos con grandes cuadros de colores y llamativos jerséis fucsia. Un giro de timón que ha servido para diferenciar a Uterqüe y acercarlo a un cliente más joven e interesado en la moda, pero que no ha terminado de calar. Quizá no es fácil convencer a alguien de pagar 99 euros por unos zapatos joya que están disponibles casi idénticos en Zara a mitad de precio, incluso aunque los primeros estén fabricados en España, otra de las bazas con las que Uterqüe ha buscado posicionarse como firma con una abundante producción Made in Spain.
Su política de precios es, precisamente, otro de los aspectos que ha estado en un perenne punto de mira. Desde hace algunas temporadas, en sus tiendas es posible ver etiquetas de cuatro cifras colgando de sus abrigos. En el invierno de 2019, por ejemplo, Uterqüe vendía un chaquetón fabricado en piel con pelo de cordero por 1.200 euros, una cifra que se acerca e incluso puede superar lo que cuesta una prenda de abrigo de autor. Una declaración de intenciones que venía a dejar claro que una firma de Inditex también podía ser aspiracional, pero que no dejó de levantar cejas.
Durante estos doce años de andadura, cabe destacar su presencia constante en los looks de la reina Letizia, una de sus grandes embajadoras. Vestidos, americanas y accesorios de la marca forman parte de su fondo de armario e incluso se atrevió con la chaqueta de estampado tribal que Gala González puso de moda allá por 2015. Caroline de Maigret, Emili Sindlev o Veronika Heilbrunner son otras de las influencers internacionales a las que se ha vinculado la marca contando con ellas como imagen de sus campañas. ¿Se identificaba con ellas el público objetivo de la marca? Probablemente no.
El adiós a Uterqüe solo tiene un precedente dentro del grupo gallego. En 2006 se despidió, aunque en este caso de forma definitiva, de Often, una cadena de ropa y complementos masculinos que había nacido solo tres años antes. La etiqueta, que fue un “experimento, un test para ampliar el segmento de mercado y abarcar a un público más amplio”, según explicó entonces Inditex, dependía directamente de Pull & Bear y funcionaba de la mano de su equipo directivo, comercial y de diseño. La idea era cubrir las necesidades de un público más adulto –entre 25 y 45 años– con colecciones pensadas para un hombre “especialmente urbano y cosmopolita”. Sin embargo, el concepto no funcionó. A pesar de que llegó a abrir hasta 40 tiendas en España y Portugal, tres años después de su nacimiento Often se convertía en el primer fracaso empresarial de Amancio Ortega. Inditex vendió las tiendas al empresario Julián Imaz, que las convertiría en la ahora también desaparecida Friday’s Project, pero no anunció como tal el cierre de la cadena, sino que se limitó a afirmar que habían decidido «no desarrollar una línea experimental de Pull & Bear». Toca esperar para saber si Uterqüe encuentra su sitio dentro de Massimo Dutti.