¿Tengo que llevar mascarilla durante una entrevista de trabajo?

O cómo enfrentarse a un proceso de selección en la nueva normalidad, donde la actual rigidez en los protocolos y la escasez de oportunidades pueden añadir un plus de inseguridad.

La empresa debe informarnos del protocolo de seguridad a seguir.Getty

El desempleo es una de las principales preocupaciones que ha traído aparejada la crisis del coronavirus una vez superada la urgencia sanitaria. Miles de personas han perdido ya su trabajo y, en este contexto de nuevos hábitos, es normal que surjan interrogantes sobre cómo enfrentarse a un proceso de selección. En un primer momento las compañías optaron por realizar las entrevistas por videollamada, pero con la vuelta a la n...

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El desempleo es una de las principales preocupaciones que ha traído aparejada la crisis del coronavirus una vez superada la urgencia sanitaria. Miles de personas han perdido ya su trabajo y, en este contexto de nuevos hábitos, es normal que surjan interrogantes sobre cómo enfrentarse a un proceso de selección. En un primer momento las compañías optaron por realizar las entrevistas por videollamada, pero con la vuelta a la normalidad cada vez son más las empresas que están citando en persona a los candidatos.

“Es verdad que para tomar una decisión muchas compañías continúan requiriendo poder hacer una entrevista presencial”, explica Ester Carrera, Senior Director en Page Group, una consultora experta en selección de personal. “Esto es importante para ambas partes, no solo para el cliente sino también para el candidato, porque le permite conocer el entorno de las oficinas, entender bien cuánto va a tardar en ir al trabajo en función del tráfico, ver cara a cara a quienes van a ser en el futuro sus compañeros o su potencial jefe… Es decir, el contacto humano, por suerte, no lo vamos a perder totalmente”.

 Para evitar posibles errores o situaciones incómodas podemos preguntar, antes de acudir a la cita, qué indicaciones se están siguiendo para acceder a las oficinas o a la sede en la que nos han citado. “Lo normal es que antes de acudir sea la propia empresa quien envíe un protocolo de seguridad”, señala Fernando Calvo, Director de Recursos Humanos de Hays, una empresa internacional especializada en asesoramiento laboral. “Nosotros lo enviamos con 24 horas de antelación y en ese documento indicamos, por ejemplo, que tendrán que pasar un control de temperatura al llegar al edificio, que deberán acudir con mascarilla, que dispondrán de geles desinfectantes siempre que lo necesiten para lavarse las manos, etc”.

En el caso de no recibir este tipo de instrucciones, podemos ser nosotros quienes nos interesemos por ellas. “Preguntar por los sistemas de seguridad que se hayan habilitado no solo no es inapropiado sino que da una imagen muy profesional”, recuerda Calvo.

Eres el invitado: lleva mascarilla y observa lo que hace el resto

En el caso concreto de la mascarilla debemos, por defecto, seguir la recomendación general: llevarla siempre que no se pueda garantizar una distancia mínima de dos metros. En el contexto de una entrevista de trabajo Calvo señala que “es mejor pecar por exceso que por defecto. Al fin y al cabo eres la persona invitada, la que viene de fuera y no solo debes mantener las precauciones por ti sino por el resto de la empresa”.

El responsable de Recursos Humanos en Hays sí que apunta que durante la entrevista es importante diferenciar muy bien dos momentos: uno inicial de recepción y presentaciones en el que debemos ser muy precavidos, y otro más distendido después. “Al llegar, debemos seguir las indicaciones visuales que se hayan establecido en el suelo y en la recepción, por ejemplo, podemos preguntar si podemos sentarnos o no. En esta situación quizás sea mejor esperar de pie y evitar posar nuestras cosas en un lugar que no se debe para no transmitir una imagen demasiado despreocupada”.

Una vez que nos hayan ubicado en la sala de entrevistas y solo cuando podamos mantener con claridad la distancia de seguridad con el entrevistador y este nos invite a ello “ya puedas retirarte la mascarilla por un rato para charlar, ofrecer lo mejor de ti, y ya después volver a ponértela antes de salir”, recuerda Calvo.

 Renuncia a estrechar la mano, pero busca una alternativa

 El saludo inicial con el entrevistador es uno de los momentos que puede generar mayor confusión, pero lo recomendable es renunciar a estrechar la mano.

 “Estamos aprendiendo a saludar de nuevo”, señala Carrera. “Tenemos unos hábitos sociales muy instaurados y forma parte de nuestra cultura”. Por ello, la experta sugiere ser prudentes, mostrar empatía y esperar un poco a ver lo que hace la otra persona, pues la empresa nos irá guiando. “Cualquier compañía suele tener un protocolo de cara a las visitas, a las entrevistas o a los clientes y, normalmente, son ellos quienes te guían”.

Otra opción, tal y como apunta Calvo, es anticiparse verbalmente a la situación haciendo un comentario sobre la imposibilidad de tocarse. “Al final, no deja de ser un gesto afectivo de lenguaje corporal. Podemos intentar sustituirlo por una sonrisa –si ya no llevamos la mascarilla puesta– o por un gesto con la mano”.

 Ensaya previamente en casa para ganar confianza

 Ambos expertos coinciden en la necesidad de no improvisar y llevar las ideas claras para expresar con soltura lo que queremos transmitir sobre nuestra trayectoria y capacidades. Si normalmente es un trámite en el que ya de por sí nos ponemos nerviosos, la actual rigidez en los protocolos, la escasez de oportunidades o la alta competencia pueden añadir un plus de inseguridad.

“Es un período complicado” indica Carrera. “Y en este marco lo que sí se valora en los candidatos es la flexibilidad o la resiliencia. Es decir, la capacidad de entender que estamos en un momento en el que probablemente vamos a ganar menos o en el que va a haber reorganizaciones en las compañías y tendremos que hacer otro tipo de tareas”.

Calvo, por su parte, señala que hay ciertas habilidades que ahora estarán más demandadas: “La autonomía, la orientación por objetivos, la capacidad para gestionar y autogestionarse en remoto o ser capaz de trabajar por objetivos en lugar de por órdenes directas son competencias que ahora tiene mucha más importancia que hace cuatro meses”.

Y ¿podemos preguntar por los futuros planes de teletrabajo o conciliación que contemple la empresa? Ambos expertos coinciden en señalar que si es algo importante para el candidato sí debe plantearse. Quizás no en una primera entrevista, pero sí a lo largo del proceso.

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