Mónica Cordera: «Sabemos capear una crisis. Lanzamos la primera colección en 2008»
Sus diseños sostenibles con alma asturiana recorren el mundo.
“Somos una marca que sabe adaptarse a la crisis, lanzamos la primera colección en 2008, un año muy difícil”, nos cuentan Mónica y María, las hermanas tras la firma Mónica Cordera. El escenario no era el idóneo. Pero a base de trabajo, altas dosis de esfuerzo; y como dice el refrán, sin prisa, pero sin pausa; han alcanzado una posición envidiable en el escenario textil. “Los primeros años fueron complicados, fuimos muy poco a poco y nuestro crecimiento fue muy orgánico. Todo muy paulatino y paso a paso”, reconocen. En el mundo de la moda nada es estacional y no hay fórmula de...
“Somos una marca que sabe adaptarse a la crisis, lanzamos la primera colección en 2008, un año muy difícil”, nos cuentan Mónica y María, las hermanas tras la firma Mónica Cordera. El escenario no era el idóneo. Pero a base de trabajo, altas dosis de esfuerzo; y como dice el refrán, sin prisa, pero sin pausa; han alcanzado una posición envidiable en el escenario textil. “Los primeros años fueron complicados, fuimos muy poco a poco y nuestro crecimiento fue muy orgánico. Todo muy paulatino y paso a paso”, reconocen. En el mundo de la moda nada es estacional y no hay fórmula de éxito que resista al paso del tiempo: adaptarse y renovarse es vital. “Hay una ley de impermanencía constante y la estrategia de ventas que funciona hoy tal vez dentro de dos meses no, tienes que estar constantemente en alerta”, señalan.
Las hermanas asturianas afincadas en A Coruña (Galicia) apuestan por una producción integral en España y de proximidad que desde sus inicios llevan a cabo en la comunidad gallega. “Fabricamos en diferentes talleres en Galicia, con aquellos que empezamos a trabajar en 2008 nos siguen acompañando hoy”, afirman. Para Mónica y María fabricar dentro de las fronteras asegura unos estándares de calidad que serían impensables si externalizaran la producción. “Sí, producir en España es más costoso, pero nos permite establecer un vínculo más cercano con los proveedores con los que hemos creado unos lazos muy valiosos. Para nosotras forman parte de la marca”. Nos confiesan que si tradicionalmente en nuestro país los productos made in Spain no se valoraban lo suficiente, podríamos encontrarnos ante un cambio de tendencia. “Hemos observado que el cliente cada vez apuesta más por un modelo de compra más consciente, sostenible y local”, explican.
La marca se lanzó en 2008, pero fue diez años después cuando saltaron al escenario internacional tras acudir a uno de los mayores escaparates de la industria textil: la feria de París. “Allí fuimos conscientes del potencial que tenían nuestros diseños y la demanda que podían llegar a generar: fuera de España había mercado”, apuntan. Las ventas al otro lado de la frontera significan el grosso de su facturación, y quizá uno de los factores clave de tal éxito en países como Japón o EEUU lo constituye la estética depurada de sus prendas. “Posiblemente va ligado al tipo de diseño, somos carne de Asia”, reconocen las hermanas.
Definen sus diseños como “básicos, atemporales, de calidad y minimalistas”. Con líneas rectas y un claro patrón oversize, su estilo dista mucho de la moda nacional tradicional en la que se persigue realzar la figura femenina. “Quizá en España requieren otro tipo de siluetas y formas, puede que nuestro estilo sea demasiado limpio”. Y si les preguntamos por su material fetiche no titubean. “Las piezas de punto es lo que más defendemos, lo que más nos gusta diseñar y por lo que apostamos a corto-largo plazo”, recalcan.
Una de las máximas de la firma es la sostenibilidad. «Apostamos por eliminar el plástico y que las materias que utilizamos sean orgánicas o recicladas”. Aunque insisten que lo realmente sostenible pasa por crear prendas atemporales, alejadas de las tendencias y que no queden obsoletas con el paso del tiempo. “Adquirir prendas que vas a poder seguir llevando dentro de diez años porque carecen de estampado y presentan diseños más neutros, es más sostenible que cualquier otra cosa”, apuntan las Cordera.
Con un modelo de negocio fundamentalmente digital, cuentan con tienda física en A Coruña y Oviedo. “En prendas de calidad al cliente le gusta ir a la tienda, tocarlo, verlo. En el modelo online las clientas que nos acaban de descubrir hacen un pedido, digamos que testean. Y a las tres semanas vuelven a comprar, lo que significa que están contentas con la relación calidad-precio”. En el desarrollo de su negocio recalcan la importancia de las redes sociales. “Sin Instagram no estaríamos donde estamos. A nivel nacional es importante, pero si hablamos a nivel internacional es fundamental”. Y consideran que el actual contexto digital ha desbancado a la tradicional página web afianzando a Instagram como la herramienta con mayor potencial. “Cuando viajas y conoces un restaurante, una cafetería o una tienda el primer vínculo lo generas por medio de Instagram. Además, es más intuitivo. Ver lo que transmite el muro de una marca es suficiente para hacerte una idea de su esencia”, añaden.
Al contrario que la mayoría de las firmas, que celebrities hayan aparecido con sus diseños sobre la alfombra roja no es algo en lo que reparan. “Para nosotras las celebrities son las mujeres del día a día” señalan. Su target si bien no está definido, presenta un rasgo común: una sed de confort y comodidad. “Nuestro público es muy amplio, pero a la vez tiene un nexo común: son mujeres con mucha personalidad. No les importa no marcar la silueta femenina y realzar las formas, buscan sentirse bien consigo mismas”, resumen. Con diseños oversize y colores neutros defienden la individualidad y rehúyen de lo preestablecido. “Creemos que hacemos moda empática, invita a que te descubras a través de la ropa sin ningún parámetro establecido en sincronía contigo misma sin seguir un dictado u opinión, simplemente buscando una comodidad”.
En cuanto al futuro reconocen ir a contracorriente y esquivar la necesidad desmesurada por convertirse en una marca de grandes dimensiones. Quizá el motivo lo encontramos en que en ese escenario no sería posible conservar el mimo y el cuidado que caracteriza su modelo de producción. “Nuestra pretensión no es ser una marca de grandes dimensiones. Nosotras queremos vivir dignamente de nuestro trabajo. Nos gusta el modelo de empresa pequeña, estar cerca de todo y pendiente de cada detalle. El trato directo y personal es lo que nos diferencia y no queremos que se pierda. Estamos en un punto que somos felices con lo que hacemos y queremos seguir así”, resumen.
Si nos desvelan un consejo para todo aquel llamado a emprender en el mundo textil, insisten en mantener los pies en la tierra ya que “el mundo de la moda no es tan maravilloso como se puede apreciar desde fuera”. Y para los que decidan lanzarse “es esencial tener una hoja de ruta muy establecida y tener claro a donde quieres llegar. El cómo ya te lo irá dictando el camino”.