La diseñadora Valeria Vasi: «Con el confinamiento se ha puesto en valor tener una casa bonita en la que apetezca estar»

 Después de trabajar diez años en el mundo de la moda, Valeria Vasi se lanzó a crear piezas artesanales que fusionan tradición, diseño y funcionalidad.

Algunas creaciones de Valeria Vasi.

Valeria Vasi creció de aeropuerto en aeropuerto, viviendo de manera intermitente entre España y Moscú, empapándose de ambas culturas. “Soy nacida en Moscú, pero cuando tenia siete años mi madre se mudó a Barcelona y vine con ella. He vivido entre las dos ciudades hasta mi veintena. Es algo que te proporciona permeabilidad y una estética más amplia”, señala. El arte y la cultura han estado presentes en la vida de la diseñadora desde su infancia, y en parte lo llevaba en los genes. “Mi madre era pintora y escultora. Recuerd...

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Valeria Vasi creció de aeropuerto en aeropuerto, viviendo de manera intermitente entre España y Moscú, empapándose de ambas culturas. “Soy nacida en Moscú, pero cuando tenia siete años mi madre se mudó a Barcelona y vine con ella. He vivido entre las dos ciudades hasta mi veintena. Es algo que te proporciona permeabilidad y una estética más amplia”, señala. El arte y la cultura han estado presentes en la vida de la diseñadora desde su infancia, y en parte lo llevaba en los genes. “Mi madre era pintora y escultora. Recuerdo ir al ballet, a exposiciones… es algo que me imponían desde pequeña, formaba parte de mi inconscientemente”, nos cuenta a S Moda en una charla telefónica.

Después de estudiar en Barcelona, una clara atracción por el mundo de la moda le empujó a mudarse a París, ciudad en la que inició su camino en el sector por todo lo alto: colaborando como estilista para la Fashion Week. A los pocos años volvió a Barcelona y fue contratada por la casa italiana Bottega Veneta, hasta que, como vía para desconectar del vertiginoso ritmo de trabajo, se inició en el mundo de la cerámica sin ningún tipo de pretensión más que fabricar piezas con sus propias manos. “Lo que más me atraía era tener la creatividad de crear un volumen. El barro te da unas posibilidades infinitas, es muy maleable y fácil de trabajar”, recuerda. Poco a poco comenzó a diseñar una “pequeña colección” para su propia casa que no tardo en despertar la atención de la gente de su alrededor.

Durante un año y medio compaginó las responsabilidades y viajes que requiere una importante firma como la casa italiana, con su recién nacido proyecto. “Al principio, le dedicaba las noches y mis días libres, fue muy duro”. Así, de manera orgánica y con pequeños pero cuidados pasos, surgió la primera oportunidad en Madrid de la mano de Mujer, objeto; una exposición colectiva que persigue dar voz a mujeres artistas emergentes a nivel nacional.

Valeria Vasi.

Sus diseños de cerámica, vidrio o madera, a los que la diseñadora denomina “pequeñas esculturas”, se caracterizan por un estilo atemporal y geométrico aunando artesanía, diseño y funcionalidad. Entre sus influencias señala a la escultora inglesa Bárbara Hepworth y, haciendo eco de su infancia entre Moscú y Barcelona, confiesa su admiración por el pintor ruso Kazimir Malévich y Joan Miró, “tiene formas que veo muy cercanas a mis diseños”, declara. En el momento de crear sus piezas, reconoce como fuente de inspiración la cultura japonesa, en concreto el Ikebana, el arte floral japonés. “El Ikebana trata a las flores y a las plantas como escultóricas. No solo es importante las flores escogidas, el ángulo y las maneras de trabajarlas; también el jarrón que lo sostiene. El jarrón tiene la misma importancia que la flor, es como una pequeña escultura natural”, nos cuenta.

“La mayoría de mis ventas se localizan en el extranjero, desgraciadamente si tuviéramos que vivir del mercado español sería imposible”. Para la diseñadora, en España las ventas son más reducidas porque quizá “no se valora tanto una pieza 100% artesanal y nos vamos al mass market, al igual que en la moda nos inclinamos por el fast fashion: prima más la cantidad y el precio, que la calidad”, detalla. Pero en contrapartida, sus diseños han pisado fuerte en el país nipón, donde localiza la mayor parte de su mercado. “A nivel visual mis piezas encajan muy bien con la estética japonesa minimal”, apunta.

Una de las creaciones de Valeria Vasi.

El confinamiento y la situación de emergencia mundial vivida a lo largo de los últimos meses por la covid-19, ha dado un giro a nuestro estilo de vida y hábitos de consumo. Para la diseñadora, un punto de inflexión en el que empezar a cuidar más el espacio de nuestro hogar, lo que se ha traducido en un incremento sin precedentes de sus ventas, también en nuestro país. “Ha sido la mejor época de toda la historia de la marca. Con el confinamiento, no solo la gente ha empezado a hacer ese click de no solo gastar en viajes o en ropa, también tener una casa bonita en la que te apetezca estar”. Quizá, también se deba a una nueva tendencia en el modo de compra de los españoles, más consciente y menos impulsiva, en la cual el trabajo artesanal se empieza a poner en valor. “Cada vez hay un poco más de esa conciencia por consumir de otra manera, de una forma un poco más sostenible y ayudar al comercio local”.

Si en un primer momento Valeria arrancaba con una reducida colección en la que ella misma daba vida a cada una de sus creaciones de cerámica, como consecuencia del incremento de la demanda, ahora confía la manufacturación de sus piezas a diferentes talleres artesanales localizados en Cataluña –dependiendo del expertis que requiera cada diseño–. Una producción local y de proximidad, por la que Vasi persigue poner en valor la fabricación tradicional que se ha perdido con las grandes producciones. “Uno de los puntos esenciales de este proyecto era trabajar con artesanos locales. Recuperar lo que teníamos antes y se ha ido perdiendo con los años”, confiesa. Algo que la diseñadora experimentó como uno de los primeros retos a los que hacer frente. “Encontrar artesanos buenos, que trabajen materiales naturales -cerámica, vidrio o madera-, es muy difícil, han desaparecido. Dar con artesanos que puedan llevar a cabo todas tus ideas y sean locales es complicado, eran un reto desde el inicio”, nos cuenta.

Si hablamos de emprendimiento, para Valeria lo esencial es arriesgar (y quizá, ganar), aunque signifique desmarcarnos del camino que dicta la sociedad. “Nos han trasmitido que no nos arriesguemos tanto. Tienes que tener tu trabajo, tu sueldo, tu casa…, todo muy encajonado. La gente tiene miedo a probar, pero si no lo haces, nunca sabrás que hubiera pasado”, concluye.

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