Godet, el ‘atelier’ de Ponferrada que viste a novias de toda España

Nacieron como una tienda multimarca de novias e invitada y terminaron convirtiéndose en un atelier de referencia que recupera el trabajo artesanal y el gusto por los detalles. Esta es la historia de las hermanas Cristina y Patricia Delgado.

Las hermanas Delgado, creadoras de Godet.Cortesía de la firma

Cristina y Patricia Delgado, de Ponferrada (León), fundaron Godet en 2021, una firma nupcial que eleva el trabajo artesanal y el gusto por los detalles resultado de su inclinación compartida por el mundo de la moda y un puñado de años trabajando en el sector. “Nos enseñó a coser mi abuela y desde pequeñas hacíamos los vestidos a nuestras muñecas. A mí gustaba mucho el diseño y la historia de la moda, estudié interpretación pero después me formé en estilismo y me especialicé en estilismo nupcial. Mi herm...

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Cristina y Patricia Delgado, de Ponferrada (León), fundaron Godet en 2021, una firma nupcial que eleva el trabajo artesanal y el gusto por los detalles resultado de su inclinación compartida por el mundo de la moda y un puñado de años trabajando en el sector. “Nos enseñó a coser mi abuela y desde pequeñas hacíamos los vestidos a nuestras muñecas. A mí gustaba mucho el diseño y la historia de la moda, estudié interpretación pero después me formé en estilismo y me especialicé en estilismo nupcial. Mi hermana era trabajadora social; la moda siempre había sido su hobby y se formó en confección”, explica Cristina. Godet no siempre fue una firma y para entender su historia nos remontamos a 2016. Fue entonces cuando nació como una tienda multimarca de novias e invitadas en su Ponferrada natal, donde buscaban llevar una selección de diseños a las vecinas de la zona. Diseños, generalmente de marcas españolas, que no siempre encajaban en las chicas que las visitaban. “Nos pasábamos la vida desmontando vestidos y modificándolos porque a las novias que venían no les encajaban los vestidos del todo”, cuenta Cristina.

Lo que terminaría de cambiar su rumbo fue la boda de la propia Cristina, momento en el que vivió en primera persona lo que tantas otras veces había visto en sus clientas. “Me casaba en 2017 y cuando me puse a buscar vestido de novia me di cuenta de lo difícil que era encontrar un diseño ad hoc a tus necesidades”, confiesa. Al final, eligió un vestido de una de las gigantes firmas nupciales, pero algo fallaba. “Yo me iba a casar solo una vez y ese no era mi vestido”, reconoce. Con ayuda de su hermana lo deshicieron para montarlo de nuevo casi desde cero. “Nadie hubiera pensado que era el mismo que compré, cambiamos absolutamente todo y el resultado fue genial”, destaca.

Uno de los vestidos de novia de Godet.Cortesía de la firma

En 2020 decidieron tirarse a la piscina con su propia firma nupcial mientras mantenían la tienda multimarca, hasta que finalmente bajaría las persianas un año más tarde. Este no era el primer proyecto que impulsaba la leonesa. “En 2009 lancé una firma de invitada, La duquesa turquesa. Nuestro diseño estrella era una falda de tul gigante estilo Carrie Bradshaw”, recuerda. Pero un crecimiento de la demanda muy elevado en poco tiempo le llevó a morir de éxito. “No llegábamos a los pedidos, que ya no solo eran de cliente,s sino también de tiendas multimarca. Lo cosíamos todo a mano, no había ningún tipo de proceso industrial y no teníamos medios”, relata.

Desde su atelier en Ponferrada, donde trabajan las dos hermanas codo con codo junto a Ana, la jefa de taller, dan vida a 40 vestidos al año. “Yo me encargo de la parte del diseño y mi hermana de la parte del patronaje”, explica Patricia. “No hay nada industrializado, todo es artesanal: desde cómo cortamos las telas o los patrones a la hora de bordar o entolar encajes lo hacemos todo a mano”, subraya. Godet se inclina por líneas depuradas y minimalistas que dan vida a diseños que respiran un mimado gusto por los detalles. “La premisa con la que arranco con cada novia es que no les pase lo que me pasó a mí: que el diseño les represente 100%”, recalca Cristina. Para la diseñadora, el secreto del éxito radica en el patrón y la calidad del tejido. “Yo soy una loca de los tejidos y las telas antiguas, me obsesionan las piezas familiares que tienen una historia detrás. Lo primero que les pregunto a las novias es si tienen alguna pieza en la familia como un chal o una mantilla e intentamos introducir ese elemento dentro del diseño”, relata.

La firma habla con cada clienta sobre sus necesidades.Cortesía de la firma

Con el trabajo artesanal y el savoir faire en el ADN de Godet, Cristina recuerda que el año pasado una novia llevó a su atelier el vestido de su madre para trasladarlo al suyo propio. “Le pedimos permiso para deshacerlo y a partir de ahí creamos el vestido de la novia”, recuerda. Y de cara al 2024 otras tres se han animado a crear su vestido a partir del diseño que vistieron sus madres. Una forma de apostar por la sostenibilidad y dar una segunda oportunidad a un diseño que además cuenta con una potente carga emocional. “No necesariamente les tiene que valer ni querer algo similar, entre mediados de los ochenta y finales de los noventa suelen ser patrones muy exagerados, pero si son vestidos de finales les sacamos mucho partido”, aclara.

Bocetos de las hermanas Delgado.Cortesía de la firma

“Al principio intentas abarcarlo todo. Entonces me chocaba que un diseñador rechazara diseñar un vestido a una novia”, cuenta la diseñadora. Algo ahora muy común en la industria —recordemos el revuelo mediático que provocó Sophie et Voila cuando decidió no diseñar el vestido de novia de Tamara Falcó— que ahora para la diseñadora es fundamental. “Cuesta mucho trabajo conseguir el estilo y la imagen de una marca, y eso hay que cuidarlo”, apunta. Otras de sus condiciones: siempre trabajan con fabricantes españoles. “Para nosotras es algo incuestionable. Además, es más funcional a la hora de trabajar, la relación es más estrecha y los tiempos se acortan”.

En estos tres años de trabajo, lo que más emociona a las hermanas Delgado es recibir a novias de otros puntos de España que valoran su minucioso trabajo. “Hemos tenido a novias que vienen desde Vigo, A Coruña, Madrid e incluso el sur de Francia. Es una señal de que algo estamos haciendo bien”.

Una prueba de uno de los diseños de Godet.Cortesía de la firma

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