Todo lo que podemos aprender de los succionadores de clítoris sobre lo que les falta a las mujeres en la cama
El famoso juguete sexual ha demostrado que la penetración no es la forma más eficaz de llegar al orgasmo, pero también nos deja otras lecciones que podrían mejorar nuestra vida sexual en pareja
Está claro que el juguete sexual que ha revolucionado la masturbación femenina en estos últimos años es ya un indispensable para muchas mujeres, que han pasado de hablar del famoso succionador de clítoris en pequeños corrillos entre amigas a publicar su experiencia en redes sociales. Es más o menos económico, manejable, y sobre todo, es una ...
Está claro que el juguete sexual que ha revolucionado la masturbación femenina en estos últimos años es ya un indispensable para muchas mujeres, que han pasado de hablar del famoso succionador de clítoris en pequeños corrillos entre amigas a publicar su experiencia en redes sociales. Es más o menos económico, manejable, y sobre todo, es una herramienta eficaz para llegar rápidamente al orgasmo. Por supuesto, la idea de que las mujeres accedan fácilmente al éxtasis gracias a un amante electrónico (ya no a pilas, porque se cargan a través del USB) suscita todo tipo de comentarios. No solo entre las propias mujeres, sino también entre los hombres. ¿Se sienten sustituidos por un juguete sexual que ha dejado la penetración en un segundo plano? Quizás no se trata tanto de ver el succionador de clítoris como un enemigo para la vida sexual de las parejas, sino más bien como un nuevo aliado.
No es la primera vez que se insiste en la idea de que un juguete sexual no es ni mucho menos un sustituto del pene. Ya la marca Platanomelón lanzó en su momento una campaña en change.org para cambiar el nombre de “consolador”, por el de “alegrador”. Ahora, las sexólogas quieren recordar una vez más que los juguetes sexuales pueden ser un buen complemento de la vida sexual en pareja, y que en el caso concreto del succionador de clítoris, incluso puede que muchas personas tengan algo que aprender al respecto. Estos son algunos ejemplos:
Las mujeres no siempre tardan más en llegar al orgasmo
Tenemos la idea preconcebida de que un hombre tiene más facilidad para llegar al orgasmo que una mujer. Sin embargo, las cifras del succionador de clítoris, que ofrecen desde Platanomelón, afirman que el 83% de las personas que lo han utilizado llegan al orgasmo en menos de dos minutos. Como expone la sexóloga Nayara Malnero, “esto demuestra que las mujeres no siempre tardan más en llegar al orgasmo, sino que simplemente en pareja suelen hacer menos lo que les gusta”. Así, más que quejarse del famoso juguete, habría que indagar sobre la clave de su éxito, o incluso incluirlo a veces durante los encuentros sexuales. Y es que cuando la penetración no es suficiente, buscar una postura en la que poder tener acceso a la estimulación del clítoris, ya sea manualmente, o con el uso del famoso succionador, puede ser una gran idea. Asimismo, habrá quienes piensen que si la mujer llega tan pronto al orgasmo esto supondrá acortar la relación sexual, pero lo bueno del asunto es que la gran mayoría de las mujeres tienen la capacidad de repetir. No obstante, ya en los años sesenta, Masters y Johnson descubrieron que entre el 14% y el 16% de las féminas se reconocían multiorgásmicas. Habría que volver a hacer esta pregunta en los tiempos del Satisfyer.
La vulva también es una zona erógena
Si bien los succionadores de clítoris están pensados para estimular directamente el glande del clítoris, lo cierto es que la sensación puede llegar a ser muy intensa, por lo que muchas mujeres juegan inicialmente con la sensación por otros puntos de su vulva, que para muchos es una zona erógena casi desconocida. “La vulva no es sólo el clítoris, también posee más terminaciones nerviosas en otros puntos. Es cuestión de explorar, dejar fluir y erotizar más allá de lo establecido”, comenta por su parte la también sexóloga Judith Viudes. En este sentido, cabe recordar que bien sea a través del sexo manual, o del sexo oral, está bien detenerse en todas las partes de esta anatomía, que muchas veces no se estimula como merece.
El clítoris no es solo lo que se ve
Si bien el Satisfyer es el succionador de clítoris que se ha hecho más conocido por su publicidad en redes sociales, lo cierto es que existen diferentes modelos y marcas que fabrican este tipo de juguetes. De hecho, dando un paso más allá, la marca sueca LELO comenzó a comercializar los succionadores sónicos. Tal y como ellos lo describen, se trata de “un masajeador de clítoris que no emite vibraciones como las de los juguetes sexuales convencionales. En su lugar, genera ondas sónicas en forma de pulsaciones para estimular todo el clítoris, no solo la parte externa que puedes ver y tocar”. De hecho, prometen que su modelo SONA es capaz de estimular el 75% del clítoris. Esto significa que es posible estimular no solo la parte visible del clítoris, es decir, el glande, sino también toda la parte invisible de sus raíces. Evidentemente una pareja no puede emitir ondas sónicas para conseguir este objetivo, pero como explicaba el divulgador científico Pere Estupinyà existe evidencia científica que concluye que el punto G no es sino una zona de la vagina desde donde contactar indirectamente con el clítoris interno. Buscarlo es más sencillo de lo que parece, solo hay que introducir los dedos en la vagina y buscar una zona rugosa en la pared vaginal superior, y estimularlo realizando una especie de movimiento de llamada con los dedos, curvándolos en forma de “C”.
El placer femenino no está directamente relacionado con el tamaño del pene
Toda la vida con el gran debate de si el tamaño importa, para que venga un juguetito a regalar orgasmos sin que sea necesaria penetración ninguna. Es obvio que pueda parecer decepcionante, pero según la sexóloga María Esclapez también debería resultar bastante liberador. Y es que se podría concluir algo así como que “el tamaño no importa, porque el placer femenino no tiene que ver exclusivamente con la penetración, y por lo tanto, no se relaciona directamente con el tamaño del pene”. En este sentido, el verdadero avance del Satisfyer no son orgasmos en tiempo récord, sino visibilizar que para llegar al orgasmo no siempre es necesaria la penetración, y que llegar al clímax a través de la estimulación del clítoris no produce, ni mucho menos, orgasmo de segunda categoría. Tener esto claro supondría un avance para las parejas que sienten verdadera presión ante la penetración, ya que no obstante, según un estudio publicado en The Journal of Sexual of Medicine, uno de cada cuatro pacientes que buscaban ayuda médica ante una primera aparición de disfunción eréctil era menor de 40 años.
En la variedad está el gusto
Otra de las claves del succionador de clítoris, y de muchos de los juguetes sexuales actuales, es que tienen varios niveles de intensidad y de vibración. Hasta más de diez para elegir. Esto significa que aunque el juguete sea eficaz en sí mismo, es necesario que ofrezca variedad en su uso, para que la experiencia no sea siempre la misma. Algo que también puede aplicarse a las relaciones de pareja. De esta forma, Zoraida Granados concluye que “es importante jugar, igual que jugamos con los niveles de intensidad, y aprender a disfrutar del proceso. Se trata de buscar nuevas sensaciones juntos y compartirlas”. La sexóloga recomienda que probemos a jugar juntos, o incluso que juguemos por separado, para luego contarnos lo que hemos descubierto y compartirlo más tarde. Puede que hasta podamos probar las sensaciones del succionador en otras zonas erógenas como los pezones, o por qué no, en el glande del pene. “Conocernos, explorarnos y luego informarnos”. Ahí está la clave.