Opinión

Todo lo que la moda debe a las madres

Inspiradoras de los más célebres diseñadores, así ha influido la figura de la madre en la industria de la moda.

Linda McCartney en 1968.Getty

Sin la figura de su madre, costurera de profesión y sustento principal de la familia en la España de principios del siglo XX, sería muy difícil de entender la trayectoria de Cristóbal Balenciaga. Tampoco hubiera sido lo mismo el recorrido de Yves Saint Laurent, ni el de Dior (ambas extravagantes burguesas), ni el de Yohji Yamamoto, cuya madre, viuda de guerra que vistió siempre de negro, se convirtió en inspiración principal del diseñador nipón. Tampoco a propósito de Lagerfeld. Una figura implacable de la que el káiser ha contado en más de un...

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Sin la figura de su madre, costurera de profesión y sustento principal de la familia en la España de principios del siglo XX, sería muy difícil de entender la trayectoria de Cristóbal Balenciaga. Tampoco hubiera sido lo mismo el recorrido de Yves Saint Laurent, ni el de Dior (ambas extravagantes burguesas), ni el de Yohji Yamamoto, cuya madre, viuda de guerra que vistió siempre de negro, se convirtió en inspiración principal del diseñador nipón. Tampoco a propósito de Lagerfeld. Una figura implacable de la que el káiser ha contado en más de una ocasión que no podía despreciar más todo lo que hiciera su vástago y de la que siempre repite la misma cita “Solía decirme que éramos iguales, pero yo en peor”. Ahora bien, fue ella la primera que le llevó a un desfile cuando todavía era un niño. Más concretamente a uno de Dior. Y es que pudientes o humildes, cercanas o distantes, todas ellas se encuentran presentes de una u otra manera en el origen de la vocación o son el germen de la visión de sus aclamados hijos -Armani, sin ir más lejos, recuerda: “A mi madre no le gustaba la ostentación, una cualidad que he hecho totalmente mía en mi creación”. Y es que lo mismo evocaron su interés por la ropa, que les enseñaron el oficio o les animaron a emprender su exitosa carrera.

Otros referentes más cercanos en el tiempo son el de Isabel Marant y su madre Christa. La modelo, muy famosa en la Francia de los sesenta fue quien le enseñó a hacer punto, uno de sus sellos de identidad. También el de Stella McCartney y su madre Linda, reconocida fotógrafa y firme defensora del medio ambiente que no pudo vencer al cáncer de mama y en honor a la que seguramente ha seguido un camino lo más ecologista y sostenible posible. Otra madre que marcó el destino, en este caso fatal, de otro grande, fue la de Alexander McQueen. Y es que uno de los motivos principales que le empujó a quitarse la vida en febrero de 2010 fue el no haber superado su pérdida, acaecida tan solo una semana antes de suicidarse. Marcado por la muerte de su madre a los 19 años ha crecido también artísticamente el diseñador del que todo el mundo habla: Simon Porte Jacquemus –es el apellido de su madre el que da nombre a su marca–. “Todos mis diseños están pensados para la chica que mi madre fue cuando era joven”, aseguró en su momento el francés, quien le dedicó expresamente a Valérie una de sus colecciones más aclamadas de las últimas temporadas (la Crucero 2016). En otro orden de cosas, los Proenza Schouler también se llaman así por el nombre de soltera de sus respectivas madres y Joseph Altuzarra, Alexander Wang, Zac Posen, o diseñadores patrios como Juan Vidal, trabajan mano a mano con ellas y les han llegado a confiar parte de sus negocios.

Si en otra época lo que se llevaba era presumir de hijo parece que en la era de los milénicos lo ideal es justamente lo contrario. Y si no se lo digan a los Dolce & Gabbana y su constante homenaje a la mamma, materializado en desfiles como el consagrado a las madres e hijas más cool del momento (¿su último fichaje? Catherine Zeta Jones y su hija Carys). O a las sagas más prolíficas del entretenimiento como las Kardashian y las Hadid, imposibles de entender sin Kris y Yolanda a la cabeza más o menos visible de sendos imperios. Por otro lado, no hace falta más que ver a Brooklyn Beckham y la admiración y orgullo que siente por Victoria (en homenaje a la que se tatuó recientemente un corazón en el brazo). Y eso cuando todavía no hemos superado lo de Timothée Chalamet y su su mamá en la última edición de los premios Oscar, igual que todavía nos acordamos de cuando hicieron lo propio Ryan Gosling o Jared Leto. Tampoco hay que descuidar los maravillosos dúos estilísticos que forman estos días Reese Witherspoon y su hija Ava Philippe, Vanessa Paradise y Lili-Rose Depp o Lisa Bonet y Zoe Kravitz, por citar solo algunos ejemplos. Y eso que antes, implícito en aquello de renegar de tu madre cuando eras adolescente iba también renunciar a su estilo: hoy la mayoría de tendencias que están de moda las llevaron nuestras madres antes y mejor que nosotras. Todas excepto seguramente los mom jeans

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