Tintín se muda a Madrid

Jamás lo vimos enviando una crónica ni tampoco conoció los horrores de la guerra, y sin embargo, en su octogésimo quinto cumpleaños, las correrías de este periodista en territorio comanche siguen gozando del respeto y la admiración de millones de seguidores en todo el mundo. La fiebre por Tintín, el viajero impenitente ideado por el dibujante belga Georges Remi Hergé en 1929, no parece remitir. Y no lo hará mientras sus incondicionales sigan rindiendo culto a las 24 entregas (la última sin completar) que forman esta obra, rebosante de misiones insólitas y territorios inexplorados....

Jamás lo vimos enviando una crónica ni tampoco conoció los horrores de la guerra, y sin embargo, en su octogésimo quinto cumpleaños, las correrías de este periodista en territorio comanche siguen gozando del respeto y la admiración de millones de seguidores en todo el mundo. La fiebre por Tintín, el viajero impenitente ideado por el dibujante belga Georges Remi Hergé en 1929, no parece remitir. Y no lo hará mientras sus incondicionales sigan rindiendo culto a las 24 entregas (la última sin completar) que forman esta obra, rebosante de misiones insólitas y territorios inexplorados. Así lo demuestran Javier y Alicia Romero, dos experimentados tintinófilos, que acaban de inaugurar La estrella misteriosa (Jorge Juan, 87), el primer punto de venta oficial del personaje en Madrid.

"Tintín es Indiana Jones muchos años antes de Indiana Jones, un superhéroe sin superpoderes, un aventurero solidario y generoso", afirma Javier Romero, responsable de la tienda. A diferencia de otros tintinófilos patrios, en Madrid se encontraban huérfanos de un lugar que reuniera los libros de la colección o la bibliografía especializada, así como toda la parafernalia que rodea su imagen. Existen otros comercios del estilo en la ciudad, pero a diferencia de este no gozan de la bendición de la fundación del creador. Barcelona, por su parte, también cuenta con otra tienda oficial.

"Queremos hacer crecer este pequeño universo, y para ello vamos a especializar mucho más nuestra selección con objetos que encontremos en los mercados de coleccionistas, siempre con las garantías necesarias", asegura Alicia Romero. La oferta de La estrella misteriosa cubre todos los flancos: obra gráfica, material textil, figuritas (madera, plomo, resina, PVC), soporte audiovisual, coches en miniatura… "Estamos desarrollando una línea de viajes con unas características muy especiales", confiesa sin dar más detalles. Sin duda, toda una hazaña habida cuenta del paranoico control que ejercen los custodios de los derechos de Tintín.

Escaparate de la tienda y detalle del célebre cohete de ‘Aterrizaje en la luna’.

D.R.

Hernández y Fernández, el capitán Haddock y el profesor Tornasol tienen detrás a Moulinsart, la compañía que vela por el legado de Hergé. A lo largo de su historia, el escrupuloso control que desarrollan sobre las iniciativas relacionadas con Tintín ha provocado que las negociaciones de determinados proyectos acabaran encallando. Algo que no ha sucedido con La estrella misteriosa: "Lejos de ser un problema, para nosotros [esa supervisión] es una enorme ventaja, ya que nos permite decir que todos los productos que ofertamos están garantizados por su sello de calidad". Y añaden sus impulsores: "Las reglas del juego se establecieron claramente desde el principio y, una vez asumidas, todo ha sido fácil porque se trata de gente muy profesional".

El hecho de que la tienda esté localizada en el corazón del barrio de Salamanca no deja de ser una declaración de intenciones, pero tanto los precios como la oferta es amplia y para todos los públicos. Un tupé inmutable, las cejas enhiestas y la compañía del inseparable Milú adornan la fachada de un imaginario en el que caben Las joyas de Castafiore, El cangrejo de las pinzas de oro o Las siete bolas de cristal. Unas historias que demuestran que nunca es tarde para descubrir los secretos de uno de los personajes de ficción más fascinantes del siglo XX.

Interior del libro ‘Tintín: La estrella misteriosa’.

D.R.

Milú, el ‘fox terrier’ de Tintín, y detalle de la tienda.

D.R.