El tenis, ese deporte donde la batalla de sexos sigue viva
La polémica entre McEnroe y Williams ocupa titulares mientras Hollywood prepara el estreno de Battle of the sexes, donde Emma Stone y Steve Carrel dan vida a Billie Jean King y Bobby Riggs, dos tenistas que se enfrentaron en un partido que se convirtió en una cuestión de estado en los 70.
El patrón se repite. Una leyenda retirada, anhelosa de atención mediática –e incentivos económicos–, crea de la nada una polémica artificial al centrar sus críticas en una tenista, más joven que él y de incontestable éxito. Lo hizo Bobby Riggs, con 55 años en 1973, dando pie a un partido tan ridículo como memorable contra Billie Jean King. Lo repite en 2017 otro bocazas profesional, John McEnroe, de 58. “Si jugara en el circuito de hombres sería como la 700 del mundo”, dijo en una entrevista de radio aludiendo a ...
El patrón se repite. Una leyenda retirada, anhelosa de atención mediática –e incentivos económicos–, crea de la nada una polémica artificial al centrar sus críticas en una tenista, más joven que él y de incontestable éxito. Lo hizo Bobby Riggs, con 55 años en 1973, dando pie a un partido tan ridículo como memorable contra Billie Jean King. Lo repite en 2017 otro bocazas profesional, John McEnroe, de 58. “Si jugara en el circuito de hombres sería como la 700 del mundo”, dijo en una entrevista de radio aludiendo a Serena Williams, la tenista más conocida sobre el globo y ganadora de 23 torneos de Grand Slam. Pero el sexismo en el mundo del tenis no se circunscribe únicamente a estas salidas de tono dignas de cualquier académico español, los titulares de carácter machista en la prensa deportiva y la brecha salarial existente entre ambos circuitos siguen minusvalorando sus logros. 44 años después, justo cuando Hollywood se ha decidido inmortalizar aquel episodio, desde el bando masculino parecen dispuestos a mantener viva la batalla de los sexos.
“Querido John, te aprecio y te respeto, pero por favor, déjame fuera de unas afirmaciones que no están respaldadas por hechos. Ni he jugado contra nadie con ese ranking ni tengo tiempo. Respétame a mí y mi privacidad mientras trato de tener un hijo”, con estas palabras y deseándole un buen día, respondía Williams a McEnroe en Twitter. La polémica puede parecer prefabricada teniendo en cuenta que el extenista presenta ahora el libro de memorias But Seriously, además de haberse declarado públicamente a favor de la igualdad salarial, pero sus palabras han resonado con fuerza en una sociedad cuyos ideales están lejos de los 1973. Dmitry Tursunov, actual número 701 del ranking internacional, se ha sentido aludido por la apreciación y en una brillante demostración de mansplaining ha afirmado que “nunca he oído a McEnroe decir ninguna estupidez. El tenis es muy físico, por lo que sería difícil para una mujer jugar contra hombres. Creo que la ganaría”. Williams, considerada por la cadena ESPN como la decimonovena atleta más famosa del mundo (segunda mujer y cuarta tenista, solo por detrás de Federer, Nadal y Djokovic) y que ha explicado en varias ocasiones que es consciente de las diferencias físicas entre géneros, ha ignorado las declaraciones de Tursunov.
No es la primera vez que McEnroe cuestiona las hipotéticas opciones que la tenista hegemónica en el circuito femenino en lo que llevamos de siglo tendría contra él. En una aparición en el programa de Jimmy Kimmel declaró que, aunque sus hijas piensan lo contrario, está convencido de que la vencería. También desveló que el mismísimo Donald Trump intentó organizar un partido entre ellos, pero que no ofreció el dinero suficiente para hacerlo posible. El actual presidente de los Estados Unidos pretendía replicar la conocida como ‘Batalla de los sexos’ disputada por Billie Jean King y Bobby Riggs en los setenta. El tenista ya retirado había desafiado en varias ocasiones a la que a sus 29 años era la mejor jugadora del momento. King, fiera activista por los derechos de las mujeres, terminó aceptando después de que Riggs afirmara que estas no tenían “estabilidad emocional” para ser atletas y que debían restringir su actividad “a la cama y a la cocina”. El partido se convirtió en un asunto de estado, un espectáculo visto por 90 millones de norteamericanos por televisión, en el que se impuso la ganadora de 12 títulos de Grand Slam por 6-4, 6-3 y 6-3.
“Sabía que era muy importante ganar el encuentro si quería que la gente se tomara en serio el tenis femenino y a las mujeres”, confesó King. Los efectos del resultado no se hicieron esperar. Ese mismo año, el US Open se convirtió en el primer torneo de Grand Slam en dotar con una misma cantidad económica a los ganadores de los cuadros masculino y femenino. A pesar de los esfuerzos de pioneras como King, Navratilova o las hermanas Williams, no solo la diferencia salarial sigue vigente sino que continúan soportando polémicas tan inanes como la creada por McEnroe, demostrando que una jugadora debe luchar tanto dentro de la pista como fuera de ella.
Otras ‘Batallas de los sexos’ han tenido lugar en ámbitos de exhibición (una protagonizada por la misma Serena Williams) durante estas décadas, pero que nunca han ido más allá del mero entretenimiento. La historia de Riggs y King, que fructificó en una amistad duradera, será recordada para la nuevas generaciones en Battle of the Sexes, la nueva película de los directores de Pequeña Miss Sunshine. La reciente ganadora del Oscar Emma Stone y Steve Carell (The Office) darán vida a sendos deportistas en un filme que promete ser una de las candidatas con más opciones en la próxima temporada de premios.
Los ejemplos de sexismo continúan vigentes en un deporte que presume de elitismo tanto en lo correspondiente a sus jugadores como a su público y patrocinadores. El actual número 1 del mundo, el escocés Andy Murray, tuvo que hacer frente a críticas furibundas cuando en 2014 eligió a la extenista francesa Amelie Mauresmo como entrenadora. Toni Nadal también subrayó los problemas de establecer una relación profesional entre personas de diferente sexo, calificándose como “anticuado pero no machista” al reconocer que “no le apetecería para nada hacer pipí delante de una chica”. Un año después, un reportero pidió a la jugadora Eugenie Bouchard que diera una vuelta para que el público contemplara su vestimenta después de ganar un partido en el Open de Australia. En 2016, el director del torneo de Indian Wells Raymond Moore se vio obligado a dimitir después de la polémica surgida por unas declaraciones en las que aseguraba que estas se aprovechaban del éxito de los hombres y que “si fuera una jugadora se arrodillaría cada noche y daría las gracias a Dios por el nacimiento de Federer y Nadal”. Durante la misma competición, Novak Djokovic afirmó que ellos deberían ganar más que las mujeres debido a que reúnen un mayor número de espectadores. El caso más reciente sucedió este mismo año, en Roland Garros, cuando el tenista Maxime Hamou fue expulsado por la organización después de sobrepasarse con una periodista durante una entrevista.