6 motivos para ver la Super Bowl aunque no sepas nada de fútbol americano
Quarterbacks, touchdowns, punts… Que no cunda el pánico, no tienes que conocer nada sobre el deporte favorito de los estadounidenses para disfrutar del mayor espectáculo televisivo del año.
Cerca de 150 millones de espectadores conectarán la próxima noche del domingo 5 de febrero (madrugada del lunes en España a través de Movistar Plus) con la ciudad tejana de Houston, escenario de la edición 51 de la Super Bowl. La gran final del fútbol americano, que este año enfrenta a los New England Patriots con los Atlanta Falcons, volverá a hacer gala de su exuberante infraestructura. Desde hace años, ...
Cerca de 150 millones de espectadores conectarán la próxima noche del domingo 5 de febrero (madrugada del lunes en España a través de Movistar Plus) con la ciudad tejana de Houston, escenario de la edición 51 de la Super Bowl. La gran final del fútbol americano, que este año enfrenta a los New England Patriots con los Atlanta Falcons, volverá a hacer gala de su exuberante infraestructura. Desde hace años, el partido se ha convertido en una mera excusa para que anunciantes, medios de comunicación y estrellas de la música muestren sus aptitudes en una noche sin competencia posible. También para el apetito de la audiencia, que consumirá más de 1.200 millones de litros de cerveza y 1.300 de alitas en apenas cuatro horas. Un espectáculo deportivo que ha mutado en gran celebración de la cultura norteamericana (sea lo que sea eso ahora). Como a una buena fiesta es imposible negarse, a continuación te damos algunas razones extradeportivas para disfrutar de la noche sin necesidad de entender de placajes. “El resultado nos da igual…”.
Territorio Gaga
Sí, este año la gran anfitriona del espectáculo del intermedio es Lady Gaga. Sin duda, el mayor aliciente para que aquellos no interesados en pases, carreras y bloqueos, conecten con el evento. Después de sorprender a todos con su magnífica interpretación del himno norteamericano en la anterior edición, Stefani Germanotta presentará en directo sus grandes clásicos y algunos temas de Joanne, su último disco. Conociendo su predilección por la fanfarria, las expectativas en lo relativo a los planes de la cantante son altísimas. Según la CNBC, el suyo será el espectáculo más caro de la historia de la Super Bowl, superando a los anteriores de Coldplay y Katy Perry (y sus míticos tiburones), con un presupuesto de 10 millones de dólares para apenas 15 minutos de actuación. No se conocen aún las posibles estrellas invitadas, pero sí se ha filtrado que la cantante está empeñada en cantar algún tema desde el techo del estadio, algo inédito hasta ahora. Según Page Six, su osadía está “preocupando a todo su equipo” por lógicas razones de seguridad. Seguro que no nos deja indiferentes.
El ambiente en la grada
Por increíble que pueda parecernos a los espectadores europeos, en el fútbol americano no existen ultras violentos ni peleas en las gradas. Es habitual ver en cada partido a parejas de fans animando a sus respectivos equipos (muchos de ellos disfrazados) y compartiendo asientos sin disturbios. También a muchas mujeres, que suponen el 45% de los aficionados a este deporte en el país. Los multimillonarios o multiafortunados que hayan conseguido una entrada para el partido –la más barata cerca de los 3000 euros, la más cara cerca de los 350.000– compartirán tribuna con las decenas de estrellas de todos los ámbitos que no se quieren perder una ocasión así. El año pasado, por ejemplo, David Beckham, Amy Adams, Tim Cook, Alessandra Ambrosio, Michael Douglas o Kate Hudson. Para la edición del próximo domingo ya hay tres nombres de celebrities confirmadas. Las supermodelos Gisele Bündchen y Adriana Lima, parejas de dos de los jugadores que van a disputarla, y el actor Samuel L. Jackson, acérrimo fan de los Atlanta Falcons. El mismo equipo al que animará Gerard Piqué, que aunque no podrá acudir al evento por compromisos evidentes en su club, ya ha confesado su afiliación en Twitter.
El estallido Trump
El terremoto social que ha supuesto la llegada de The Donald al despacho oval también ha hecho temblar los cimientos de la Super Bowl. La NFL (Liga de fútbol americano) ha negado que diera instrucciones de evitar comentarios políticos a Lady Gaga, desmintiendo así la información publicada. Conociendo el activismo de la cantante, sería sorprendente que no aprovechara el foco mediático para entonar algún mensaje al respecto. La polémica también se ha trasladado al campo ya que Tom Brady, estrella de los New England Patriots y considerado como uno de los mejores jugadores de la historia de este deporte, ha tenido que referirse a su relación de amistad con Trump en la rueda de prensa previa al partido. “Que conozcas a alguien no significa que estés de acuerdo con todo lo que dice o hace”, afirmó Brady, intentando desmarcarse de la presión mediática que le exige mojarse políticamente.
Los anuncios
El minuto publicitario marca también un nuevo máximo en esta Super Bowl. 5 millones de dólares por 30 segundos es el precio que firmas automovilísticas, marcas de bebidas o productoras cinematográficas han tenido que desembolsar para situar alguno de sus productos en el gran escaparate televisivo mundial. No es ningún secreto que los creativos publicitarios reservan las mejores ideas para esta cita, que otorga pasaportes de viralidad instantánea. Sia, Jason Statham, Gal Gadot y la misma Lady Gaga protagonizan algunas de las piezas ya filtradas, con especial atención a la dirigida por los hermanos Coen para Mercedes Benz, homenaje a Easy Rider incluido. El sector publicitario también espera la aparición de varios anuncios con mensajes, más o menos subliminales, a la política de Donald Trump. El primero no se ha hecho esperar. Budweiser dedicará su espacio a homenajear la historia de su fundador, Adolphus Busch, un inmigrante alemán que creó la mayor multinacional cervecera del país, bajo el eslogan: “Cuando nada detiene tus sueños”.
La moda
Sí, la NFL también tiene referentes de estilo. Empezando por Tom Brady, la gran estrella dentro del césped y fuera de él. Su matrimonio con la top model Gisele Bündchen le ha llevado a pisar la alfombras roja de los principales eventos de moda. Tiene un estilo sobrio con concesiones a las sorpresas (acuérdense de aquella chaqueta de esmoquin color azul que vistió en la Gala Met en 2013). Al mismo evento acudió otra de las estrellas fashion victim: Odell Beckham Jr. Conocido por sus característicos rizos rubios, el receptor fue también protagonista de la gran polémica de la noche. La actriz y creadora de la serie Girls, Lena Dunham, le acusó de ‘mirarla mal’. “Me miró y determinó que no era el tipo de mujer para sus estándares”, llegó a decir Dunham. Al día siguiente la actriz tuiteó unas disculpas al jugador afirmando que era “talentoso, estiloso e increíble” y que todo se debía a las «inseguridades» que ella tenía con su propio cuerpo. Otro de los iconos de estilo en la liga es el corredor Zeke Elliot, que ha puesto de moda entre la juventud americana su costumbre de arremangarse la camiseta simulando un crop top.
Pero si hay un jugador de fútbol americano fundamental en este sector ese es el neoyorquino de origen puertorriqueño Victor Cruz. Elegido por Sports Illustrated como el deportista más estiloso del mundo (por delante de Russell Westbrook o Serena Williams), el receptor de los Giants es un asiduo de la semana de la moda de Nueva York, de la que ha sido embajador. Cruz ha lanzado su propia línea de zapatillas con Nike y la firma de ropa Young Whales, además de ser el rostro de la campaña otoño/invierno 2015 de Givenchy. Íntimo amigo de Anna Wintour, la relación de Cruz con la industria de la moda hace tiempo que dejó de considerarse circunstancial para convertirse en un más que seguro futuro profesional una vez cuelgue las botas.
La fiesta
Una noche en la que los protagonistas son los perritos calientes, los nachos con guacamole, las alitas de pollo y mucha cerveza fría, no necesita de mayores alhajas para ser atractiva. Enciende la tele y disfruta.