‘iBoat’, el invento póstumo de Steve Jobs que acaba de ser desvelado

Un dispositivo para controlar y monitorizar embarcaciones, diseñado por el gurú de Apple, ha sido ahora certificado por la oficina de patentes norteamericana.

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Mucho se ha rumoreado sobre cuál sería el último proyecto en el que Steve Jobs, fundador de Apple e icono global, estaría trabajando antes de fallecer en 2011 a causa de un cáncer de páncreas. Hasta ese momento, eran 323 las patentes registradas que lo designaban como inventor. Pese a que durante estos años otros diseños también han querido incluir a Jobs a modo de homenaje, recientemente se ha confirmado la número 324, en la que el genio trabajó en sus últimos d...

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Mucho se ha rumoreado sobre cuál sería el último proyecto en el que Steve Jobs, fundador de Apple e icono global, estaría trabajando antes de fallecer en 2011 a causa de un cáncer de páncreas. Hasta ese momento, eran 323 las patentes registradas que lo designaban como inventor. Pese a que durante estos años otros diseños también han querido incluir a Jobs a modo de homenaje, recientemente se ha confirmado la número 324, en la que el genio trabajó en sus últimos días. Y no, no se trata de tablets, teléfonos o relojes, esta vez su público era algo más exclusivo. La oficina norteamericana de Patentes y Marcas ha oficializado una nueva patente, propiedad de Apple y de la compañía de domótica Savant Systems, que acredita a Steven P. Jobs como primer inventor de la misma. Según la web Patently Apple, la petición de registro se hizo en marzo de 2013 bajo el nombre, poco comercial, de “Mando de control remoto empleando un dispositivo móvil inalámbrico”. Para ser más claros, Jobs diseñó un iPad para barcos.

Lo que probablemente habría sido denominado como ‘iBoat‘ es un aparato electrónico similar a un smartphone, con una pantalla táctil desde la que se podría dirigir y monitorizar el funcionamiento de la embarcación. No es casualidad que este sea el último invento conocido de Jobs, ya que seis años atrás estaba inmerso en la construcción del ambicioso yate que jamás llegó a ver zarpar, al fallecer meses antes de se terminara de construir. Venus, la diosa romana del amor (y un involuntario homenaje al gran éxito de Mecano), fue el nombre elegido para el barco en el que el genio de la marca de la manzana había planificado el retiro soñado debido a su maltrecha salud. Esta pionera domótica náutica le hubiera permitido controlar desde el aire acondicionado de las habitaciones hasta la dirección del timón con solo mover un dedo.

Imágenes de los diseños patentados por Apple y Savant Systems.Patently Apple

En cuanto a las especificaciones técnicas, el funcionamiento de la última invención de Jobs se basaría en la comunicación inalámbrica gracias a una interfaz emparejada al sistema de control electrónico del barco. Esta llevaría incorporados varios sensores que recopilarían información medioambiental como la profundidad del agua, la dirección del viento o su velocidad. También ofrecería información del vehículo a tiempo real (estado del motor, controladores de propulsión) sirviéndose de un monitor de salud que permitiría desactivar el control remoto si se detectan fallos en algún sistema. Asimismo, la patente desvela la existencia de un control remoto del timón, con el que se podría variar la dirección del yate tomando el sol en la cubierta del mismo.

Los planos evidencian la ambición de Jobs de controlar todos los aspectos de su embarcación.Patently Apple

Pese a que el fallecimiento de Jobs frustró la materialización de la patente, Venus, cuyo coste ronda los 110 millones de euros, ya surca los mares. Una embarcación diseñada por el prestigioso Philippe Starck, cuya conversación con Jobs para hacerse cargo del trabajo apenas duró quince segundos por teléfono. “¿Le gustaría hacerme un barco?” fue todo lo que dijo el gurú. Esta curiosa unión de dos genios del diseño deja todavía un dato aún más impactante: “Lo diseñé todo (todo, todo, todo) en una hora y media. Todo encajaba. Trabajé extremadamente rápido”, explicó Starck a la edición francesa de Vanity Fair. Jobs le dio carta blanca para diseñar Venus con solo tres requisitos a tener en cuenta: el casco debía medir 82 metros exactos, solo contaría con seis habitaciones idénticas (para familia y tripulación) y lo tercero y más importante, debía ser silencioso. “Steve quería estar seguro de que los jóvenes podrían situarse en la parte delantera del barco mientras él estaba detrás y viceversa. Estaba obsesionado con el silencio. En su casa, ni los niños hacían ruido, ni el perro, ni su mujer… Nadie hizo ningún ruido, nunca”.

El majestuoso yate Venus surcando el mar Adriático.Cordon Press

En diciembre de 2012, un año después de la muerte de Jobs, el barco zarpó por primera vez desde el puerto de Ámsterdam. De diseño minimalista, cuenta con un casco de aluminio ultraligero cortado en una sola pieza y la cubierta es de madera de teca. La viuda de Jobs, Laurene Powell, es ahora la patrona de un Venus que ha atracado en los puertos de Barcelona y Palma de Mallorca, entre otras ciudades. Starck, por su parte, la ha demandado por la omisión del pago de hasta tres de los nueve millones acordados como tarifa. Ahora que la autoría de la patente es oficial, desconocemos si entre los planes de Tim Cook está el fabricar y comercializar este ‘iBoat’, que convertiría cualquier embarcación en la versión acuática de Kitt, el coche fantástico. Y para aquellos fans de Apple que no sean millonarios, lo sentimos, parece que la última genialidad de Jobs se sale del presupuesto (un poco más de lo habitual). Pero, ¿alguien puede culpar al visionario más grande de nuestra época de querer sentirse como David Hasselhoff? Nosotros tampoco.

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