Simone Rocha para H&M: «Quiero que esta colección nos devuelva la capacidad de disfrutar arreglándonos»

Con piezas detallistas ideadas para perdurar, la diseñadora apuesta por volver a hacer disfrutar de la moda más onírica. En su última colección cápsula se abre a nuevos públicos.

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Cuando aún era una joven estudiante apasionada de la moda, Simone Rocha no se perdía algunas de las colaboraciones de H&M con firmas de lujo. La diseñadora todavía recuerda la felicidad de poder poseer aquellas piezas: en su armario hoy conserva un suéter de lunares de la alianza con Comme des Garçons y calcetines de Marni. Más de una década después, convertida en una de las propuestas más vibrantes de Londres, ahora es ella la que graba su nombre junto a las ubicuas iniciales suecas y estrena colección cápsula el 11 de marzo. Ella es la que hará accesibles sus creaciones a un público más amplio. «Soy consciente de que para mucha gente esta puede ser la primera toma de contacto con la marca, quizá sea la primera vez que la compren», concede, «espero que el descubrimiento sea emocionante para ellos».

Como buena irlandesa, Rocha adora contar historias. Cada una de sus preciosistas colecciones ahonda en sus raíces multiculturales –su padre, el diseñador John Rocha, nació en Hong Kong; su madre, en Irlanda– y busca reformular el concepto de feminidad. Mezclando referencias históricas y volúmenes desmesurados, ha dado forma a una estética muy singular que se reapropia sin sonrojo de los emblemas de lo cursi: las perlas, volantes, lazos o tules se transforman en sus manos en acentos de un lenguaje actualizado y atractivo para las mujeres del siglo XXI. Romance y exceso también en tiempos pandémicos. «Pienso que la moda, al igual que el arte, ofrece la posibilidad de la fantasía, del escapismo, de la imaginación, de la belleza. Y creo que será muy importante a medida que vayamos saliendo de estas restricciones». Por eso, su cápsula para la cadena no regatea con estos conceptos e incluye todas sus señas de identidad con un objetivo: «Espero que los clientes puedan encontrar alegría y optimismo en estas prendas».

Tras demasiados meses en los que el chándal se ha posicionado como una especie de uniforme oficial, se multiplican las voces que vaticinan un futuro antagónico. Así lo cree, por ejemplo, la directora creativa de H&M, Ann-Sofie Johansson: «La pandemia ha afectado a todos de muchas maneras y, naturalmente, eso ha influido en nuestros hábitos de vestir. Pero no creo que el estilo de Simone esté remotamente fuera de onda con este momento. Todo lo contrario. De hecho, creo que ahora más que nunca nos hemos enfrentado a la importancia que tiene la moda para traer alegría a la gente. Puede representar una maravillosa oportunidad para soñar, para transformarse o recuperar confianza». Precisamente esa era una de las ideas que Rocha tenía presente al dar forma a esta colaboración: «Me encanta imaginar que las personas se pondrán estas piezas, ya sea un acogedor jersey de punto o un vestido para una ocasión realmente especial, y recordarán cómo era amar la moda y disfrutar de arreglarse».

La línea de edición limitada propone un armario completo, con vestidos de tul y tartán, gabardinas de mangas abullonadas o camisas rematadas con perlas, así como accesorios entre los que no faltan los broches, las diademas y las horquillas cuajadas de pedrería.dr

Compras con fundamento

La línea de edición limitada propone un armario completo, con vestidos de tul y tartán, gabardinas de mangas abullonadas o camisas rematadas con perlas, así como accesorios entre los que no faltan los broches, las diademas y las horquillas cuajadas de pedrería. También, por primera vez, propuestas para hombre y niños. Prendas concebidas para evadirse que encuentran además acicates más pragmáticos: «La situación actual nos ha hecho a todos pensar más sobre qué compramos y por qué y espero que de esta salgamos siendo consumidores más conscientes que invierten en piezas para que perduren, cosas que queramos llevar una y otra vez, independientemente de si son para el día a día o más extravagantes», opina la creativa. Esta noción está presente en todas sus colecciones que, aunque evolucionan, siempre se delimitan dentro de su particular estética. Una alternativa que se postula como la más sensata tras la resaca consumista que ha dejado el coronavirus. «No somos una marca que deseche ideas cada temporada –generalmente miramos atrás y continuamos desarrollando un patrón o una silueta– y me he vuelto aún más inflexible con esto tras la crisis. Quiero que la gente disfrute de mis prendas durante años y que sean versátiles».

La cápsula le ha supuesto otra oportunidad para revisar el archivo: «Pasé mucho tiempo fijándome en la primera colección de perlas y neopreno que hicimos, que fue la de primavera-verano 2014, fue la primera vez que presenté las perlas que ahora son mi rúbrica». También profundizó en algunos de los hilos conductores de sus últimas propuestas: Ana Bolena, las muñecas o el trabajo del fotógrafo japonés Nobuyoshi Araki. «No son meras reediciones, es coger cosas y reinterpretarlas con la visión de hoy».

La artesanía y los acabados son la última pata en el mundo de la irlandesa. Pero ¿cómo se alinean con una producción a gran escala para H&M? «Quería asegurarme de que los tejidos y los detalles de esta colección tuvieran ese toque personal. Hemos puesto el mismo cuidado y atención en la selección de telas y hemos desarrollado versiones preciosas de nuestros tules o lanas. Cuanto más miras las prendas, más vas apreciando todos los pequeños toques» .

«Quiero que la gente disfrute de mis prendas durante años y que sean versátiles».dr

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