¿Se puede andar con estos zapatos de tacón sin tacón?
Con dificultad y pérdida del equilibrio logramos dar 10 pasos con esta sandalia al estilo Lady Gaga.
Hace un par de días, viendo la nueva colección de Giuseppe Zanotti*, se genera el debate en la redacción: ¿Se puede caminar, o al menos sostenerse en pie, con un zapato de tacón tan alto y que en realidad no tiene tacón? Al menos yo no, o eso es lo que intenté demostrar pidiendo prestados los zapatos a la marca para escribir mi experiencia. [Y antes de seguir me gustaría aclarar que el conejillo de indias, la que escribe, ...
Hace un par de días, viendo la nueva colección de Giuseppe Zanotti*, se genera el debate en la redacción: ¿Se puede caminar, o al menos sostenerse en pie, con un zapato de tacón tan alto y que en realidad no tiene tacón? Al menos yo no, o eso es lo que intenté demostrar pidiendo prestados los zapatos a la marca para escribir mi experiencia. [Y antes de seguir me gustaría aclarar que el conejillo de indias, la que escribe, nunca anda con tacones si no es estrictamente necesario: bodas en las que no llega al postre sin echar mano de las bailarinas del kit de superviviencia del bolso].
Prueba de que aunque con mucha dificultad es posible mantenerse sobre estos zapatos.
Estaba equivocada. En teoría con los zapatos de tacón sin tacón se puede andar, otra cosa es que llegue muy lejos. No he logrado dar más de 10 pasos (los suficientes para que Lady Gaga o Daphne Guinness, fans de este calzado, se desplacen de la puerta al coche y del coche al photocall) después de hacer un gran esfuerzo por matener el equilibrio. Lo de bailar con ellos es otra historia.
“Yo veo más fácil andar que estar parada”, comenta Sonia, una de mis compañeras, mientras se divierte caminando de un lado a otro de la redacción. Lo suyo tiene más mérito, está embarazada de casi 6 meses y ha hecho el paseillo con mucha dignidad. Lisbert lo lleva peor, apenas puede dar un paso y para mantenerse en pie necesita mantener las rodillas flexionadas para no caer hacia delante. Un cuadro. En cambio Ana está encantada: “No son tan horribles como parece, hay que cambiar el paso para no caerte hacia delante pero sí que se puede andar”. Cambiar el paso significa no poder flexionar el metatarso para hacer el juego de la pisada, un pequeño inconveniente que me provoca un dolor en el empeine y un calambre en los dedos que solo puedo soportar los tres segundos que dura este vídeo.
“El arco plantar funciona como el amortiguador de un coche, si lo anulamos corremos el riesgo de sufrir problemas en los pies, como juanetes”, cuenta por teléfono Sandra Lois, osteópata y fisioterapeuta, mientras mis compañeras siguen intentando mantener el equilibrio. “Al adelantar el centro de gravedad, del talón a los dedos, y no flexionar el tobillo se corre también el riesgo de dañar la columna vertebral”.
Zapato chopine del siglo XV.
DR
Pero más que los efectos nocivos de este zapato imposible me ha sorprendido descubrir que no somos las primeras locas en probar esta broma de la moda. En el siglo XV Lady Gaga habría pasado desapercibida en Italia. Los zapateros del Renacimiento inventaron un tacón denominado chopine con el fin de que las babuchas forradas de seda y brocados no se estropeasen con el barro. Y como todo en moda, lo que comenzó como una solución práctica se llevó al extremo con plataformas que podían alcanzar hasta los 50 centímetros y necesitaban de la ayuda de criados para desplazarse. Tal fue la dificultad de movimiento que permitía este ridículo calzado que terminaron por prohibirlo debido a los tropiezos y caídas que sufrían algunas mujeres y que estaban dañando los fetos de algunas embarazdas.
* Las sandalias de Giuseppe Zanotti cuestan 640 euros y se pueden comprar en su tienda online.