¿Se han quedado obsoletas las temporadas en la moda?

El clima, la difusión de las tendencias y la respuesta rápida de ciertas marcas convierten las dos temporadas en un sistema arcaico.

"La colección de invierno se elabora en la época de las lilas y las cerezas", cuenta Christian Dior en su autobiografía 'Christian Dior y yo'. "El modisto no es un paisajista; no trabaja con el modelo a la vista; su creación se parece más a la creación poética. Necesita de cierta nostalgia. El verano se sueña en pleno invierno y a la inversa", explica.

Aquellas estrictas temporadas de la alta costura se han ido difuminando. Las necesidades de los consumidores exigen una rápida respuesta al clima y a las tendencias...

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"La colección de invierno se elabora en la época de las lilas y las cerezas", cuenta Christian Dior en su autobiografía 'Christian Dior y yo'. "El modisto no es un paisajista; no trabaja con el modelo a la vista; su creación se parece más a la creación poética. Necesita de cierta nostalgia. El verano se sueña en pleno invierno y a la inversa", explica.

Aquellas estrictas temporadas de la alta costura se han ido difuminando. Las necesidades de los consumidores exigen una rápida respuesta al clima y a las tendencias. Ya con las colecciones crucero, que comenzaron a proponer algunas casas de moda para surtir con ropa de verano a clientes que pasaban sus vacaciones invierno en lugares cálidos, se introduce cierta flexibilidad. Flexibilidad que los millonarios disfrutaban, mientras la mayor parte de la gente seguía provisionando su armario al dictado de las dos grandes temporadas en que se divide la moda, que han dominado la fabricación, distribución y venta de ropa hasta hace bien poco.

Ola de frío siberiano. 2 grados. En las perchas de algunas tiendas ya cuelgan vestidos floreados de tirantes, shorts playeros, sandalias y hasta bañadores. La propuesta nos sorprende pues nos hemos acostumbrado a comprar la ropa en el momento de usarla. Ropa lista para estrenar. Las cadenas de ropa low cost han cambiado nuestra forma de comprar, y nuestra forma de percibir las temporadas de la moda.
 

Inditex y la información

"Existen varios factores para este cambio. Uno es Inditex", explica Marina Duque, profesora de planificación de colecciones en el Instituto Superior de Empresa y Moda (ISEM). La famosísima estrategia 'just in time' ha sido optimizada al máximo por Zara que logra tener en 15 días producto nuevo que responde a las tendencias, previsiones climáticas y demanda de los clientes.

"El consumidor tiene la información mucho más rápido gracias a internet. A través de webs, blogs y redes sociales se enteran de lo que va a venir y lo quieren inmediatamente. Antes había que esperar a las revistas y era un proceso más lento y más caro", explica Marina Duque otro de los factores del cambio. Ya las tendencias no se asimilan con la misma cadencia que hace unos años. Amaya Arzuaga, por ejemplo, se quejaba de que las modas se habían acelerado debido a las cadenas de moda rápida que implantan una tendencia cuando esta apenas ha subido a la pasarela. Se dan así fenómenos como el de las zapatillas de Isabel Marant que en España se van a ver irremediablemente superadas por sus copias.

Con suelo mojado, cajón seco

Este clásico refrán de comerciantes resume bien otra de las razones por las que las temporadas han perdido rigidez: el clima y sus variaciones. Vender plumíferos en un otoño cálido como el pasado es algo tan absurdo como cantar el Ave María en un karaoke. La ropa de abrigo llega a rebajas con el tallaje completo. "Esas prendas dan muy poco margen y ocupan unos metros cuadrados muy caros, por eso se introducen modelos de nueva temporada tan pronto, porque son de entretiempo, se pueden vender y tienen buen margen", explica Marina Duque.

La temporalidad ya no es tan rígida, las prendas -o el uso que hacemos de ellas- son más versátiles. "Un mismo vestido se puede utilizar en verano y en invierno, con un cuello vuelto debajo y medias. Además no solo hemos de adaptar nuestro armario al clima sino también a la temperatura de la casa, de la oficina, donde muchas veces en invierno hace calor", detalla Marina.

Ni tendencias, ni clima: estado de ánimo

Bea Deza es la diseñadora de la marca española Sister Jane. Su primera colección para Topshop fue toda una revolución. Ha vestido a Florence Welch y es una de las favoritas de estilistas y medios. También del público. Bea Deza está diseñando constantemente. Cada dos meses presenta una nueva colección. Cerca de 20 prendas que continúan con el espíritu de Sister Jane pero que conforman una pequeña isla. Una especie de teoría de conjuntos con intersecciones gótico-románticas.

"Vivimos en un mundo sometidos a unos ritmos frenéticos en el que nos cansamos muy rápido de las cosas. Nos tenemos que amoldar a los cambios por los que esta pasando nuestra generación. Por ello debemos ofrecer al consumidor un producto que vaya a la misma velocidad y cambio", cuenta Bea por e-mail.

La competencia es feroz. Por eso, además de que la ropa se adecue al momento, la sorpresa y la exclusividad son esenciales. Es imprescindible, como resalta Bea, reinventarse cada día, lo que implica superar tempos antiguos. "Hay que pensar en el "it-item" de hoy, ya no de esta temporada", dice. Y para eso hay que contemplar, más que el clima, "el estado de ánimo del consumidor". Para Bea es esencial, además, que su trabajo sea continuo: "Yo lo necesito, para mí hacer colecciones es una manera de expresar, no podría aguantar haciendo solo dos colecciones al año", cuenta.

Prada imagina el invierno que viene con una dosis de colorido en clave retro.

Imaxtree

Muchas colecciones, ¿poca diversión?

Algunos diseñadores se quejan de que un trabajo tan exigente y atomizado arrastra a la locura y al escándalo. Otros, sin embargo, culpan a Galliano de no saber controlar la presión. Las grandes firmas de moda presentan dos grandes colecciones más dos precolecciones (prefall y resort o crucero). En algunos casos introducen nuevas prendas en mitad de estas cuatro colecciones. Y eso que las casas de moda de lujo no están tan sujetas a las tendencias pues son ellos quiénes las marcan. "Tienen un público muy fiel y no necesitan el último color de la temporada. Son ellos los que definen qué se va a llevar", explica Marina Duque. Sin embargo, introducir novedades en el mercado es esencial para mantener el interés. Y eso exige la concentración total del diseñador.

La revista Vice publicaba hace una semana una entrevista con Stephano Pilati, todavía diseñador de Yves Saint Laurent, al que preguntaban por la vida lumpen de Saint Laurent y sobre si la suya también era tan excitante. A lo que Pilati responde que no, que sería imposible: "Es un trabajo de oficina de verdad que supera cualquier concepción normal de lo que uno debe dedicar al trabajo. Trabajo 24 horas al día. Tengo que hacer una colección cada 2 meses. Tienes que estar en forma; tienes que ser más un atleta que una estrella del rock".
 
El diseñador ha de trabajar con varias temporadas a la vez: la que está en las tiendas en este momento, la que acaba de presentar, la que empezará a preparar, los tejidos de la siguiente…
Los medios analizamos las tendencias de este verano mientras desgranamos los desfiles de la temporada que viene. El consumidor sabe ya lo que se va a llevar en 6 meses y algunos, los que pueden, lo quieren ya.

El trunk show

La ansiedad por ser el primero en lucir la última novedad de la pasarela ha dado lugar a los trunk shows. Presentaciones exclusivas de algunas de las prendas de pasarela antes de que se comercialicen. Existen trunk shows a los que las clientas acuden en busca de prendas a medida, como en las presentaciones de los talleres de alta costura de mediados de siglo. También existe su versión online, la web de Lauren Santo Domingo, Moda Operandi, vende prendas de Proenza Schouler, Thakoon, Prabal Gurung y Alexander Wang, entre otros. La ropa se puede encargar hasta dos días después del desfile y se entrega en 4 o 5 meses. La socia de Santo Domingo, Aslaur Magnusdottir, explicó a New York Magazine el secreto de su idea: "Los desfiles generan muchísima excitación, pero a menudo no se traduce en ventas porque la ropa tarda mucho en llegar a las tiendas".

Las temporadas no rigen la moda. La moda se adapta al estado de ánimo, a las tendencias y al clima suavizando la rigidez de las antiguas colecciones y ofreciendo novedades continuamente. Ya no se hacen los vestidos de invierno en la época de las cerezas. O sí, porque ahora hay cerezas todo el año.

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