Rafael Santandreu, de profesión el psicólogo más odiado de Twitter
Autoayuda para negar la violencia de género. El mismo que quiso «enviar rayos de amor» a Hitler ahora dice que curaría al «locuelo» del asesino de Diana Quer con «amor sanador».
Hace unos meses coló a la audiencia de la televisión pública que a Hitler lo tendríamos que «haber aceptado incondicionalmente» y haberle «enviado rayos de amor a tope» porque «esa persona estaba muy loca pero en el fondo su potencial era maravilloso». Ayer, desde su columna en La Vanguardia, el mediático psicólogo Rafael Santandreu volvió...
Hace unos meses coló a la audiencia de la televisión pública que a Hitler lo tendríamos que «haber aceptado incondicionalmente» y haberle «enviado rayos de amor a tope» porque «esa persona estaba muy loca pero en el fondo su potencial era maravilloso». Ayer, desde su columna en La Vanguardia, el mediático psicólogo Rafael Santandreu volvió a utilizar símiles curativos para exonerar a criminales. Esta vez con El chicle, el asesino confeso de Diana Quer.
Aprovechando el tirón mediático del crimen de la joven madrileña, el también autor de varios libros de autoayuda escribió un post titulado Caso Diana Quer: enseñanzas para el desarrollo personal. Un texto en el que minimizaba el asesinato machista y las raíces estructurales de este tipo de violencia (Santandreu lo resuelve con un «esta actitud loca nos impide ser auténticamente felices») y en el que reincidía, una vez más, en la teoría de la Aceptación Incondicional a los Demás (AID). Si a Hitler le tendríamos que haber enviado rayos de amor para aceptar su «potencial», a El Chicle tenemos que entenderlo como «un ser enfermo» que puede curarse gracias al «el amor sanador y terapias educativas adecuadas». Un asesino dentro del género de «locuelos» de los que «nos debemos apartar» (este último adjetivo después se borró de su entradilla).
En el post, donde vuelve a destacar la Alemania de la Segunda Guerra Mundial como ejemplo porque los nazis «volvieron al camino del amor y la colaboración» tras el conflicto, Santandreu desestima el valor de los procesos judiciales –y el grito de las feministas de «no son monstruos, son hijos sanos del patriarcado»– para remitir a sus terapias curativas y sanar con amor a los criminales: «las cárceles deberían ser lugares de recuperación, enseñanza, sanación. No castigos. Los castigos no sirven para nada. Cuestan dinero y esfuerzo y no detienen al ‘loco’. De ahí el alto nivel de reincidencia de las cárceles españolas», resuelve el psicólogo.
Las críticas en redes ante este post se multiplicaron en redes durante la jornada, exigiendo al Colegio Oficial de Psicólogos de Cataluña que tomase medidas contra el colegiado por banalizar la violencia machista y apostar por pseudociencias como método curativo ante ésta.
El psicólogo, el mismo que ridiculizó Buenafuente en directo en Late Motiv por haber sido el único invitado en la historia del programa que envió sus preguntas por adelantado, y el mismo que aparece en la campaña de Amodio de Campofrío rodada por Isabel Coixet, es un habitual de televisiones y tertulias radiófonicas. En ellas no solo apuesta por su psicología cognitiva para resolver el índice de criminalidad española sino que ha sido capaz de enfurecer a dietistas profesionales, que le enviaron una carta abierta por sus elaboradas recomendaciones para una vida sana en otro programa de la televisión pública: «comer la mitad» o «beber tres vasos de agua durante la comida para quitar el hambre».
(Esta publicación se ha puesto en contacto con el Colegio Oficial de Psicólogos de Cataluña y está a la espera de un posicionamiento de la entidad frente a las declaraciones de Rafael Santandreu).