Quién viste a quién y por qué en la alfombra roja
El negocio de los posados en Cannes tiene poco de espontáneo: las marcas de lujo planean durante meses su estrategia para maximizar su exposición en los estrenos.
Una estrella, pongamos Berenice Béjo, o Jessica Chastain o Eva Longoria pisa la alfombra roja de Cannes con un estilismo concreto. Puede que se haya tratado de una decisión de último minuto. Pero lo más probable es que el mecanismo que determina qué vestido, qué zapatos, qué joyas y qué bolso clutch acaba llevando haya empezado meses antes, en una oficina de París o de Los Ángeles y que cada decisión responda a una serie de complicadas variantes, que van mucho más allá de lo mucho o lo poco que le guste a la actriz X el vestido Y.
Emilie Legendre, la Jefa d...
Una estrella, pongamos Berenice Béjo, o Jessica Chastain o Eva Longoria pisa la alfombra roja de Cannes con un estilismo concreto. Puede que se haya tratado de una decisión de último minuto. Pero lo más probable es que el mecanismo que determina qué vestido, qué zapatos, qué joyas y qué bolso clutch acaba llevando haya empezado meses antes, en una oficina de París o de Los Ángeles y que cada decisión responda a una serie de complicadas variantes, que van mucho más allá de lo mucho o lo poco que le guste a la actriz X el vestido Y.
Emilie Legendre, la Jefa de Comunicación de Elie Saab, que, como casi todo el quién es quién del mundo de la moda, se instala durante todo el festival en el showroom de su firma en el Hotel Martinez, explica: "Las películas que estarán en el festival no se dan a conocer hasta mediados de abril pero desde marzo hay muchos rumores y ahí es cuando empezamos a trabajar. Enviamos vestidos a las actrices que los solicitan, hacemos los fittings en Los Ángeles y en París y hablamos con los estilistas y publicistas importantes, pero no enviamos vestidos a las actrices que no los solicitan, eso sería un poco degradante para la marca". De momento, este año han lucido sus vestidos las actrices francesas Virginie Ledoyen y Marie Gillain, Eva Longoria y la actriz y miembro del jurado Emmanuelle Devos.
Berenice Bejo abrió la 65 edición de Cannes con este vestido de Louis Vuitton.
Getty Images
En Louis Vuitton van más allá y aseguran que lo que se ve en la alfombra roja de Cannes es el resultado del trabajo de todo el año. Por lo general, todos los implicados confirman que la importancia que las casas de moda le dan a la alfombra roja en general, y a la de Cannes en particular, dio un giro alrededor del año 2000 y no hace sino crecer cada año, a medida que aumenta el número y el alcance de las publicaciones online y los usuarios de redes sociales que multiplican la exposición de cada foto hasta el infinito.
La alfombra de la Croisette en sí misma es especial, según aseguran muchos de los insiders. Para empezar, es larguísima, mucho más que la de la mayoría de estrenos y galas. Y tiene escaleras. Permite fotografiar cada vestido desde todos los ángulos. Si hace sol, la luz puede ser fantástica. Este año, sin embargo, la lluvia está llevando a hacer alteraciones de última hora. Hay quien tenía preparados vestidos con cola que los están cambiando por trajes cortos, porque no hay nada peor que arrastrar un vestido mojado, y también se están pidiendo chaquetas y accesorios para cubrir los hombros.
"Los Oscar son una sola noche, con 4 ó 5 fiestas importantes depués, pero Cannes son 12 noches, con todas sus fiestas", resume Legendre. "En los Oscar o en los Globos una marca viste a una actriz y ya está, pero aquí hay más oportunidades para todas las firmas. Cada noche todo vuelve a empezar". Eso implica que hay pastel a repartir entre las grandes marcas, las que montan sus propios showrooms en las suites de hotel (y que, según la hora y la marca, pueden tener el aspecto de la desordenada habitación de una adolescente billonaria o el de una cuidadísima tienda de lujo), como Dolce&Gabbana, Fendi, Armani, Ferragamo, Gucci, Valentino, Jimmy Choo o Cavalli.
Pero también, a veces, una marca menos conocida puede llegar a vestir a una estrella en una noche importante. A eso se dedican algunos showrooms multimarca que también llegan a Cannes en busca de una oportunidad. Ellos sí envían looks completos a las estrellas, con la esperanza de que se fijen en su ropa. La relaciones públicas Virginie Corré explica que tuvo un golpe de suerte hace un par de años cuando Marion Cotillard escogió un mono de pailletes de la marca Lefranc Ferrant que ella hizo llegar a su hotel para una importante gala que Chopard celebró durante el festival. Para la firma supuso un nivel de exposición que difícilmente podría pagar. En otras ocasiones le ha sucedido lo mismo con Robin Wright Penn y Berenice Béjo.
Marion Cotillard lució en la fiesta Chopard de Cannes en 2010 este mono de la firma Lefranc Ferrant.
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Estas decisiones de último minuto existen y a veces están motivadas por cosas tan humanas como una inoportuna mancha de pintalabios, o un novio (los estilistas de las estrellas suelen contar a los novios y maridos entre sus peores enemigos) que hace un comentario del tipo "te queda como raro este vestido, ¿no?" o una pérdida de equipaje, algo que al parecer sucede mucho en Cannes.
Sin embargo, por lo general, todo está pactado de antemano y responde a muchos intereses, tanto por parte de las estrellas como de las marcas, que ligan sus objetivos empesariales a la alfombra roja. En Fendi, por ejemplo, este año quieren volver a poner de moda sus famosos bolsos baguette, por los que tanto hizo el personaje de Carrie Bradshaw en Sexo en Nueva York pero que quizá habían quedado últimamente con una imagen un poco "primeros 2000". Rizzoli publicará en breve un libro sobre las baguettes y últimamente la marca se ha asegurado de que se vea con ellos a gente como Kate Moss (y, en breve, quizá, Keira Knightley). Elena Tomei, que se encarga de las relaciones con las celebrities en la marca italiana, persume de haber colgado bolsos y otros accesorios de la firma a Tilda Swinton, Paz Vega y Sarah Gadon, la actriz de Antiviral y Cosmopolis en lo que va de festival. Para los próximos días seguramente se verá lucir Fendi a Asia Argento, Tea Falco, la actriz del último filme de Bertolucci y Claire Julian, que participará en el próximo filme de Sofia Coppola.
El año pasado Léa Seydoux eligió este diseño de Louis Vuitton como agradecimiento a la firma.
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Para Louis Vuitton, uno de sus objetivos es promocionar su línea de alta joyería, ya que en breve la marca abrirá su primera tienda dedicada sólo a las joyas. Éste está siendo un buen año para la firma, que ha vestido a Berenice Béjo (una francesa de origen argentino con éxito internacional, lo que interesa especialmente a la marca) en la gala de inauguración, a Kara Hayward, de Moonrise Kingdom, a Freida Pinto y ha prestado joyas a Jessica Chastain. Con la actriz pelirroja mantienen un romance duradero. Empezaron a vestirla hace cuatro o cinco años, cuando era aun una actriz desconocida y ahora, cuando todas las firmas se pelean por vestirla, les ha devuelto el favor.
La firma está constantemente a la caza de talentos jóvenes y prometedores, que, cuando les llegue el momento, se acordarán de quién estaba ahí cuando no les conocía nadie. Además de con Chastain, acertaron con la francesa Léa Seydoux (ahora en la cartelera española con El adiós de la Reina). Empezaron a vestirla cuando despuntaba y el año pasado cuando tuvo que escoger traje para la apertura del festival, con Midnight in Paris, de Woody Allen, pensó en Vuitton. Este año han puesto sus esperanzas en la adolescente Hayward, a la que vistieron la noche de su estreno con un traje amarillo de amplios volantes. Tener un (exquisito) chiringuito en Cannes también les permite conocer cara a cara a nuevas estrellas, a las que tientan con gafas, bolsos y ropa de día para sus ruedas de prensa. No a todas, claro, sólo a las que cuadran con su imagen de marca.
Para las celebrities que mantienen un contrato formal con una marca hay menos quebraderos de cabeza. Es el caso de Marion Cotillard, que este año no dio sorpesas a nadie y se ciñó a la firma de la que es imagen, Dior, tanto para su look diurno como para la premiére de su película, De rouille et d'os, en la que lució Dior Alta Costura.
Cuando termine el festival, dentro de una semana, además de las películas premiadas en el palmarés, habrá otros ganadoras, las marcas que mejor hayan maximizado su presencia en la interminable alfombra roja. De momento están teniendo un buen festival las firmas citadas y otras como Armani y Gucci, que han invertido en costosas galas con tal de asegurarse una buena presencia en los medios. También Versace en todas sus variantes (Atelier, Versus). Como en todo negocio, en la alfombra roja nada es espontáneo.
Jessica Chastain también ha optado por un diseño de Giorgio Armani en lo que va de festival.
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